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| ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 | |
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+16~azula~ aiko8121 Lady-Uchiha Yume-chan Rushi~chan Dimencio Senaku N!ky lavida13 diananarahyuga Naru--Hina shirookami irenehbote lalii_1995 ~PriincessYoko~ Selene-chan 20 participantes | |
Autor | Mensaje |
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lavida13 Nivel 8
Cantidad de envíos : 307 Edad : 29 Localización : aldea de konoha mansion hyuga-uzumaki Fecha de inscripción : 15/01/2011
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Lun Mayo 30 2011, 08:53 | |
| OMG me muero gaara tan lindo pero no me gusto lo ultimo como que tiene que olvidarla a como de lugar gaara baka bueno conti pronto baayyy me encanto el avance ADIOS CUIDATE BAYYY | |
| | | Dimencio Nivel 2
Cantidad de envíos : 50 Edad : 28 Localización : En la dimencion D, pero actualmente recido en el Olvido Fecha de inscripción : 27/02/2011
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Mar Jun 07 2011, 11:12 | |
| Uyyyyyyyyyyyy parece que el dia de mañana todo sera mas interesante ajajajaja, bueno a ver que ocurre hmm. Esto se pone cada vez mejor, apuesto a que a partir de aqui enfrentaran bastantes problemas jajajajja | |
| | | Selene-chan Nivel 6
Cantidad de envíos : 213 Edad : 33 Localización : En mi casa Fecha de inscripción : 21/04/2010
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Jue Jun 23 2011, 17:44 | |
| ¡Hola!
Al fin, después de tanta espera, les traigo la conti, aunque esta es sólo la primera parte eh, disfruten y gracias por sus comentarios ^^
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Capítulo 14: Tú me perteneces
—Así que todo sigue normal – Dijo Sari viendo asentir con la cabeza a su amiga Matsuri. La miró en silencio por unos segundos, hasta que finalmente decidió hablar —. ¡Eres una tonta! – Le gritó enojada, mientras que Matsuri se cubría los oídos.
—N-no me grites Sari – Se quejó la castaña frunciendo el ceño. Temari que estaba junto a ella la miró con reproche y Hinata sólo suspiró resignada.
Estaban las cuatro en una tienda de ropa, escogiendo el vestido que usarían esta noche para el lanzamiento del nuevo celular de las empresas Suna y Konoha, que sería la competencia directa del nuevo modelo de Akatsuki.
—Es verdad Matsuri, mañana se cumplen los seis meses y los has desperdiciado todos – Habló ésta vez Temari, luciendo sus casi cinco meses y medio de gestación con orgullo. Ella se veía radiante y hermosa, se notaba realmente feliz con su embarazo a pesar de que los primeros meses habían sido muy tristes para ella.
—No se trata de eso, es sólo que me di cuenta de que nunca podré ser algo más para Gaara y de verdad no quiero perder su amistad – Respondió Matsuri bajando la mirada, no podía negar que conformarse con una simple amistad después de haber sido su esposa realmente le dolía y era deprimente, pero eso era mucho mejor que perder la hermosa relación que existía entre ellos.
—Matsuri-chan, yo creo que deberías decírselo, al menos ahora que no les queda nada de tiempo para estar juntos – Opinó Hinata, quién estaba en verdad muy feliz con su relación con Naruto, a pesar de que a su padre no le agradara del todo que ella saliera con su jefe.
—No, jamás se lo diré a Gaara, ya se los dije, me he resignado por completo – Matsuri se alejó de sus amigas para ir a mirar otros vestidos, pues como su último día siendo la esposa de Gaara quería lucir perfecta, hermosa y deslumbrante.
—Ella está sufriendo – Dijo Temari observando como Matsuri veía los vestidos con una alegre sonrisa dibujada en sus labios, aunque ella sabía que su amiga sólo fingía, que por dentro se estaba muriendo lentamente y no estaba equivocada.
—Pobre Matsuri, se va a morir cuando se tenga que separar de Gaara-kun – Comentó Sari bajando la mirada, mientras que Hinata sólo ponía expresión de tristeza.
—"No quiero perderte Gaara, te amo tanto y quisiera poder decírtelo, pero sé que jamás me atreveré" – Pensó Matsuri mientras miraba los vestidos y fingía que todo estaba bien, hasta que se detuvo en uno en particular, el cual creía el perfecto.
