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| Una Razon Para vivir 2/? UlquiHime(Cancelado por falta de R) | |
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Ladyarwen New User
Cantidad de envíos : 3 Edad : 44 Localización : En mi mundo Fecha de inscripción : 30/07/2010
| Tema: Una Razon Para vivir 2/? UlquiHime(Cancelado por falta de R) Vie Jul 30 2010, 14:22 | |
| Hola a todos les dejo otro fanfic que hace poco que estoy escribiendo espero que les guste saludos Bleach Una Razon Para VivirCapitulo I
- Spoiler:
La noche brillaba en lo alto del cielo en la ciudad de Karakura. Él invierno era ya moneda corriente en la ciudad y por eso mismo los habitantes de la misma evitaban circundar las avenidas hasta tan tarde. Al igual que otras personas, los comerciantes, se veían obligados a cerrar sus puertas, no solo por las bajas temperaturas y la poca clientela si no por el temor de ser visitados por ladronzuelos y mal vivientes. Este distrito, ahora taciturno y silencioso, fue el testigo de una batalla encarnizada liberada por los poderosísimos Arrancars, del Hueco Mundo, los heroicos capitanes de la sociedad de almas, y al maligno ex capitán Aizen hacía tan solo unos diez meses atrás. Durante aquella aguerrida contienda varias vidas se desperdiciaron por las metas y deseos de poder de unos pocos; vidas que quizás a algunos les parezcan insignificantes, pero que otros descubrirán que pueden llegar a ser mas que una turbia mota de polvo en sus revoltosos pasados Una de las principales plazas de Karakura lucía por demás desierta. La brisa gélida se desplegaba con elegancia entre los árboles y arbustos susurrando palabras melodiosas a las pocas criaturas vivientes de aquel lugar. Una familia de ardillas, unos cuantos insectos, varias cucarachas, algunos temerosos topos que dormían ahora placidamente en sus madrigueras y un extraño joven, eran presas de aquella impune brisa. Sentado junto al tronco de un durmiente árbol se hallaba aquel que una vez fue una de las más poderosas almas que caminaron por todo el hueco mundo, hoy plagado de criaturas sin mente ni lógica dispuestas a matarse entre ellas para devorarse unas a otras. El muchacho casi desnudo, cuya única vestimenta eran unos largos pantalones color blanco rasgados, permanecía agazapado y acurrucado bajo el único consuelo del que ahora disponía, un envejecido árbol cuyo resplandor solo se encendía nítidamente en las épocas más cálidas. Si bien la noche era inclemente y su cuerpo temblaba sin pudor, sentía que aquella diminuta tortura incesante era su castigo por ser lo que era ¡¡Un monstruo!! Y no solo uno normal y corriente, era el peor de todos. Muchos lo llamaban Ulquiorra, Ulquiorra Shiffer perteneciente a la poderosa casta de los Espada, nombre dado por aquel que había sido su creador, el capitán Aizen, un traidor al Seiretei, a sus compañeros y a toda la sociedad de almas. Ulquiorra sin embargo no sentía ira por éste sujeto, después de todo lo había creado a él, ¡¡Sí!! Al poderoso cuarto espada temido por sus contrapartes u simplemente ignorado por otros más fuertes. Desde el momento mismo de su nacimiento Aizen solo lo utilizó para sus propios fines. Él solo era un arma, una marioneta construida a partir de una desdichada y agobiada alma humana. Era la semilla y el producto de algo inconsistente y carente de razón y lógica, que había surgido en su mundo para servir a su amo y señor sin discusiones ni cuestionamientos. Durante tanto tiempo actuó sin miramientos asesinando a todo lo que Aizen consideraba amenazante a sus planes, y por supuesto, no dudo en lo absoluto cuando éste le pidió que le trajera a cierta mujer de silueta protuberante, hermoso y largo cabello, y los más bellos y tristes ojos que haya observado jamás, o quizás los segundos ojos más tristes por que varias veces había visto su mirada devuelta por su reflejo en el agua o en su propia Katana. Si bien solo había sido su trabajo, esta mujer, despertó en él cierta curiosidad que hasta entonces desconocía. La chica hablaba de amistad, de amor, tenía una fe ciega en sus amigos incluso mas que en si misma y eso había abierto una brecha en él que en estos momentos lo atormentaba. ¿Sería capaz Ulquiorra Shiffer de sentir algo semejante a lo expresado por aquella mujer? ¿Quién sabe? Se decía para sus adentros a lo mejor su maldad, aquella con la que había convivido durante años, era mas fuerte en él que toda esa palabrería humana. Ulquiorra miró al cielo, no entendía por que seguía vivo. Después de terminar la batalla y de desvanecerse como por arte de magia se había entregado a las fauces de la muerte sin temor alguno, pero al parecer esta le había jugado una mala pasada. ¿Qué era lo que no lo había dejado irse? Seguramente algún fallo en los experimentos de Aizen, pero en esos momentos ya no deseaba pensar mas ese sujeto solo quería morir. Tras pelear con Ichigo Kurosaki y desvanecerse por completo se encontró en la más inapacible oscuridad; imagino que los Arrancars no tendrían a donde acudir así que no espero ir al cielo o algo por el estilo pues sabía que para él era inverosímil. Tras un largo tiempo en soledad despertó confuso y algo adolorido tendido en las blancas arenas de las noches. Camino durante largo tiempo por el palacio y los alrededores pero no encontró a otro superviviente de aquella encarnizada batalla. Decidió marcharse de ahí hasta llegar al mundo humano. Si tenía suerte, allí encontraría un shinigami que acabara con su vida, pero solo si tenía suerte. Estaba cansado, cansado de rondar las calles siendo ignorado por los distraídos transeúntes, aun que no era culpa de ellos, nadie podía verlo. Camino y camino hasta llegar a aquella plaza donde permaneció casi nueve meses esperando algún día alcanzar a la tan ansiada muerte. Entre tantas ideas se quedo dormido. Despertó con el espeluznante grito de un chillido grave que reconoció al instante, era un Hollow. Se paró algo entumecido por el tiempo allí sentado, y por el frío, dirigiéndose al encuentro de aquel monstruo no tan distinto a él, que parecía atormentar al alma de una pequeña niña quien lloraba desesperadamente tras unos juegos de la plaza. El Hollow avanzo hambriento hacia su presa sin ningún miramiento de detenerse; alzo su garra al cielo y esgrimió un fuerte golpe contra aquel juego de metal que apenas protegía a aquel endeble espíritu. La niña sollozaba y gritaba con desesperación. Al verla así tan vulnerable le recordó tanto a aquella mujer que una vez fue su prisionera que no pudo evitar intervenir. Ulquiorra saco su espada y atravesó sin miramientos el cuerpo de aquel Hollow haciendo que este gritara de dolor y desapareciera en la más cruel agonía. La niña al verse libre de su cazador salió de su escondite y se acerco a él llorando. Mientras ésta sollozaba, pudo sentir su pequeño abrazo rodeando sus piernas con fuerza. Este acto lo hizo sentir incomodo ¿Por qué esta pequeña niña lo abrazaba? ¿Y que era esto que sentía en su interior? ¿Acaso sería? ¡¡No era imposible el solo era un monstruo!!
