No pude resistirme y tuve que subirlo. Llegué al 25, ¡no lo puedo creer! Tengo que anunciarles algo: TERMINÓ. El último capítulo. No más.
...por unas semanas :D
Seguramente le cambie el nombre, así que estén atentos (?) Igual voy a avisarles, no se preocupen. Ni idea que nombre le voy a poner todavía, ya se me va a ocurrir algo. O tal vez no. Ya veremos. Sino se queda con el mismo. Se van a dar cuenta solos de eso. ¿Cierto?
Espero y les guste. Creo que me excedí, es medio largo o no, no sé. Creo que me convenció, me gustó, aunque sea un poco...
GRACIAS GRACIAS GRACIAS por leerlo y por comentar. Fue re wooou para mí, no pensé que les iba a gustar. El capítulo va dedicado a todos, con mención especial para Senaku que está presente desde que subí el primero.
¡Oh, sí! No rompamos la costumbre:
Sin más, el capitulo...
Capítulo 25
Pleno entrenamiento; habíamos decidido peleas uno contra uno y, en ese momento, Lee se encontraba observando mi enfrentamiento con el genio Hyuga. Y no por nada le llamaban así, ese chico sí que era un genio. Tenía todo absolutamente calculado; cada movimiento, cada golpe, todo. Sin embargo, podía ver en su mirada la confusión que sentía cada vez que no lograba acertar en mí. Era rápida, tenía que admitirlo.
Consideraba que me estaba esforzando lo suficiente para no desobedecer a nuestra Hokage y así no mostrar realmente que era lo que podía hacer durante una pelea. Ya casi terminábamos y sí, estaba bastante cansada, él había logrado golpearme en más de una ocasión a pesar de todo.
La imagen de Hinata vino a mi mente en ese mismo instante. Instante en el que recordé lo que me había contado sobre Neji, sobre lo que le había dicho y como la había tratado; idiota, ¿quién se pensaba que era? Instante en el que fui yo quien acertó el golpe con más fuerza de la requerida y él se desplomó en el suelo. Los dos me observaban atónitos.
-¡Ese sí fue un golpe que llegó desde la llama de la juventud!_ volteamos a ver a nuestro recién llegado sensei.
-¡Así es Gai-sensei!_ respondió con euforia Lee._ ¡Excelente, Ayane-chan!
-¿Estás bien?_ dije mirando a un todavía sorprendido Neji que tenía su mano sobre la mejilla en la que lo había golpeado.
-¿Qué les parece si descansan y vamos por algo de comer?
-Genial, sensei. ¿Vamos chicos?
-Ya los alcanzamos._ contestó Hyuga._ Tenemos que hablar…_ maestro y alumno se alejaron.
-¿Hablar de qué?
-Eso no fue sin intención._ sentenció.
-¿Puedo defenderme diciendo que mi inconsciente lo hizo?_ me miró serio._ Hablé con Hinata, si es que eso te dice algo…
-Sí, lo dice todo. Lo suponía, esa chica no puede quedarse callada.
-¿Pretendes que se ahogue en tu maldita actitud y qué no lo comparta con nadie?
-No tenía por qué contártelo. Era algo de familia.
-¿Algo de familia? ¿Olvidas que nos metiste a Naruto y a mí? Si quieres puedes hablar lo que quieras de tu familia con Hinata, siempre y cuando lo hagas de buena manera, pero no tienes por qué meter a MI familia en eso.
-Puede que tengas razón. De ahora en más, sólo me ocuparé de asuntos que me involucren. En todo caso, no tengo por qué darte explicaciones.
-No estoy pidiéndote que me las des. Sólo te pido que se las des a ella; Hinata no se merece que la trates así...Está preocupada y de hecho, veo que tiene razones._ me miró algo confundido._ Has estado algo raro. No me vengas con que no es así, lo sabes. Si no te conociera al menos un poco, diría que estás volviendo a ser el Neji que conocí a principio de año. Pero imagino que no vas a ser tan…tan…poco genio como para hacer eso, ¿no?
-Puede que no sea tan genio como piensas._ fue lo último que dijo antes de empezar a caminar rumbo al que sería un almuerzo un poco incómodo.