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—¿No se supone que ibas a conquistarla? No has sido más que un hablador – Dijo Sayuri enfadada, bebiendo una malteada mientras veía a Sasori, que estaba sentado frente a ella.
—No es que sea sólo un hablador, es que debo ir despacio con Matsuri, ella no es una mujer como las otras, no estará conmigo si sigue casada con Gaara – Respondió Sasori algo fastidiado, sabía que Matsuri no lo amaba y por eso no se había querido acostarse con él, a pesar de haberla tenido ahí, tan cerca, debajo de su cuerpo, besándola y acariciándola, pero Matsuri se había detenido de pronto y se había ido apresurada, después de eso lo evitaba todo el tiempo, pero esta noche no sería igual.
—Bueno si el matrimonio es el problema simplemente lo destruimos y ya – Dijo la rubia maliciosamente. Sasori sólo la miró y frunció el ceño, la verdad era que Sayuri no le agradaba para nada, cada vez que la veía podía darse cuenta de que ella odiaba a Matsuri con todas sus fuerzas y que deseaba hacerle el mal, pero él no lo iba a permitir, quería alejarla de Gaara pero para hacerla feliz, no para lastimarla.
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Gaara se encontraba en el salón de reuniones de la empresa, el lugar en donde iban a realizar el acto de lanzamiento del nuevo modelo de celular. Él estaba coordinando los últimos detalles sobre el evento, al que asistirían famosos empresarios del mismo rubro, así como representantes de grandes tiendas.
—Ya está todo listo por fin – Dijo luego de alejarse del organizador. En ese momento se le acercaron Naruto y Sasuke, que se veían tan bien como siempre —. ¿Qué hay chicos?
—Todo bien – Respondió Sasuke muy calmado, mientras que Naruto sólo asentía con la cabeza —. ¿Y qué hay de ti? ¿Cómo va todo con tu esposa?
—Igual que siempre – Fue la respuesta del pelirrojo, quién se veía bastante afectado por aquel tema. La verdad era que no quería perderla, no quería que Matsuri dejara de ser su esposa, deseaba tanto poder decirle que la amaba y oírle decir a ella que lo amaba también, pero sabía que eso era imposible.
—Gaara ¿Por qué no intentas decírselo? – Le aconsejó Naruto, estaba preocupado por su amigo, sabía que en este momento le debía de estarse sintiendo muy mal —. No perderás nada, y tal vez ganes mucho.
—No puedo hacerlo, sé que ella no me corresponde y además es mi mejor amiga – Dijo Gaara negándose rotundamente, porque en el fondo lo que sentía era miedo a perderla, de no volver a verla nunca más, porque prefería mil veces tenerla cerca y no poder tenerla entre sus brazos, que la posibilidad de que ella se alejara de él para siempre, o que se fuera con otro hombre.
—Ella no es tu mejor amiga en este momento – Habló Sasuke mirándole fijamente, posando su mano sobre el hombro de Gaara —. Matsuri es la mujer que tú amas – Finalizó, logrando hacer pensar a Gaara, quién bajó la mirada y frunció levemente el ceño.
—"Tal vez es cierto, tal vez sólo debo dejar de sentir miedo y debo confesarle a Matsuri mis sentimientos, aunque ella me rechace" – Pensó con una leve sonrisa, por fin tomando un poco de valor —. "Lo haré, esta noche será mi última oportunidad, le diré a Matsuri que la amo".
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Aquella noche había caído rápidamente y el presidente de Suna Corporation se encontraba frente al espejo de su habitación, acomodando un poco su cabello rojizo para luego pasarse la corbata roja alrededor del cuello, pero no lograba hacerse un nudo que le gustara.
—Maldito nudo – Masculló con fastidio. En ese momento Matsuri salió del baño y al verlo luchar con la corbata sonrió graciosamente, Gaara siempre era así, al no poder lograr una cosa se obsesionaba con ello de tal manera que era imposible que lo olvidara.
—¿Quieres que te ayude? – Preguntó con su dulce voz.