-Gracias por salvarme... –Dijo la niña con dificultad. -Deberías tener mas cuidado chiquilla ahora vete. –Zafándose de su abrazo y escapando nuevamente a su rincón. -Espera quiero quedarme contigo. –Grito la pequeña. -Debes irte no es bueno que estés en este lugar, busca a un shinigami o alguien a quien molestar. -Pero... -¡¡Vete!! –Intentando escapar mas la pequeña volvió a apresarlo entre sus brazos.
Sin duda aquello se estaba tornando una molestia pero ¿qué haría? Quizás en los viejos tiempos la mataría sin piedad pero ahora todo era distinto, diferente y a ciencia cierta no entendía ¿por qué?
-¡¡Vaya, vaya!! Pero que tenemos aquí. –Dijo una voz con tono gracioso.
Ulquiorra se giro para ver a la fuente de aquella jovial voz y se encontró con un hombre de cabello rubio, ropa color verde y un gracioso gorro en su cabeza. El tipo llevaba una especie de bastón en su mano derecha y un paquete con provisiones en la otra.
-¿Quién eres tú? –Pregunto con tranquilidad. -Tengo miedo... –Exclamó la pequeña tiritando detrás de él y aferrada a sus pantalones. -No tienes por que temer niña ¿Cómo te llamas? -pregunto el recién llegado. -Ayame Matnamara. –contesto la niña. -¿Estas sola? –Acercándose mas a ambos. -Si, perdí a mi mama. –Dijo la niña secándose unas cuantas lagrimas. -Dime Ayame ¿te gustaría ir a buscar a tú mama? –Agachándose junto a la pequeña. -¡¡pero tengo miedo!! -Pero te enviare con ella, no te gustaría hallarla. -No debes temer niña... Aquí estarías en peligro pero a donde vas estarás a salvo –Contesto secamente Ulquiorra. –Y estoy seguro que tú madre te esta esperando en algún lugar.
La pequeña lo observó con detenimiento y le sonrió, Ulquiorra no entendía por que aquella risa le causaba un gran estremecimiento en su interior. Mientras él contemplaba a la pequeña el hombre a sus pies lo examinaba con admiración.
-Bien que dices ¿vas? –Volvió a insistir el hombre rubio. -¡¡Sí!! –Contesto la pequeña con energía renovada. -¡¡Muy bien!! –Exclamó el sujeto levantando su bastón y colocándolo junto a la frente de la pequeña.
Tras un gran fulgor de luz la pequeña desapareció convertida en una bella mariposa negra que se perdió en las alturas. Ulquiorra desenvaino su espada, si este sujeto los veía y era capaz de enviar a la pequeña a la sociedad de almas entonces ¡¡Era un shinigami!!
-¡¡Oye espera!! –Dijo el hombre al notar el avance del chico. -¿Piensas atacarme así como así? –Elevando sus manos por delante y dejando caer la bolsa con provisiones que sujetaba. -¿Tú eres un shinigami? –Dijo Ulquiorrra con frialdad. -Bueno... a decir verdad no lo soy, fui relegado de esas funciones hace muchísimo tiempo hijo y tu no habías nacido te lo aseguro. -¿Y esperas que te crea? Si enviaste a esa niña a la sociedad de almas es por que aún eres un shinigami y me servirás para cumplir lo que deseo. –Comenzando ha atacarlo.
El hombre de sombrero verde y rostro simpático tubo que desenfundar del interior de su bastón, su Katana, para poder defenderse de los incesantes embates del chico.
-¡¡Espera tranquilízate!! ¿Qué deseo es ese que yo puedo cumplir? –Pregunto con ingenuidad. -Me ayudarás a morir... –Dijo Ulquiorra con indiferencia. -¿Acaso quieres que yo te mate? –Inquirió sorprendido. -Así es... -Al menos dime tu nombre chico... -Mi nombre es Ulquiorra Shiffer, cuarto espada al servicio del señor Aizen. -¿Una espada? Deberías saber que Aizen fue derrotado no tienes por que pelear por él. -No peleo por él, solo quiero dejar de existir. Creí haber muerto tras la pelea con Kurosaki Ichigo pero al parecer algún defecto en mí ha hecho que regresara a este mundo. –Mirándose con atención las manos. -He estado esperando el momento de mi muerte desde hace casi nueve meses pero no he tenido la fortuna de hallar a algún shinigami que realice ese servicio para mí. –Volviéndolo a atacar. -¡¡Ya veo así que has combatido con Kurosaki!! ¿Y dime por que ansias morir Ulquiorra Shiffer? -¿Qué caso tiene que siga vivo? Aizen ha muerto, el hueco mundo esta destruido y a estas alturas no tiene sentido mi existencia. –Expreso mirando al desconocido con indiferencia. -¡¡Te propondré algo Ulquiorra!! -¿Proponer? –Exclamó mirándolo con atención. -Yo se lo que es no tener un lugar a donde ir pero eso puedo solucionarlo, incluso tú mismo desarrollaras el deseo de vivir, te ayudaré a hallar una razón por la cual tu existencia valga la pena. -¿Por qué harías eso? ¿No te has dado cuenta que soy una espada? –Dijo con ímpetu. -Yo no veo solo a un espada, veo a un chico sin hogar y sin sueños que aún no sabe lo que es vivir. Nueve meses has esperado tú muerte haremos un pacto, si en nueve meses no encuentras una razón para tú existencia yo mismo acabaré con tú vida. –Dijo el desconocido sonriendo. -Una razón... –Ulquiorra pensó que caso tendría hacer aquella estupidez. -Vamos no pierdes nada intentándolo, si tú existencia a sido tan vacía nada ocurrirá si esperas un poco más. -Esta bien... –Dijo con poco ánimo. -¡¡Acepto!! Pero si en ese tiempo no lo consigo tú acabarás con mi vida. -Es un trato Ulquiorra. –Exclamo alegre estrechándole la mano. –Mi nombre es Urahara Kisuke, pero solo dime Urahara. –Rascándose la cabeza. -¡¡Urahara!! –A Ulquiorra el nombre le sonaba ridículo, pero ciertamente no tenía nada que perder.