¿Quién se pensaba que era? ¿Cómo me iba a ocultar una cosa así? Tsunade iba a escucharme cuando regresara. Estaba demasiado enojada como para escuchar razones. Yo iba a ir, con autorización o sin ella. No me iba a quedar afuera de esa misión. Él era mi amigo y no iba a quedarme de brazos cruzados esperando como los demás volvían. Por supuesto que no. Además, tenía un mal presentimiento acerca de todo eso. … ¿Por qué no podía equivocarme una vez con respecto a este tema? De todos modos, sabía era imposible errarle a ese tipo de sensaciones. Yo no, simplemente no podía.-¡¡Ayane!! ¡¡¿Qué demonios estás haciendo aquí?!!_ gruñó Shikamaru cuando pasé corriendo a su lado, en dirección a un digámosle semi-transformado Gaara._ ¡¡Vuelve aquí AHORA MISMO!! ¡Yo soy el líder, hazme caso!
-¡Lamento tener que desobedecerte pero no puedo hacer eso!_ continué corriendo sin voltearme. Ya no había otra que hacer.
-¡Ayane, vuelve aquí!_ gritó Naruto._ ¡¡Te lo estoy pidiendo yo!! ¡Es peligroso! ¡Regresa aquí AHORA!
-Ayane-chan…_ observó con preocupación Hinata.
-¡Demonios!_ Nara hizo el intento de seguirme, pero Temari lo detuvo.
-Déjala. Ella sabe lo que hace.
-¡¿Qué puede saber de lo que está haciendo?!
-Absolutamente todo._ contestó Kankuro._ Estoy algo aliviado ahora que la veo…
-También yo._ repuso su hermana.
-¡¿Aliviados?! ¡¿Cómo pueden estar aliviados?! ¡Gaara va a…él no controla lo que hace!
-Él jamás podría lastimar a Ayane. No importa en qué situación esté, Gaara nunca le tocaría ni un cabello de la cabeza.
-Él la necesita. Ahora mismo._ suspiró Temari.
-¡Gaara!_ llegué a su lado; tal vez no era tan tarde._ ¡Escúchame!_ fijé mi mirada en la suya. Hace mucho no lidiaba con esto pero no iba a dejarme afectar por esos ojos._ Estoy aquí._ comencé a hablar más suave, lo último que necesitaba era más alteraciones._ Tienes que concéntrate, ¿sí? Tú no eres esto, no dejes que te controle.
-¡¡Ayane, detrás de ti!!_ escuché la voz de Hinata. ¿Cómo me había olvidado del enemigo? Definitivamente no estaba pensado bien. Sin embargo, no era un problema, no para mí.
-¡¿Por qué demonios no te mueves?!_ Shikamaru sí que necesitaba calmarse._ ¡Ayane, te digo que te…!_ Tarde, demasiado tarde._ E…eso no…no puede…estar pasando._ Temari sonrió.
-Aunque no lo creas, ella tiene todo bajo control.
-¿Cómo es que…? Es decir, Gaara ya no tiene más fuerzas…además la arena…es imposible…
-Es porque Gaara no está haciendo nada. Mejor dicho, no es a Gaara a quien protege la arena._ todos voltearon a ver a Kankuro con sorpresa.
-Ya veo…_ comentó Naruto._ A eso se refería…
-¿Quién? ¿Alguien puede explicarme que está pasando aquí?
-Hagamos esto rápido, amigo._ dije concentrándome otra vez en su mirada._ Sabes que no es bueno que se den cuenta. Además, no es que sea una experta con esto de manejar la arena.
-A…Ayane…_ logró articular._ ¿Qué…ha…haces aquí?
-No iba a dejarte en esto solo. Te vas a llevar toda la gloria y no es justo._ le sonreí._ Ya hemos salida de esta antes, sólo tenemos que hacerlo una vez más. ¿Quién diría que ibas a llegar tan lejos por Matsuri? Problemática alumna te buscaste.
-¿Ella…ella está bien?