—Sí, gracias Matsu… - Gaara no fue capaz de completar su frase al posar sus ojos aguamarina sobre su esposa. Matsuri lucía simplemente preciosa, deslumbrante, perfecta. Usaba un vestido de color verde olivo, casi café, el cual le llegaba justo hasta las rodillas. Desde la cintura hasta el busto era ceñido y delineaba perfecto su figura delgada y estilizada, mientras que la caída era más suelta, haciéndolo lucir más armonioso. Tenía un escote que demostraba sólo lo justo y necesario, mientras que su cabello estaba tomado en una especie de tomate, dejando su flequillo igual que siempre. Tenía dos aretes plateados en forma de corazón y usaba unos zapatos de tacón de color negro, con un delicado collar plateado adornando su fino cuello.
Gaara no podía dejar de mirarla con la boca abierta, era simplemente imposible no verla, no desearla, no querer arrojarla sobre la cama y hacerle el amor.
—¿Qué te pasa Gaara? – Le preguntó Matsuri con una media sonrisa, pues él de pronto se había quedado paralizado y mirándola como un idiota.
—Ah, yo… esto… la corbata… - El pelirrojo no era capaz de hilar una sola frase que fuese coherente, estaba seguro de que si no fuera por ese lanzamiento y porque él era el presidente de la empresa, no asistiría y se quedaría toda la noche poseyendo a Matsuri —. Luces preciosa… - Dijo al fin.
—Gracias – Dijo la chica con una leve sonrisa y un tierno sonrojo en sus mejillas. Se acercó a Gaara y tomó entre sus manos ambos extremos de la corbata, haciendo el nudo mientras miraba a su esposo de reojo y él la veía fijamente, perdiéndose con la visión de esos delicados y deliciosos labios que deseaba tanto besar.
Cuando por fin el nudo de la corbata estuvo listo, ambos se sonrieron de forma cariñosa y salieron de su habitación. Al salir de la casa subieron a su auto y partieron rumbo a la empresa.
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—Entonces… ¿Cómo me veo? – Preguntó Temari sonriendo, quién lucía un hermoso vestido negro de maternidad. Shikamaru la observaba embelesado, de verdad Temari se veía hermosa, ese brillo tan especial en sus ojos delataba lo feliz que se sentía por encontrarse en la dulce espera.
—Te ves hermosa amor – Respondió el Nara con la mayor sinceridad que pudo, sacándole una sonrisa a la rubia que se lanzó a abrazarlo.
—¿De verdad Shikamaru? – Preguntó ella, aún sin soltarlo. Shikamaru asintió con la cabeza, mientras que dirigía su mano al cabello de su esposa, acariciándolo suavemente —. ¿No crees que me he puesto un poco fea ahora que he engordado?
—Que problemática eres, fuiste tú quién quiso quedar embarazada, no te quejes – Le recordó Shikamaru en tono de regaño, haciendo que Temari frunciera el ceño y se molestara, pero él le sonrió —. Además ya te dije que estás hermosa.
—Shikamaru… - Susurró la rubia, acurrucándose más en el pecho de su esposo, quién sólo la rodeaba por la cintura, sin intención de soltarla.
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Su auto se detuvo justo en frente de edificio de Suna Corporation. Apagó el motor y se dispuso a bajar, pero la mano de ella puesta sobre la suya le hizo detenerse.
—¿Qué pasa? – Cuestionó con su ceño fruncido, dándose la vuelta para mirarla; ella se veía un tanto preocupada y eso le molestó —. Dime que sucede Sakura.
—Sasuke… no sé si sea buena idea que vengamos juntos, Naruto aún no lo sabe – Dijo Sakura bajando la mirada, demostrando la preocupación que sentía en sus ojos jade. Sasuke se sentó junto a ella, tomando su mano.
—Sé que es difícil, pero Naruto tarde o temprano lo sabrá, era sólo cuestión de tiempo, era mejor ahora, además él está ahora con Hinata – Las palabras del Uchiha tranquilizaron a la chica, quién finalmente asintió con la cabeza y decidió bajar del auto. Sasuke tenía razón, Naruto tarde o temprano se enteraría de lo que pasaba entre ellos.
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Gaara se encontraba bebiendo una copa de vino mientras se alejaba de unos empresarios. Él y Naruto habían presentado el nuevo celular, el cual dejó encantado a más de alguno y después de eso todos se pusieron a disfrutar del cóctel, sin embargo hace como media hora que había perdido de vista a Matsuri y tenía muchas ganas de verla, porque ella lucía en verdad preciosa esta noche y deseaba admirarla, así fuera en silencio.