Continuará...
Última edición por Ladyarwen el Vie Ago 13 2010, 19:40, editado 2 veces | |
| | | Belphegor Nivel 9
Cantidad de envíos : 381 Edad : 70 Fecha de inscripción : 26/06/2010
| Tema: Re: Una Razon Para vivir 2/? UlquiHime(Cancelado por falta de R) Sáb Jul 31 2010, 04:56 | |
| OMGGG! al fin en este foro hay buenos fanfics, nah! no buenos, genialess!!! encerio, ¿no sabes cuánto amo el UlquiHime? joder si es mi OTP!! XD y este está genial, lo narras genial, pero cuando Ulquiorra acepta la oferta de Urahara no debiste poner los signos de exclamación, joder que Ulquiorra nunca gritaría haha XD Por lo demás lo encontré PERFECTO!! *0* y no exagero XD me alegra ser la primera en comentarte <333
Y no se si sea una imprudencia asdf -rueda- pero me gustaría que te registraras a mi foro =u= mira este es el link XD Digo es que este foro no me gusta y con la irresponsabilidad de la admiin y todo cada vez me dan menos ganas de estar aquí e_e
Well excelente fanfic asdf ;O; | |
| | | Ladyarwen New User
Cantidad de envíos : 3 Edad : 44 Localización : En mi mundo Fecha de inscripción : 30/07/2010
| Tema: Re: Una Razon Para vivir 2/? UlquiHime(Cancelado por falta de R) Sáb Jul 31 2010, 07:02 | |
| Hola gracias por dejarme tu comentario y los signos de admiración los use justamente por eso como simbolo de admiración ante lo dicho no por que gritara jajajaja pero bueno gracias de todas formas por haber leido mi fanfic y claro que visitare tu web Dejo aquí el segundo capitulo saludos Capitulo II "Feria en el Templo"- Spoiler:
Diez meses habían pasado luego de aquel duro enfrentamiento contra Aizen y sus aliados letales. Ichigo y sus amigos habían combatido con coraje y gran valentía contra estas temibles fuerzas oscuras, desarrollando habilidades tan maravillosas y sorprendentes, como poderosas y devastadoras. Tras haber salido victoriosos nuestros héroes retornaron a sus vidas ordinarias, claro esta que de vez en cuando se veían sorprendidos por la aparición de molestos Hollows que merodeaban la ciudad de Karakura, pero habían atribuido dicho fenómeno como una situación algo normal y habitual en sus vidas. Aún que ciertamente, el numero de Hollows había decrecido tras el ataque al Hueco mundo, por alguna extraña razón aquellas almas atormentadas decidían merodear las ciudades en vez de sus vastas tierras. Quizás al verse cautivas de un hambre insaciable, decidían buscar presas más apetecibles o más sencillas de devorar y que solían ofrecer menos resistencia que aquellas almas de su propia estirpe. En la preparatoria de Karakura poco importaba ésta situación a los inquietos estudiantes. La mayoría se ocupaban de sus asuntos y nada más ¿Qué sabían sobre lo que era un Hollow o incluso un Shinigami? Y está de más mencionar a los Wizards, antiguos capitanes y tenientes del Seiretei traicionados por su propia casta. Los jóvenes solo se aseguraban de tener al día sus tareas o seducir a una chica bonita o incluso ganarse el corazón de algún atractivo muchacho; pero poco sabían o les preocupaba sus destinos después de morir ¿Y a quien le preocuparía algo así? Si lo que menos se desea es la muerte. De todos estos energéticos estudiantes, un pequeño grupo de ellos, ahora disfrutaban de un merecido descanso. Necesitaban de alguna manera recuperar fuerzas y energías alejándose de contextos tan extravagantes y traumáticos como peleas, Shinigamis, Hollows, Wizards o lo que fuere; Ocuparse tal vez de aquellas situaciones que los adolescentes normales consideraban monótonas u aburridas, como la escuela, la familia, los deportes y tal vez el amor. “Amor” era la palabra que más se planteaba últimamente cierta jovencita de cabello naranja, largo, con dos preciosas horquillas a cada lado de su sien, que lejos de ser ordinarias eran capaces de convertirse en un arma letal o en un poderoso escudo o poseer un potente efecto regenerador. De gracia y belleza sin igual ostentaba unos bonitos ojos color gris, pronunciada y protuberante silueta, y cierta introversión que solía caracterizarla. La muchacha solía extraviarse durante las aburridas horas de clase, mirando a través de la ventana del salón, al sol reflejarse en el horizonte. Necesitaba juntar el suficiente coraje y valentía para tomar una importante decisión. Inoue Orihime de dieciséis años de edad, de envidiable belleza y encanto, con una fila interminable de jóvenes deseando con ansiedad poseer su encandilante corazón; Solamente tenía su pensamiento y sentimiento puesto en cierto joven pelinaranja, alto, de atractivos ojos y figura atlética, cuyo simple recuerdo lograba hacerla estremecer desde la punta de los pies hasta el ultimo de sus cabellos. Ichigo Kurosaki, el chico de quien se había enamorado hacía ya tanto tiempo; tanto que no lo recordaba, a veces tenía la clara impresión de que había nacido amándolo. Cuando él reía su corazón saltaba de emoción, cuando él sufría se le estrujaba el alma, no había otro ser sobre la faz de la tierra que le provocase algo similar. Nadie nunca se había acercado siquiera a estos umbrales físicos y emocionales que la hacían palpitar hasta la ultima fibra de su ser. Pensaba en él, soñaba con él y lo deseaba tan fervientemente que temía que éste ser, éste objeto de deseo, ésta especie de ídolo, la rechazase de la manera más cruel. No por que Ichigo fuese una especie de tirano despiadado y sin corazón, sino por que su príncipe, su valiente caballero tenía una fuerte inclinación hacía cierta joven de cabello oscuro y de hermosos ojos negros que había irrumpido deliberadamente en su vida hacía ya casi un año. Kuchiki Rukia, shinigami perteneciente al 13° escuadrón al mando del capitán Ukitake, y gran amiga personal no solo de Ichigo sino también suya. A pesar de ser su rival, sentimentalmente hablando, no podía tratarla como tal, por que la muchacha despertaba en ella mucho cariño y aprecio; pero eso no significaba que la aparente atracción, que demostraba sutilmente Ichigo hacia la pelinegra, no la dañase hasta los confines más profundos de su alma. Inoue aún se hallaba sumida en sus propios pensamientos cuando la campana sonó marcándoles el fin de clases. Mientras sus compañeros juntaban todos sus cuadernos y demás útiles, ella no había podido dejar de observar el enorme ventanal del salón.