-Así es. Sólo tú y yo estamos metidos en un lío. Así que…ponle voluntad, controla a esa cosa y ocúpate del malo. Puedes llevarte la mayoría del crédito, te lo permito.
-¿Alguna vez vas a dejar de tomarte las situaciones como éstas tan bien?
-Sabes que es algo imposible. Soy Uzumaki, no me pidas eso.
-Está bien. Luego lo hablamos, tenemos otros problemas en estos momentos._ sonrió._ Es un excelente escudo de arena, por cierto._ agregó y fue lo último que escuché, a pesar de no decirlo, el ardor del maldito sello de Orochimaru me estaba matando desde hacía unos días y, el hecho de usar Chakra empeoraba las cosas. Una vez que me desmayé, el escudo se rompió. Ahora todo quedaba en manos de Gaara.
-¡¿Qué le hiciste a Ayane-chan?!_ chilló Sakura al verla en el suelo.
-¡¿Gaara qué pasó?!_ preguntó confundida su hermana.
-Maldito…_ masculló Shikamaru.
-Espera…_ comenzó Kankuro._ Gaara, tú estás…lo lograste._ él tomó a la chica en sus brazos, ignorando las palabras de todos y, la depositó en los brazos de su hermano. Cruzaron una mirada.
-Ella está bien._ comentó. El rubio asintió.
-¿Ayane-chan? ¿Te encuentras bien?
-Sakura…sí._ sonreí. Al final todo había salido bien; nos encontrábamos en nuestra habitación._ Eres un excelente ninja médico, definidamente vas a llegar muy lejos en eso._ la tomaron por sorpresa mis palabras.
-Ayane…Gracias. ¿Y qué hacemos ésta noche? Hinata tenía esa cena con su familia y, mañana es el último día de clases de este año…_ suspiró._ Todo se pasó muy rápido.
-Así fue…_ también suspiré.
-¡Hey chicas!_ el rubio entró a la habitación.
-¡Naruto se supone que debes golpear antes de entrar!_ dijo la de ojos verdes mientras le proporcionaba un fuerte golpe en la cabeza. Reí.
-Ustedes dos no van a cambiar más._ rieron._ ¿A qué venías Naruto?
-Es que los chicos van a ir a cenar ya, ¿vienen?
-¿Anteúltima cena del año todos o casi todos juntos? Por supuesto.
-Pues vamos. Chouji ya debió de comerse todo. ¡Vamos, apúrense!
-Estamos yendo, Naruto. Deja de gritar.
-¿Qué les pasa problemáticos?
-¡Vamos a cenar!_ contestó mi hermano._ Vamos, Sakura-chan, ¡apresúrate!_ insistía mientras la jalaba del brazo.
-¿Ya estás bien?
-Sí, ya deja de preocuparte.
-Temari me explicó un poco pero…creo ni ella sabe de qué habla._ dijo rascándose la parte de atrás de la cabeza._ Creo que me confundió aún más.
-Es algo complicado de entender. Luego te lo explico. Tenemos tiempo de sobra para eso._ sonreí.
-Sí. O tal vez no…_ susurró por lo bajo. Tal vez Temari lo había confundido pero había dejado algo en claro, muy en claro:
“No sabemos cuánto queda, puede que ocurra hoy, mañana, en una semana. Puede que tarde años o que no pase nunca. Pero…no podemos arriesgarnos. Ella es importante para nosotros y, ayudaremos en lo que sea necesario para salvarla.”-¿Dijiste algo?
-No, no. Vamos de una vez, no queremos que Naruto suba a buscarnos.
-¡Ayane! ¡Shikamaru! ¡Apresúrense!
Mientras tanto, en la mansión Hyuga se llevaba a cabo una cena algo tensa pero familiar. Los primos a penas se dirigían la palabra, algo que notaba desde lejos el padre de ella; quien luego de un largo suspiro decidió retirarse de la mesa y subir a su habitación. Tenía muchas cosas en la cabeza, su primo estaba extraño, su padre había vuelto a estar algo indiferente con ella y…y…él iba a irse por un tiempo de la Aldea. Ella entendía su deseo de hacerse más fuerte y no podía retenerlo, pero eso no era suficiente para poder calmarla. Iba a extrañarlo y, mucho. Él la había ayudado de todas las formas posibles, había hecho que confíe en sí misma, la había alentado cuando a nadie parecía importarle, le daba fuerzas y le regalaba esa sonrisa todos los días. Él era sencillamente él, su Naruto-kun…
-¿Qué está pasando con Hinata?