—Matsuri… - Susurró, mirando para todos lados, buscándola como un loco, pero en lugar de encontrarse con ella sólo se topó con una desagradable persona, lo que le hizo fruncir el ceño con cierto fastidio.
—¿Por qué me miras con esa cara Gaara? ¿No te parece un poco grosero? – Preguntó la rubia poniendo una sonrisa sardónica en su rostro, por lo que Gaara se molestó aún más.
—¿No te vas a hartar de molestarme Sayuri? – Cuestionó el pelirrojo enfadado, no tenía ganas de verla a ella, sólo quería ver a su esposa y estar con ella toda la noche.
—Pero si no te he molestado, sólo te venía a saludar – Dijo Sayuri haciéndose la inocente, cosa que sólo exasperó más a Gaara, pues él sabía perfectamente que la única intención de esa mujer era acosarlo a él y tratar de conquistarlo, pero él no estaba para nada interesado en involucrarse con ella de nuevo, ni con ninguna otra mujer que no fuera Matsuri.
—Bueno, hola y adiós – Dijo Gaara cortante, dispuesto a alejarse de ella, pero Sayuri lo tomó del brazo, deteniéndolo sin mirarlo.
—Eres un idiota, tu esposa está engañándote con Sasori otra vez y tú buscándola – Le musitó la rubia de forma maliciosa, mientras los ojos de Gaara se abrían con sorpresa.
No podía, simplemente no podía creer en esas palabras dichas con toda la mala intención del mundo, pero aún así se sentía morir, si llegara a ser verdad no sabría que hacer. No perdió más el tiempo con esa mujer y corrió a buscar a Matsuri, no podía permitir que Sasori se volviera a acercar a ella nunca más.
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Naruto se encontraba junto a la mesa de cóctel, esperando a su novia Hinata. Todo iba de maravilla entre ellos, sobre todo desde lo del libro, que se había publicado hace sólo unos días y tenía gran éxito, por lo que Hinata le había agradecido con una apasionada noche de amor. Era en verdad increíble cada vez que estaban juntos, realmente estaba enamorado de Hinata y tenía pensado volver las cosas aún más series y oficiales, no le bastaba con tenerla sólo como novia, sin embargo no quería apresurar las cosas y se tomaría su tiempo en ello.
Sonrió para sí, cuando de pronto vio una extraña escena que le llamó la atención, se trataba de Sasuke, su mejor amigo Sasuke, tomando la mano de su ex –novia Sakura. De repente fue que lo comprendió, esa mujer con la que salía Sasuke, con quien tenía algo serio, era Sakura Haruno. No sabía por qué verlos juntos le causaba cierto dolor, tal vez porque le daba tristeza darse cuenta de que no fue capaz de hacer feliz a Sakura y que Sasuke sí podía hacerlo, porque la forma en que ella miraba al Uchiha era muy diferente a la forma en que siempre lo miró a él.
—Naruto-kun… - Escuchó la dulce voz de su novia Hinata, la cual le tomó la mano, poniendo una expresión de tristeza al darse cuenta de cómo él miraba a cierta pareja.
—Hinata-chan ¿Pasa algo? – Preguntó él, poniendo una sonrisa fingida. Hinata le respondió con otra sonrisa, sólo negando con la cabeza y abrazándose a él con fuerza.
No había nada que temer.
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Lo dejo ahí por ahora, pero no se alarmen que la segunda parte se viene mejor, aunque no adelanto nada xD
¡Bye!
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| | | Dimencio Nivel 2
Cantidad de envíos : 50 Edad : 28 Localización : En la dimencion D, pero actualmente recido en el Olvido Fecha de inscripción : 27/02/2011
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Vie Jun 24 2011, 08:42 | |
| Buneo ya la devias jajaja. Ojala y Saturi este mintiendo o si no se va a armar en grande jajajajajja. Algo me huele a muerto hmm | |
| | | Rushi~chan Nivel 5
Cantidad de envíos : 161 Edad : 26 Localización : mi casa, mi compu jakjajkaja Fecha de inscripción : 08/01/2011
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Vie Jun 24 2011, 10:31 | |
| el prox capi se viene mejor!!! imposible... pero de verdad espero k x muuy dificil k sea sea asi espero la conti!!!! | |
| | | Yume-chan New User
Cantidad de envíos : 9 Edad : 28 Fecha de inscripción : 24/06/2011
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Vie Jun 24 2011, 10:56 | |
| Waaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa selene-channn muerooooo holaaa soy de forosdz y nose porque nos podia habrir la pag asique busque tu fic por todos lados con una amigaaa y alfin esta aquiii a un paso de todooo waaaaaaaaaaaaaaaa estuvooo geniallll ojala pongas pronto la conty esoty ansiosaaa gracias selene-chan tu historia es una de las mejores que e leido esperare con ansiass ..... bye..