-¡¡Inoue!! ¡¡Despierta Inoue!! –la llamó una voz masculina devolviéndola a la realidad. -¡¡Ahh!! Lo siento Kurosaki-kun estaba algo distraída. –dijo tras voltearse para ver al chico a los ojos con cierto nerviosismo. -¿Parece que estas algo perdida últimamente? –Sentencio Ishida quien se paró al lado de Ichigo. -¿Me pregunto por que podrá ser? –sonriendo maliciosamente y acomodándose los anteojos -¡¡Ahh!! Bueno... –La joven se puso sumamente nerviosa y tartamudeaba mientras sus dedos bailoteaban con nerviosismo frente a ella. -¿Te ocurre algo Inoue-san? –Pregunto Ichigo quien la veía últimamente mas distraída que de costumbre. -¡¡No, claro que no Kurosaki-kun!! –Sonriendo nerviosamente. -Bueno si tú lo dices... ¿Vendrás con nosotros o esperaras a Tasuki? –Pregunto Ichigo con rapidez lo que acrecentó su nerviosidad. -¡¡Iré con ustedes!! Tasuki me dijo que hoy entrenaría hasta tarde y que no la esperara. –Bueno entonces vayamos, Chad nos espera afuera. -¡¡Hai!! –Exclamó con alegría.
La muchacha recogió con rapidez sus útiles y partió detrás de los dos muchachos quienes ya se habían adelantado. Al salir de la escuela se encontraron con Chad y continuaron el camino de regreso a sus hogares. Ishida e Ichigo iban delante de ella y Chad caminaba a su lado. Mientras los cuatro circulaban en silencio por las solitarias calles, una fría ventisca golpeteaba sin pudor sus cuerpos. La chica no había podido quitarle la vista al pelinaranja en todo el trayecto, necesitaba buscar la manera y el lugar preciso para confesarle sus más fervientes sentimientos sobre todo ahora que Rukia hacía mas de diez meses que había partido a la sociedad de almas ¿Pero como?
-Esta haciendo frío hoy... –Exclamó Ichigo tiritando. -Dijeron en la televisión que las temperaturas de hoy y mañana serían bastante extremas, no sería raro que en cualquier momento caiga la primer nevada. –Acoto Ishida. -Pues me parece extraño que ya no haya nevado, para estas fechas hay por lo menos cincuenta centímetros de nieve en las calles. –Sentenció Ichigo acomodándose la bufanda alrededor del cuello. -Quizás se deba al calentamiento global, dicen que el clima ha variado bastante debido a eso. –Replico Chad. -Si... solo espero que sea eso. –Exclamó Ichigo mirando al cielo con algo de tristeza. -¿Has sabido algo de Rukia y Renji? –Pregunto Ishida, sin duda el nombre de su amiga le produjo no solo a Ichigo también a Inoue cierta conmoción. -Pues no he sabido nada de ellos... –Ichigo guardo silencio durante algunos segundos. –Rukia me prometió que estaría aquí para la celebración anual del templo de Karakura. -¡¡Ahh!! Si es verdad le gustaba la idea de la feria en el templo. –Exclamó Ishida. -Así es, me dijo que pediría el permiso del capitán Ukitake para venir, pero no he tenido noticias de ella desde que partió hace diez meses y la fiesta es mañana. –Ichigo apretó los puños disimuladamente en sus bolsillos. -Comprendo... –Ishida giro un poco la vista para observar a su otra amiga algo cabizbaja. –Tendrás que buscar otra pareja para ir. –Expreso con cierta satisfacción acomodándose los anteojos. -¿PAREJA? Yo no pensaba ir en pareja con Rukia. –Replico Ichigo molesto. –Además creí que iríamos todos juntos. -¡¡Sí claro!! Pero es una celebración en donde las parejas, bueno ya sabes son muy comunes de hallar. Una fogata, chocolate caliente, los juegos de la feria son el complemento perfecto para el amor. –Ishida sonrió. -Bueno pero es que yo pensaba ir con mis amigos... -Pero puedes ir con alguna chica... como una especie de cita. -¿Y quien querría ir conmigo Ishida? –Exclamó Ichigo mirándolo con cierto desprecio. –Sabes que la mayoría de las chicas me tienen miedo y a Tatsuki no le gusta el frío. -¡¡Puedes ir con Inoue!! –Exclamó volviendo a sonreír y acomodándose los anteojos. -¡¡ASI!! –grito Ichigo como recordando a la muchacha de golpe. –Entonces ¿Orihime quieres que vayamos mañana al templo? –Dijo Ichigo sonriendo. -¡¡Kurosaki-kun!! –A Inoue la pregunta la tomo por sorpresa, no sabía si agradecerle a Ishida aquella propuesta inesperada o estrangularlo. -¿Qué me dices Inoue? Será divertido –Volviendo a sonreír y parándose delante de ella. -¡¡Sí, claro Kurosaki-kun!! –Dijo con cierta emoción desbordante casi imposible de contener. -Pero descuida no iremos solos nos encontraremos con los muchachos allí. –Aclaro Ichigo, quien no deseaba que la muchacha se sintiera incomoda estando a solas con él. -¡¡Ahh!! Claro no hay problema... –Expreso nerviosa y algo decepcionada. -¡¡Perfecto!! –Ichigo volvió a retomar su camino. -¡¡Hay eres un tonto sin remedio Ichigo!! –Exclamó Ishida ofuscado mientras Chad los observaba en silencio. -¿Por qué me dices eso Ishida? –Ichigo se encontraba bastante molesto pues no entendía por que su amigo lo trataba de esa manera. -¡¡HEY!! ¡¡Chicos!! –Exclamó una voz a la distancia. -¡¡Esa voz!! –Ichigo permaneció en silencio unos segundos ¿Acaso había oído bien? ¿No podía ser? ¿O sí? -¡¡Esperen!! –Grito una vocecita femenina quien se asomó en lo alto de la calle tras ellos. -¡¡RUKIA!! –Dijo el joven con emoción.