-Está algo…deprimida. Naruto se va de la Aldea a entrar con Jiraiya y eso la tiene un poco…
-No._ comentó interrumpiéndolo._ No me refería a eso. Hablo de ti y Hinata. Una de las últimas veces que viniste a cenar con nosotros, los dos eran…primos. Sí, esa es la palabra. Ahora parecen dos desconocidos.
-Tuvimos un intercambio de opiniones algo complicado. Lo siento, tío._ se puso de pie._ Tengo que retirarme.
-¿Qué les pasa a estos dos?_ preguntó Hanabi.
-Asuntos de ellos. Tú no te involucres, hija. Continuemos con la cena.
-Tendré que arreglar esto…_ suspiró mientras subía las escaleras. Pero una vez que se encontró en ese largo pasillo, cambió de parecer. Iba camino a su habitación, ya que desde hacía un tiempo su tío le había asignado una para cuando fuera allí. Escuchó sollozos al pasar por la puerta de Hinata.
-¿Estás bien, Hinata…?_ dijo abriendo la puerta. Ella se encontraba sentada sobre su cama con la cabeza gacha.
-Ne…neji. Sí, no es…nada.
-No parece que fuera así._ se sentó a su lado._ Lamento haberte tratado de esa manera…_ ella lo miró sorprendida.
-No…no importa. Tal vez tengas razón pero…
-No, por supuesto que no tengo razón. No estoy haciendo las cosas bien, lo siento. Lo que pasa es que…Fue la única solución que se me ocurrió.
-¿Solución? Espera, ¿qué te ocurrió en la cara?_ preguntó preocupada al ver el golpe que tenía. Él sonrió.
-Fue Ayane.
-¡¿Qué?! ¿Por qué ella…?
-Estábamos entrenando._ la interrumpió.
-Claro._ suspiró aliviada._ Neji…no sé qué te ha pasado últimamente pero no creo que volver a ser el de antes sea una solución. Eres mi primo y me estás preocupando…
-Lo siento, no es mi intención pero…es demasiado complicado.
-No, no lo es._ reprochó ella._ ¿Te gusta, verdad?
-¿Quién?
-Ayane._ él desvió la mirada.
-No lo sé y, no quiero que así sea.
-Pero… ¿por qué?
-Él es mi amigo, nos volvimos bastante cercanos…
-Sasuke-kun…Ayane no cree que él vaya a regresar.
-Naruto va a traerlo, eso es un hecho.
-Tal vez sea tarde para ese entonces…_ comentó pensativa.
-¿Tarde?
-Neji, ella está en una situación algo compleja.
-¿Qué?
-Me lo contó hace un tiempo. Yo estaba muy preocupada y no le deje otra opción; por supuesto que primero pidió autorización a Tsunade-sama.
-¿Autorización?_ cada vez estaba más confundido.
-No puedo decirte. Se lo prometí, pero…ella va a ponerlos al tanto cuando lo crea necesario. No somos muchos los que sabemos…
-Hinata, me estás asustando. ¿Ella está bien?
-Sí, por el momento lo está… ¿Recuerdas todos esos desmayos que ha tenido a lo largo del año, o qué repentinamente se siente mal y esas cosas?_ él asintió._ No son pura casualidad, algo se lo provoca.
-¿Qué?
-El…el dolor.
-¿Dolor? ¿De qué estás hablando Hinata? Es decir, Ayane está bien todo el tiempo, es imposible que…
-¿Es buena fingiendo, verdad?
-¿Fingiendo?
-Fue por eso que me di cuenta. No suele dormir mucho, siempre da vueltas en la cama y cuando por fin se duerme, lo único que hace es quejarse, ha llegado a gritar una que otra vez.