quiero un gaara-kun para mi :D | |
| | | shirookami Nivel 2
Cantidad de envíos : 62 Edad : 33 Fecha de inscripción : 16/08/2010
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Vie Jun 24 2011, 13:27 | |
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| | | lavida13 Nivel 8
Cantidad de envíos : 307 Edad : 29 Localización : aldea de konoha mansion hyuga-uzumaki Fecha de inscripción : 15/01/2011
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Vie Jun 24 2011, 14:52 | |
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| | | N!ky Nivel 45
Cantidad de envíos : 10927 Edad : 28 Localización : Gobernando en el Infierno Fecha de inscripción : 30/12/2010
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Sáb Jun 25 2011, 12:07 | |
| *w* Ohhh k sugoi!!! Ya kiero la 2° parte!! K va a pasar!!!! este fic es muy muy intrigante y cool!! xDD Espero la conti!!! Matta ne!! Te cuidas!!
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| | | Selene-chan Nivel 6
Cantidad de envíos : 213 Edad : 33 Localización : En mi casa Fecha de inscripción : 21/04/2010
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Dom Jul 03 2011, 07:42 | |
| ¡Hola!
Gracias por todos los post, he aquí la segunda parte y final de este capítulo, espero que la disfruten (yo sé que sí)
Advertencia: Contiene lemon.
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Sayuri le había dicho que quería hablar de algo muy importante con ella en la sala de reuniones de la empresa, por esa razón Matsuri había ido ahí sola, sin decirle a nadie. No tenía ni la menor idea de lo que quería esa mujer, pero fuera lo que fuera no caería en ninguna de sus provocaciones ni juegos estúpidos.
—Pero aquí no hay nadie – Se dijo frunciendo el ceño con molestia, pero se sorprendió al sentir como alguien la tomaba por la cintura y la abrazaba cálidamente por la espalda.
—Por fin solos – Susurró a su oído, haciéndola temblar por un momento. Ella sabía perfectamente de quién se trataba, así que sin ser brusca hizo que él la soltara, dándose la vuelta para mirarlo a los ojos con algo de enfado —. ¿Por qué me ves así Matsu?
—Sasori ¿Qué haces aquí? – Interrogó la castaña con el ceño fruncido, ignorando la pregunta de Sasori. Él la miró esbozando una sonrisa y acariciando su mejilla.
—Vine a hablar contigo ¿O crees que ya me he rendido? – Dijo con su tono seductor pero dulce a la vez, clavando su mirada sobre la figura de la castaña que por un momento se sintió algo nerviosa, sin embargo apartó la mano de Sasori de su rostro.
—Te lo dije, te lo he dicho mil veces, que yo estoy con Gaara – Matsuri se mostró seria y firme, pues no estaba dispuesta a dejarse enredar por las palabras encantadoras de él, ya no más —. Yo lo amo a él, él es mi esposo, entiéndelo.
—Sé que tú lo amas ¿Pero él te ama a ti? ¿Acaso ese imbécil ha correspondido alguna vez tus sentimientos? ¿Te ama como yo? – Cuestionaba el pelirrojo en tono de desesperación, logrando hacer sentir mal a Matsuri con todas esas preguntas, pues claramente la única respuesta a todas ellas era un rotundo no.
—No sé por qué preguntas eso, es obvia la respuesta, por algo nos casamos él y yo – Respondió la chica bajando la mirada, pero la volvió a subir al sentir como Sasori apoyaba las manos sobre sus hombros, acercando su rostro al de ella.
—Matsuri por favor no me mientas, sé a la perfección lo que sucede entre ustedes, pensaba quedarme callado pero ya no me aguanto, sé que su matrimonio es fingido y que tarde o temprano se divorciarán.