La pelinegra corrió cierto trecho hasta aproximarse al grupo quienes la contemplaban con asombro, en especial el pelinaranja cuyo rostro se había iluminado con satisfacción. Rukia se detuvo y se reclino un poco intentando tomar grandes bocanadas de aire hasta que hubo recuperado el aliento.
-Veo que estas fuera de forma Rukia; seguramente te la pasas holgazaneando en la Sociedad de Almas. –Le recrimino el chico quien sonreía con gran gusto al verla. -¡¡Claro que no!! Tuve un entrenamiento intensivo la semana pasada, pero no es lo mismo andar en estos gigays que en forma de espíritu, todo te cuesta más. –Exclamó elevando su dedo índice al aire haciendo que Ichigo y ella echaran a reír. -¡¡Kuchiki-San!! –dijo Orihime tratando de llamar la atención de aquella molesta burbuja privada que se había formado en torno a los dos jóvenes. -¡¡Inoue, Chad, Ishida!! Me da mucho gusto volver a verlos. –Saludándolos a todos con gran efusividad. -¿Pensábamos que no vendrías? –Acoto Chad con su habitual seriedad. -Pues casi no lo logro; aún que el capitán Ukitake me dio permiso para venir al mundo humano, mi onee-sama se negaba rotundamente; Pero finalmente entre Renji y el capitán lograron convencerlo. -¿Y por que Byakuya no quería que vinieras? –Inquirió Ichigo con algo de recelo. -No lo sé, pero creo que piensa que descuidare mis deberes como shinigami. –Dijo la pelinegra sonriendo. -Pero que bueno que Renji y el capitán Ukitake lo convencieron. –Dijo Inoue con timidez notando la fija mirada de Ichigo en Rukia. -Bueno, si pero con la condición de que ¡¡Renji me acompañara!! -¡¡Renji!! ¿Y donde esta? –Pregunto Ichigo con curiosidad, lo que le faltaba era que Renji también le cayera de sorpresa en la casa. -Pues vendrá mañana hoy tenía algunas cosas que resolver en la sociedad de almas. -Ya veo... –Contesto el pelinaranja mas aliviado. -Justamente estábamos organizando para ir a la feria. –Recalco Ishida. -¡¡Que bien!! –Rukia salto de emoción. -Si, Ichigo acaba de invitar a Inoue para ir juntos. -Ishida se volvió a acomodar los anteojos. -Si, bueno, es que... de todas formas iremos todos. –Ichigo se rascó la cabeza nerviosamente. -Pues me parece fantástico, de todas formas nos encontraremos allá. –Dijo Rukia con la misma alegría de siempre. –Además es bueno que fluya el amor no crees Ishida. –Echando a reír descaradamente lo que llamó la atención del Quincy. -¡¡¿POR QUE DICES ESO?!! –Ichigo lucía bastante molesto. -Cálmate, cálmate... –Evitando la cara gruñona del pelinaranja. -Pero...Kuchiki-san... –Inoue la observo con detenimiento y algo extrañada. -Será mejor que vayamos quiero ir a visitar a Isshin, Zuzu, y Karin. –Dijo Rukia cambiando radicalmente el tema. -¿Acaso piensas quedarte en mi casa? –Ichigo parecía mas molesto que antes. -¡¡Claro!! ¿Adónde esperas que vaya? –Respondió con algo de fastidio. -¿Por que no permaneces en casa de Chad, Ishida o Inoue? Siempre te quedas en mi casa ¿acaso es un hotel de shinigamis? –Ichigo la miro algo desafiante. -Bueno sí tanto te molesta. –Replico enojada. -Puedes quedarte en mi casa si quieres Kuchiki-san –Inoue trataba de calmar un poco la tensa situación, aún que conocía muy bien a esos dos, siempre peleaban como perro y gato. -Si no te molesta me quedaré contigo Inoue, por que Urahara-san tiene visitas y son demasiadas personas ahí. -¡¡Claro no hay problema puedes quedarte en mi casa!! -¡¡Excelente!! –Dijo Rukia más animada. -Bueno será mejor que compremos algo para comer ya que esta noche seremos dos. -Comento Inoue.
Ambas se adelantaron dejando a los tres muchachos un poco mas atrás y bastante confusos. Realmente las mujeres eran de carácter muy voluble.
Feria en el templo de Karakura...
Ichigo caminó en silencio hasta la casa de Inoue. Hacía frío y el atardecer no ayudaba mucho a calentar el ambiente, el joven Kurosaki, se hallaba por demás confuso. La reacción de Rukia lo había desvelado prácticamente toda la noche. Esperaba que al menos la pelinegra le llevara la contraría como siempre y terminara quedándose en su casa pero al parecer algo había cambiado en Rukia y no entendía que.
-¡¡Diez meses hace que no la veo y regresa como si nada ignorándome completamente!! –Refunfuño mientras caminaba. -¡¡Ha!! De todas formas no tiene por que importarme su reacción después de todo ella y yo somos solo amigos. –Sentenció molesto mientras caminaba cabizbajo.
Ichigo decidió que lo mejor sería no pensar en eso por ahora, no tenía caso preocuparse por las reacciones de la tonta de Rukia, aun que claro está la semilla de la duda había sido sembrada en su interior y esto no le permitía relajarse y actuar con naturalidad. Por fin tras un larga caminata se encontró frente a la casa de Inoue. Se acerco al portero y decidió llamar con rapidez. Seguramente Rukia también estaría esperándole pues si todos querían ir al templo lo lógico sería que fuera con él y con Inoue.