-Eso no es algo que uno se espera…
-No. De todos modos, se ve que no se deja afectar por esto. Ayane es una persona fuerte al igual que Naruto, sé que ella va a sobrepasar esto.
-Sí, puede que tengas razón…
-Por supuesto y, esto queda entre nosotros dos. No vayas a decirle que te lo comenté. Pero tenías que saberlo, tal vez así se te van esas ideas tontas que tienes últimamente…_ le sonrió.
-Claro. No decirle nada, entiendo. No te preocupes.
-¡Ayane-chan!_ volteé y me encontré con Hinata, quien me saluda con la mano desde la entrada de la Academia.
-Buenos días, Hinata. Neji.
-Hola.
-¿Qué tal la cena?
-Estuvo…tranquila._ contestó ella._ Seguro tú y Sakura se aburrieron sin mí._ reí.
-No tienes idea.
-¿Qué hicieron?
-Comimos todos juntos y vimos una película. Nada del otro mundo.
-¿Dónde están los chicos ahora?
-Como es el último día, Tsunade nos lo dejó libre y, estaban planeando hacer algo. Se están reuniendo todos en la habitación de Naruto.
-¿Hacer qué?
-Ni idea, sabes como es mi hermano. Siempre quiere que todo sea una sorpresa.
-Bien, vamos entonces._ comenzamos a caminar.
-¿Ayane?_ me llamó Neji, volteé.
-Los veo allá._ su prima se alejó.
-¿Pasa algo?
-Lamento lo que dije de ti y Naruto a Hinata, no era mi intención. Hablé con ella y supongo que arreglamos las cosas.
-Ya deja de torturarte con eso._ sonreí._ Todo olvidado. ¿No más Neji serio y frío?
-No, no más._ sonrió.
Como era posible que ella estuviera sufriendo, si tenía esa sonrisa pintada en la cara todo el día. Sí que es igual a su hermano…_ ¿Estamos bien?
-Como siempre._ le guiñé un ojo y chocó su puño con el mío.
Naruto había planeado un “día de campo”. No era mala idea y la pasamos bien. Nos pasamos la tarde fuera de la Academia, disfrutando el hermoso día que nos había tocado. Reímos, recordamos algunas cosas que habían pasado durante el año y, por la noche fuimos a comer todos juntos. Había sido un buen último día. Después de eso, todos volveríamos a la Academia, dormiríamos y al día siguiente...bueno, eso era algo deprimente para mí. Naruto iba a ir a entrar con Jiraiya fuera de la Aldea. Él había crecido mucho, así como también ese ferviente deseo de traer de vuelta a Uchiha. Planeaba hacerse fuerte, aún más.
Una vez que llegamos a la Academia, él corrió a su habitación a aprontar sus cosas y después salió disparado a ver a Tsunade.
Hinata y Sakura dormían tranquilamente, pero no era algo que yo pudiera hacer. Me levanté y abrí esa puerta, la que dividía nuestras habitaciones. A pesar de que a principios de año estaba cerrada, una tarde cuando Naruto entró sin golpear a la habitación, Sakura le dio tal golpe que chocó contra la puerta y ésta se abrió.
Estaba silenciosa, tranquila y ¿ordenada? Sonreí. Iba a extrañarlo, iba a extrañar ir ahí a hablar con él cada vez que lo necesitaba. Paseé mi mirada por la habitación, lo único que quedaba era el cuadro con la foto del Equipo 7 y a su lado una foto mía con Naruto. Había sido un año largo pero que a la vez se había ido en un parpadeo. Todavía sentía ese cierto dolor oprimiendo mi pecho cuando pensaba en ÉL pero tenía que seguir adelante y eso no iba a detenerme.
¿Cómo era posible que una persona pueda cambiar tu vida en tan poco tiempo? Era una pregunta complicada y con múltiples respuestas. Naruto había transformado completamente la mía. Él, su sonrisa y ese par de ojos azules, lo eran todo para mí. No me importaba tener que morir si llegara a necesitarlo para salvarle la vida. Sonreí con cierta ironía mientras fijaba mi vista en Konoha desde el balcón, ¿quién diría que ahora era capaz de dar la vida por la persona a la que hace un tiempo estaba dispuesta a matar sin importar el costo?