Matsuri abrió sus ojos con sorpresa ante lo que acababa de oír, n podía creer que Sasori estuviera enterado de eso ¿Pero como era que lo sabía?
—¿D-de donde has sacado eso? – Preguntó nerviosa, asustada de que alguien más lo supiera, mas Sasori sólo negó con la cabeza.
—Eso no importa, lo que importa es que lo sé – Una vez más Sasori se acercó a ella, logrando sentir ese suave aliento que lo enloquecía; quería besarla, hacerla suya, sólo suya —. Matsuri yo te amo, te amo de verdad y jamás me casaría contigo sólo por mi beneficio como lo hizo él, jamás te haría sufrir como él, sólo dame una oportunidad y verás que no te arrepentirás, que yo te puedo hacer muy feliz – Susurró casi contra los labios de la chica.
—S-Sasori… - Murmuró Matsuri mientras una lágrima rodaba por su mejilla, estaba triste al darse cuenta de que para Gaara no significaba nada, que ella era sólo un trato por conveniencia, algo que en el futuro habría quedado olvidado para su mejor amigo, pero estaba muy equivocada.
Justo cuando Sasori iba a besarla Gaara se apareció, observando con sus ojos crispados de rabia la escena que se desarrollaba delante de él. No se esperó ni un solo segundo, se acercó a ellos dos y agarrando a Sasori del cuello de la camisa, lo apartó bruscamente del lado de Matsuri, estampándolo contra una pared mientras que la chica observaba asombrada lo que acababa de pasar.
—¡¿Qué demonios te sucede imbécil?! – Exclamó Sasori empujando a Gaara, quién no cambió en lo más mínimo su expresión de odio. Sasori volvió a abalanzarse, dispuesto a golpearlo, pero Gaara fue más rápido y le asestó un golpe en la cara lleno de ira, sin contenerse.
—¡¿Hasta cuando tratarás de robarme a mi esposa?! – Gritó Gaara hecho una furia, una vez más dejando a Matsuri sorprendida, la forma en que acababa de comportarse lo hacía ver como si realmente estuviera celoso.
—G-Gaara… - Pronunció en voz baja, aún sin poder creer lo que veía. Notó como Sasori se limpiaba la sangre que había brotado de su labio roto y luego de eso se lanzaba hacia Gaara golpeándolo en el rostro, tirándolo al suelo por el impacto —. ¡Gaara! – Gritó la chica, mientras soltaba un par de lágrimas por el miedo y la preocupación que sintió al ver como su amado se golpeaba en la cabeza.
Matsuri corrió hacia Gaara, agachándose a su lado para revisar que se encontrara fuera de peligro, por suerte sólo sangraba un poco su frente, pero no parecía algo demasiado grave.
—¿Gaara estás bien? Estás sangrando mucho – Decía con preocupación. Se quitó de encima la pañoleta que cubría su cuello y la usó para limpiarle la sangre a su esposo, mientras él –un poco mareado por el golpe- le sonreía quedamente para tranquilizarla.
—Estoy bien Suri, no te preocupes – Le aseguró, mirando de reojo la expresión de rabia y frustración en el rostro de Sasori. Él se sentía humillado, Matsuri lo estaba ignorando, era como si él no estuviera ahí, no hacía más que ver a Gaara como si nada más importase.
De pronto soltó una extraña sonrisa dolorosa.
—Ya veo, siempre será él… - Susurró, para luego girar sobre su propio cuerpo y marcharse en silencio, cuando aún la chica no se percataba de él, pues toda su atención estaba centrada en la persona que ella amaba, nada más podía importarle.
—¿Estás loco? ¿Por qué te has puesto a pelear? – Cuestionó Matsuri con el ceño fruncido, mientras que Gaara la miraba fijamente, encantado por esa expresión en el rostro de ella. Ya no podía soportarlo, tenía que confesarle a Matsuri de una vez lo que sucedía con él.