-¿Quién es? –Pregunto una vocecita con ternura. -¡¡Ahh!! Hola Inoue, soy yo Ichigo. –Acomodándose nerviosamente la bufanda el abrigo y su anaranjado cabello. -¡¡Kurosaki-kun!! Ya bajo. –Dijo la chica con voz temblorosa. -Bien aquí te espero...
Ichigo se apartó de la puerta y se paró por unos instantes en la vereda. Era poca la gente que circulaba por la zona y no podía culparlos con semejante frío pocas personas se atreverían a salir de sus confortables casas. De pronto pudo captar una sensación que lo hizo estremecer. Él chico se adelantó un poco más hacía la calle y miró con rapidez hacía ambos lados, mas lo que fuere que había captado su atención, pareció desvanecerse completamente.
-¿Qué sería eso? Parecía un reiatsu pero no era lo suficientemente fuerte, o quien fuera lo ocultó deliberadamente. –Ichigo permaneció pensativo unos instantes hasta que cierta personita atrajo su atención. -¡¡Ya estoy lista Kurosaki-kun!! –Dijo con algo de timidez. -A me alegra que estés lis... ta... –Ichigo guardo silencio, no podía creer lo bella que se veía Inoue. Aún que ciertamente la muchacha era dueña de un gran atractivo no había tenido la posibilidad de verla tan arreglada. Lucía un precioso kimono color rosado, con algunas flores pequeñas estampadas en el mismo, el cabello lo traía completamente suelto y caía con gracia y elegancia sobre su rostro y sobre el torso. Esa noche se había maquillado acrecentando su atractivo y encanto, brindándole algo de color a sus, ahora, sonrojadas mejillas y a sus delicados labios. -¿Ocurre algo Kurosaki-kun? –Dijo un poco risueña al notar el impas del chico. -¡¡Ahh!! ¡¡No!! Como crees. –Exclamo el chico tosiendo un poco al notar el ridículo que había cometido. –Te ves preciosa Inoue. –Sonriendo. -Muchas gracias Ichigo. –Dijo Inoue acomodándose ahora un abrigo. -¿Quieres que te ayude? –Dijo él con caballerosidad y notando la confianza con la cual la chica lo llamó, era la primera vez que lo llamaba por su nombre. -No, yo puedo gracias... será mejor que nos vayamos. -¿Y Rukia no va a bajar? –Pregunto Ichigo mirando la puerta de calle y notando la falta de la pelinegra en la escena. -Rukia ya se fue... –Inoue cambio radicalmente su semblante ¿Acaso Ichigo no podía quitarse a Rukia de la cabeza ni un instante? -¿Qué raro? ¿Pensé que iría a la feria? -Si se adelantó pues creo que tenía que encontrarse con Renji. -Ya veo... Bueno vayamos de seguro los encontraremos todos ahí. -¡¡Hai!!
Los dos caminaron unos diez o quince minutos hasta llegar a los pies del templo de la ciudad de Karakura. Subieron, sus extensos y algo agotadores escalones, hasta llegar a la cima de la colina donde hallaron gran cantidad de personas deambulando por la zona. El templo no solo estaba concurrido, sino que además se veía preciosamente adornado y arreglado. Varios faroles de papel se extendían a través del largo sendero principal y dos o tres aledaños. Los puestos de comidas y bebidas parecían abarrotados de jóvenes, adultos y familias completas que habían decidido disfrutar de la hermosa velada. Unos cuantos músicos deleitaban con sus canciones tradicionales al grupo de personas que se congregaban a su alrededor para escucharlos. Dos hogueras ardían vivazmente, ubicadas en dos pequeños claros a la derecha e izquierda del templo a los cuales accedían a través del sendero principal. Por ultimo un camino accesorio en la parte posterior del templo, se había destinado para el traslado de mercadería de los numerosos puestos que trabajaban esa noche allí.
-¿Dónde dijo Ishida que nos encontraría? –Pregunto Ichigo mirando a su alrededor. -Creo que dijo que lo esperáramos aquí en la entrada. –Exclamó Inoue persiguiendo a Ichigo que iba un poco delante de ella. -¿Qué raro donde podrá estar? –Notando la ausencia del Quincy y de Chado. -Ya deben estar por llegar. –Inoue no acabó de decir estas palabras que tropezó torpemente con una piedrecilla del camino trastabillando y perdiendo el equilibrio. -¡¡Inoue!! –Grito Ichigo quien se percató de la situación y la atrapó con rapidez.
La chica nunca resbaló al suelo pues fue a parar a los brazos del pelinaranja quien la aferró con fuerza contra su pecho. Inoue pudo sentir un intenso calor corroerle el cuerpo y no era la primera vez que se veía presa de una situación así. La chica lo abrazó con fuerza pues le costaba mucho despertar de tan extraordinario sueño.
-¿Estas bien Inoue? –Dijo Ichigo con algo de gracia al notar la pausa de la muchacha. -¡¡Kurosaki-kun!! –Expreso sumergida en su pecho. -¿Qué ocurre Inoue? ¿te has hecho daño? -¡¡Mmmm!! No... yo... quería... decirte... algo... –Exclamó con gran vacilación mirándolo con timidez a los ojos. -¿A mí? –Ichigo pudo notar con total claridad las mejillas sonrojadas de la muchacha y percibir el leve temblequeo de sus ojos al mirarlo. -Sí... -Dime Inoue... –Expresó con tranquilidad. -Yo quería... quería decirte... que... tú... me... -¡¡Aquí están!! –Exclamó la voz de Ishida haciendo que ambos se soltarán con rapidez y nerviosismo. -Ishi... Ishida... –Dijo Ichigo con torpeza. -¡¡Creo que interrumpimos algo serio Chad!! –Expresó riendo. -No, no claro que no. –Sentenciaron ambos al unísono. -Entonces no hay por que balbucear. -¡¡No balbuceaba!! –Expreso Ichigo molesto. -Tranquilo Ichigo ¿Hace mucho que nos esperaban? –Inquirió Chad. -No, recién llegábamos. –Exclamo Orihime más tranquila. -¿Y Rukia? –Chad miró a todos lados pero no pudo verla. -Ya debe estar por venir... –Dijo Inoue. –Fue por Renji.
Los cuatro esperaron por otros veinte minutos mas con bastante impaciencia; hasta que por fin divisaron el cabello renegrido de la muchacha subir por las escaleras.