Este era mi hogar, siempre lo había sido. Ellos eran los que me mantenían de pie, aunque a veces tomaban decisiones equivocadas, ¿cierto Sasuke? Mi hermano iba a poner su cuerpo y alma con tal de traerlo de vuelta, con tal de hacer que regresara. Tal vez iba a ser demasiado tarde, tal vez no. No sé muy bien cuanto tiempo tengo pero…pienso aprovecharlo al máximo. Orochimaru no iba a volver a arruinar mi vida, no ahora. No iba a permitírselo. Sin embargo, tenía miedo. No de Orochimaru. No de Akatsuki. Miedo de mí. Miedo de que pudiera hacerles algo a las personas a las que quería. Quizás lo mejor era irme o…desaparecer, dejar de respirar. Pero, sencillamente, por el momento, no podía hacerlo. Había prometido a Naruto resistir al menos hasta que él regresara e iba a cumplir esa promesa.-¡Naruto, al fin llegas!
-Lo siento, Ero-sennin._ dijo sonriendo.
-¡¡Ya te he dicho millones de veces que no me llames así!!
-¿Nos vamos?
-No._ el rubio lo miró confundido.
-¿Como que no? No me diga que me va a dejar de nuevo a mí y a mi entrenamiento. Usted lo prometió, dijo que…
-Cállate. Estamos esperando a alguien.
-¿Ah?
-Ahí viene._ Naruto se volteó y no podía creer lo que sus ojos veían.
-¿Y ella que hace aquí?
-Va con nosotros.
-¡¿Qué?!
-Lamento el retraso. Tsunade estaba dándome un sermón interminable._ dije sonriendo.
-¿Ayane, qué se supone que haces aquí?
-Ya te lo dije. Va con nosotros. Tsunade me pidió que la entrene.
-¡¡¿Qué?!! ¡Vieja Tsunade, me va a escuchar ahora mismo!
-Sí, dime Naruto._ la cara de espanto del rubio era impresionante al notar a la Hokage a sus espaldas.
-Ella no puede venir._ dijo una vez que salió del asombro._ Tiene que quedarse, usted tiene que buscarle una solución.
-Lo estoy haciendo y no necesito que ella esté todo el tiempo conmigo.
-Pero…
-Naruto, escúchame bien._ fijo su mirada en la de mi hermano._ Ayane necesita aprender a controlar sus particulares habilidades. ¿Qué crees que hará si un día están en una misión, todos han sido capturados y ella es la única que puede hacer algo al respecto? ¿Crees que va a quedarse de brazos cruzados observando? Bueno, la respuesta obviamente que es no. Ya lo descubrimos con el incidente de Gaara, debido a que me desobedeció._ me lanzó una mirada de reproche._ Por eso, quiero que aprenda a manejar sus técnicas. Así que va a ir contigo y Jiraiya._ el rubio suspiró._ Te prometo que apenas vuelva seguiremos con la investigación juntas, mientras tanto yo me encargaré de seguir con esto.
-De acuerdo, de acuerdo.
-Sólo cuídenla bien._ fue lo último que dijo antes de alejarse.
-¡Bien, chicos! ¡Nos vamos! ¡Entrenar a los hermanitos Uzumaki va a ser toda una aventura!
-¡Vámonos de una vez!_ gritó impaciente mi hermano. Se dio cuenta de que yo no los seguía y que tenía la mirada fija en la Aldea. Se acercó a mí._ No tienes que venir si no quieres.
-Deja de intentar deshacerte de mí._ reímos._ Es sólo que…voy a extrañar este lugar.
-Sí, también yo. Pero vamos a volver pronto. No te preocupes.
-¡¡Chicos, nos vamos!!
-¡Ahí vamos Ero-sennin!!
-¡¡Te digo que no me llames de esa forma!!_ sonreí de verdad que iba a ser toda una aventura esto de entrenar juntos. Pero estaba bien así. Le di una última mirada a Konoha antes de darme la vuelta y comenzar a caminar junto a mi hermano y a nuestro intrépido sensei.