—Porque ya no aguanto más Matsuri – Respondió al fin, después de un intenso y prolongado silencio, porque buscaba las palabras correctas, sabía que después del paso que estaba a punto de dar no habría marcha atrás. Tomó ambas manos de la castaña con suavidad, mirándola a los ojos —. Siempre has sido mi mejor amiga, la persona que mejor me ha entendido en este mundo… siempre con tu carita sonriente, con los ánimos que día a día me entregabas, te fuiste ganando un pedacito de mi alma, instalándote en mi corazón – Hizo una pausa, bajando la mirada —. Eres mi esposa Matsuri, deberías ser… deberías ser mi mujer… no quiero verte con otro hombre porque tú me perteneces…
Matsuri no hacía más que mirarlo desconcertada, no entendía lo que quería decirle Gaara con esas palabras, pero su corazón estaba latiendo cada vez más rápido, se sentía como si tuviera un nudo en la garganta, mientras Gaara seguía hablando.
—Suri, cada vez que te veo siento el deseo de besarte – Gaara ya no podía contenerse, lo que sentía por ella era más fuerte que su propia consciencia y necesitaba decirlo —. Siempre que miro tus ojos, tu sonrisa, tengo deseos de estrecharte entre mis brazos, de hacerte mía hasta desfallecer, Matsuri, estoy perdidamente enamorado de ti.
Los ojos de ella se abrieron tanto que casi salían de sus cuencas, sus labios se movían tratando de decir algo, de explicar eso tan maravilloso que estaba sintiendo al haber oído lo que Gaara sentía por ella, pero estaba demasiado abrumada para hablar, su cuerpo no respondía, era como estar flotando en las nubes.
—Matsuri, todo el maldito día pienso en ti, en que me gustaría poder besarte, poder decirte lo que siento, estar contigo… estar contigo de verdad, te amo, te amo como no tienes idea.
Nuevamente recibió un profundo silencio de parte de la joven, algo que le rompía por completo el corazón, más aún cuando ella soltó sus manos y se puso de pie, dándole la espalda. Él no podía verlo, pero pequeñas lágrimas se asomaron por los ojos de Matsuri. Gaara bajó la mirada, imaginaba lo que ahora vendría, ella se disculparía y le diría que no sentía lo mismo, que seguramente seguía enamorada de ese otro tipo, eso lo terminaría de quebrar y no quería oírlo, tenía que salir de ahí cuanto antes.
—Perdóname, sé que soy un idiota por decirte esto, no tienes que sentirte mal por mí, a fin de cuentas y como tú dijiste, dentro de poco tiempo serás libre, tal vez puedas casarte con ese hombre al que amas y ser feliz a su lado – Dijo con una sonrisa retraída, que demostraba dolor en lugar de felicidad —. Ya no tendrás que estar a mi lado.
Al oírlo Matsuri volvió a sorprenderse y antes de que él se atreviera a dar un paso, la castaña se volteó, aún llorando.
—¡Cállate Gaara! – Exclamó con todas sus fuerzas, se sentía como una verdadera tonta, tanto tiempo sufriendo en silencio para que ahora él le dijera que sentía lo mismo por ella. Siempre fue una cobarde, pero ya era momento de dejar de serlo, tenía que ser valiente por una vez y no dejarlo ir, no podía dejar escapar al amor de su vida cuando ya lo tenía tan cerca —. Nunca… nunca digas de nuevo que yo amo a otro hombre, nunca vuelvas a pensar que yo quiero estar lejos de ti, jamás… pienses que yo podría sentirme mal por lo que me acabas de decir… yo soy la persona más feliz de este mundo al saber que tú… que tú me amas… - Se vio interrumpida cuando le dieron unas ganas incontrolables de llorar, lloraba por toda esa emoción que se acumulaba en su pecho —. Porque yo te amo Gaara, tú eres el único… el único hombre que yo he amado en toda mi vida, no hay nadie más para mí.
—Matsuri… - Ahora era él quien no podía hablar, que no podía expresar el sentimiento de dicha que crecía en su corazón, las palabras se había perdido, se le había olvidado incluso como respirar, lo único que deseaba en ese momento era tenerla a su lado, tenerla entre sus brazos, así que ya no esperó ni un segundo más.
No pensaba decir ninguna ridícula frase, no quería explicarse nada de lo que estaba pasando, simplemente se acercó a ella, la tomó por la cintura, mirándola fijamente a los ojos. Y entonces la besó, y fue un beso tan profundo y lleno de amor que inmediatamente los trasportó hasta el cielo, porque ya nada más importaba, sólo el hecho de que por fin estaban juntos y ni siquiera tenían la necesidad de decirlo, sabían que era así porque ya no necesitaban fingir que se querían frente a alguien más, sólo estaban ellos y el mutuo sentimiento que los unía.