-¡¡Hasta que por fin te apareces!! –Exclamó Ichigo enfadado. -Lo siento Ichigo, pero ya estamos aquí y es lo importante. –La muchacha sonrió, mientras el pelinaranja la observaba un tanto aturdido. La encontraba sumamente hermosa, no sabía si era por el Kimono blanco que resaltaba mas su cabello y sus ojos o por el leve sonrojo de sus mejillas. -Pues la próxima vez no te esperaremos. –Dijo más calmo. -En realidad Rukia se atrasó por mi culpa. –Expreso una voz masculina a las espaldas de la chica. Ichigo levantó la vista para observar a un joven hombre de gran porte y atractivo, de cabellos rojizos y ojos celestes que se paró inmediatamente tras la muchacha, tocando sus hombros con ambas manos.
-¿Tú quien eres? –Pregunto no solo sorprendido por la acción y la sonrisa de Rukia, sino por que tenía ganas de saltarle al cuello y estrangularlo y no se podía explicar ¿por qué? -Déjenme presentarlos, aun que creo que ya se conocen, él es Ashido ¿lo recuerdas Ichigo? -¡¡Bueno, realmente no!! –Expreso molesto tratando de recordar ese fastidioso nombre. -Quizás no me recuerde es natural. Nos conocimos en el bosque menos hace varios meses ya. Ahí ayude a Rukia a que se reencontrará con ustedes, mi nombre es Ashido Kano, mucho gusto. –Dijo el joven cortésmente saludando a todos los presentes con gran respeto y solemnidad. -¡¡Ahh si ahora te recuerdo!! –Declaró Ishida haciendo memoria. –Es un gusto volver a verte y saber que has salido con bien de ese lugar. -Bueno todo se lo debo a Rukia. –Mirándola a los ojos. –Si no fuera por ella seguramente seguiría allí. –Mientras ambos se miraban Ichigo sintió aun más euforia en su interior que trataba por todos los medios controlar. -Pues yo no tuve el gusto de conocerte en el Hueco mundo pero me alegra saludarte aquí. –Acotó Inoue. -También me da gusto conocerte. –Dijo sonriendo. -¿No entiendo no vendría Renji? –Interrogo el pelinaranja, cuyo semblante enfadado entristeció a Inoue, era claro que la presencia de Ashido no le era muy grata. -Pues... –Rukia quiso contestar pero el pelirrojo se adelanto a sus palabras. -Bueno, Renji estaba muy ocupado, el capitán Kuchiki lo necesita a su lado, así que me envió a mí en su lugar ¿Espero que no haya ningún problema? –Exclamo Ashido con cierta sonrisa en su rostro que termino por fastidiar a Ichigo. -En realidad esta es una reunión de amigos así que... –Dispuesto a deshacerse de aquel molesto sujeto. -Estas completamente invitado. –Se apresuro a decir Rukia. –Descuida vamos a divertirnos. -Si será mejor que entremos... –Exclamó Ishida quien miró a Chad, quien le devolvió la mirada realizando un gesto de desconcierto en su rostro y luego miró a Inoue quien no había dejado de contemplar a Ichigo y su claro enfado con la situación. -¡¡Gracias por aceptarme!! –Expreso el apuesto joven con tranquilidad y una sonrisa en su rostro.
Todos entraron al interior del templo. La gente parecía concentrarse alrededor de los puestos o de la hoguera tratando de asegurarse un poco de calor. Las parejas jóvenes se abrazaban y besaban sin tapujos aprovechando el frío invernal mientras las hogueras ardían con intensidad. Rukia y Ashido caminaban delante hablando entre ellos. Ichigo y Inoue caminaban detrás. El chico circulaba con las manos en los bolsillos observando la escena frente a él con cierta desesperanza y agobio. Inoue quiso aferrarse a su brazo, pero al verlo tan molesto no tuvo el valor para cumplir su cometido. Sabía que de alguna, manera en el interior de su corazón, que Ichigo sentía mas por Rukia que una simple amistad sobre protectora.
-¡¡Oigan ahí esta Urahara!! –Dijo Rukia señalando al sujeto quien permanecía de espaldas pasando la segunda hoguera. -¡¡Ohh!! Pero si son Kuchiki-san, Kurosaki Ichigo, Ishida Uryu, Orihime-chan, Yasutora Sado. –Exclamo Urahara con algarabía como era su costumbre. -¡¡Hola Urahara-san!! –Dijo Ichigo apresurándose a saludarlo y pasando entre medio de Rukia y Ashido. -¿Qué tal Ichigo? No pensé que estuvieran por aquí ¿Y tú eres? –Notando la presencia del joven extraño. -Soy Ashido Kano, mucho gusto. –Extendiéndole la mano para saludarlo. -¡¡Ahh!! Si el shinigami que fue rescatado del Hueco Mundo he oído de ti. –Correspondiendo el saludo. -¡¡Vaya veo que eres famoso!! –Gruño Ichigo, haciendo que Urahara lo observara con detenimiento. -¿Qué hace aquí Urahara-sama? –Pregunto Inoue. -¡¡Ahh pues bueno trabajo supongo!! Saben que tengo una dulcería así que aprovecho esta noche para incrementar mis ganancias. –Dijo riendo tras extender su abanico por delante. -Mientras no les vendas cosas extrañas a la gente. –Dijo Rukia mirándolo con seriedad y cruzándose de brazos. -No, claro que n,o solo dulces, refrescos, chocolatadas y bebidas calientes ¿Quieren probar algunos? -¡¡Sí!! –Exclamaron Rukia e Inoue al unísono como dos niñas pequeñas. -Lo suponía acompáñenme, la tienda esta aquí al lado. –Los jóvenes lo siguieron con rapidez hacia el puesto armado elegantemente próximo a la segunda hoguera del templo. -¡¡Bienvenidos!! –Expresó con poca energía una pequeña de pelo negro amarrado en dos tirantes colas a los costados de la sien. -¡¡Ururu!! ¿También estas aquí? –Dijo Ichigo con sorpresa. -Estamos ayudando a Urahara en la tienda. –Señala otro pequeño de cabello rojizo como el fuego. -Si queremos mejorar las ventas hay que aprovechar noches como esta. –Acotó un mastodonte moreno, de anteojos y pequeño bigote. -No sabía que estarían aquí Jinta, Tessai. –Dijo Rukia, sentándose en un pequeño banquito, junto a Ashido, lo que pareció colmar de nuevo la paciencia de Ichigo quien se sentó molesto junto a Ishida e Inoue. -¿Qué se van a servir? –Pregunto Urahara. -Yo quiero un té caliente por favor. –dijo Ashido. -¡¡Y yo una chocolatada caliente!! –Expreso contenta Rukia. -¡¡Y unos dulces!! -Se nota que eres una glotona de primera Kuchiki... –Comentó Ichigo despectivamente lo que atrajo la mirada de los presentes y los tristes ojitos de Inoue temblaban de impotencia y tristeza. -¡¡Ven un momento Ichigo!! –Dijo Rukia con simpatía arrastrando al chico desde su asiento hasta cerca de la hoguera.
Mientras Rukia lo arrastraba y los demás los miraban, Inoue sintió que su corazón se le destrozaba. Estaba mas que claro que los sentimientos de Ichigo por la pelinegra le hacían perder la compostura y la razón, a tal punto que era incapaz de controlar sus propios celos.
-¿Tú que tomarás Inoue? –Pregunto Urahara sonriendo con su habitual simpatía. -¡¡Ahh!! Yo... –Notando que solo ella faltaba tomar la orden. –Pues quiero algún refresco. -¡¡Sí claro!! –Sentencio mucho mas alegre. Urahara comenzó a servir los pedidos pero inmediatamente se giro mirando a la muchacha. -¿Qué ocurre Urahara-san? –Pregunto Inoue. -Creo que me he quedado sin refrescos... -¡¡Ahh!! Bueno entonces pediré otra cosa... la verdad es que me da lo mismo... –Dijo con tristeza. -Te puedo pedir un favor Orihime-san. -Sí por supuesto. –Expresó con poco animo. -Verás, envié a uno de mis empleados por los refrescos en la camioneta aquí en la parte de atrás del templo y sé esta tardando un poco ¿Podrías fijarte que le pasó? -¡¡Si, claro!! –Exclamó confusa. -Enviaría a Jinta y Ururu, pero ellos están muy ocupados ahora, Te lo pido de favor. –Expresó guiñándole el ojo derecho. -¡¡Hai!! –Saltando de su banco. -Bien sigue este sendero principal, te llevará a uno accesorio que esta a la izquierda, bajas las escaleras y ahí estará. -¿Quieres que te acompañe? –Pregunto Ishida. -Descuida Uryu, no es lejos estará bien. –Se apresuró a decir Urahara con seriedad. -Si estaré bien no te preocupes. -Si no regresas en diez minutos iré por ti ¿esta bien? -¡¡Hai!! –Inoue se apresuró a cumplir el pedido de Urahara pero antes le echó un ultimo vistazo a Rukia e Ichigo quienes charlaban junto a la hoguera, aún que Rukia lucía molesta esa conversación le preocupaba demasiado.
Inoue se retiró siguiendo las indicaciones de Urahara Kisune. En el puesto Ishida observó al rubio esconder cierta risilla maliciosa tras su abanico lo cual lo llenó de curiosidad.
-¿Por qué la enviaste a ella Urahara-san? –Pregunto el Quincy. -Es que creo que le vendría muy bien caminar un poco, sobre todo por la discusión que se sucede allí. –Haciendo una breve seña con la cabeza, de la discusión suscitada entre Ichigo y Rukia. -Quizás tengas razón... –Contesto Ishida.
Urahara retornó a sus labores pero antes pudo ver los rostros algo preocupados de Jinta y Ururu quienes se miraron entre ellos con algo de desconcierto pero finalmente retornaron a sus deberes.
Inoue camino a lo largo del sendero principal hasta que llegó a la bifurcación. La siguió y descendió las escaleras con lentitud. En su mente había solo un pensamiento y una imagen que se sucedía continuamente atormentándola sin descanso ¿Qué pasaría si Ichigo amará a Rukia? ¿Qué haría ella sin él? Después de todo Ichigo era el hombre que mas amaba y para él único que tenía ojos.
-Pero si Kuchiki se muestra tan feliz con Ashido ¿Quizás? –Inoue se detuvo a mitad de las escaleras.
A lo mejor si Rukia amaba a otro hombre ella podría tener una oportunidad con Ichigo ¿Pero si no era así y Rukia en verdad lo amaba? ¿Cómo podría sobrellevar la perdida de la persona más importante para ella? ¿Cómo? De pronto recordó el por qué estaba ahí necesitaba regresar lo antes posible junto a Ichigo después de todo ella era su cita de esa noche, no Rukia.
-Olvide preguntarle a Urahara-san ¿Cómo era su empleado? –Continuando el trayecto.
Tras descender las largas escalerillas Inoue llegó a un gran estacionamiento. Al parecer el mismo estaba desierto pues no pudo divisar más que coches allí.
-Tampoco le pregunte el nombre... –Dijo con agobio.
Camino por las largas filas de autos estacionados hasta que pudo percatarse a la distancia de uno cuyo baúl permanecía abierto. La muchacha se acerco con cautela mientras pudo distinguir a un joven de cabello oscuro, que permanecía de espaldas a ella descargando una serie de cajas que apilaba a un costado sobre una especie de carro.
-¡¡Disculpa!! –Dijo en voz alta tratando de captar la atención de aquella persona. -¿Trabajas para Urahara Kisune? –Dijo provocando que el joven se detuviera en el acto pero no se girara a verla. -¿Si trabajas para él? Por que me envió a preguntarte si necesitas ayuda o algo ¿Necesitas que te ayude? –Insistió.
COntinuará...
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| | | mamori anazaki New User
Cantidad de envíos : 1 Edad : 34 Fecha de inscripción : 11/08/2010
| | | | Ladyarwen New User
Cantidad de envíos : 3 Edad : 44 Localización : En mi mundo Fecha de inscripción : 30/07/2010
| Tema: Re: Una Razon Para vivir 2/? UlquiHime(Cancelado por falta de R) Vie Ago 13 2010, 19:39 | |
| Hola Momori deje de publicar aquí por que no había tenido respuesta alguna sobre mis fics así que pense que no gustaban de todas formas podrás seguir mis publicaciones en la otra web muchisimas gracias por haberme dejado un comentario | |
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| Tema: Re: Una Razon Para vivir 2/? UlquiHime(Cancelado por falta de R) | |
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| | | | Una Razon Para vivir 2/? UlquiHime(Cancelado por falta de R) | |
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