Cuando se separaron en busca de aire, el pelirrojo la siguió viendo a los ojos aun, pero con una leve sonrisa dibujándose en sus labios, gesto que la joven copió.
—Vámonos, no quiero estar más aquí en este lugar, quiero estar contigo, sólo contigo – Dijo Gaara, abrazándola un poco más fuerte, porque quería sentir el calor de su cuerpo femenino, recorriendo cada célula de su piel. Ella cerró los ojos, ciertamente se sentía como en un sueño, pero sabía que era la realidad.
—¿Y qué pasará con la reunión?
—Naruto puede hacer el resto, no me necesita – Respondió él, tomándola del mentón para hacer que lo mirara directo a los ojos —. Quiero que seas mi mujer…
Las mejillas de la castaña se tiñeron levemente de rojo, entendiendo a la perfección lo que querían decir esas palabras, por lo que sólo asintió con la cabeza.
—Sí Gaara – Fue su contestación, antes de que él la volviera a besar apasionadamente.
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—¿Alguien ha visto a Gaara? – Preguntó Naruto acercándose a los hermanos del pelirrojo. Tanto Temari como Kankuro se miraron entre sí, para luego negar con la cabeza de forma unánime, la verdad era que desde hace un rato ninguno sabía de él.
—Ahora que lo dices, Matsuri tampoco está por ninguna parte – Dijo Temari en pose pensativa, logrando de inmediato implantar "cierto" pensamiento en la cabeza de todos.
—Que par de problemáticos, seguro que se han dado una escapada romántica – Opinó el marido de la rubia, lo que al principio la sorprendió ¿Pero y si era verdad?
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Cayeron besándose sobre la suave cama de su habitación. Ella quedó atrapada bajo el varonil cuerpo de su marido, mientras él la llenaba de apasionados besos y suaves caricias, esos que por tanto tiempo se había guardado y que hoy anhelaba entregarle con todas sus fuerzas.
—Matsuri… - El pelirrojo abandonó los labios de la chica para bajar por su cuello, dándole besos cortos y húmedos, mientras que una de sus manos subía despacio por la pierna de la chica, pasándose por debajo de la tela de su vestido. Era fascinante sentir la suavidad de su piel, la dulzura que ella mostraba con cada una de sus caricias. Deslizó su mano sobre el vestido nuevamente, subiendo por las caderas de la joven para después llegar a su cintura, ahí se detuvo un momento, al mismo tiempo que besaba detrás de su oreja, para después volver a subir su mano un poco más, llegando al costado de sus pechos.
—G-Gaara… - Soltó de pronto la castaña, que al sentir como él acariciaba con delicadeza sus senos el nerviosismo la recorrió por completo. Era la primera vez que un hombre la tocaba de esa manera, incluso aquella vez en que estuvo con Sasori, él no había llegado a eso porque no se lo permitió, ahora que estaba en esta situación con Gaara no sabía que hacer, se sentía demasiado avergonzada, pero a la vez era agradable. Por su parte, Gaara se detuvo al darse cuenta de que ella estaba demasiado tensa, se suponía que este momento debían disfrutarlo juntos, no había razón para que su amada se comportara de esa forma.
—¿Matsuri, te sucede algo malo? – Interrogó con preocupación, pero ella negó inmediatamente con la cabeza, mostrándole su sonrisa tranquilizadora, sin embargo él sentía que ella no estaba segura de esto, no quería forzarla, la deseaba más que nunca pero aún así era capaz de contenerse, después de todo ya sabía que ella lo amaba —. ¿Segura que no pasa nada? Te veo demasiado tensa, si no estás segura y quieres que pare sólo dilo.
—No se trata de eso – Dijo la chica, alzando sus brazos para rodear el cuello del pelirrojo. Lo atrajo hacia sí misma, abrazándolo con dulzura —. Te amo Gaara, por supuesto que quiero estar contigo, quiero ser tuya.
—¿Entonces qué sucede? – Insistió él, porque sabía que no era normal que ella se comportara tan nerviosamente, parecía que era la primera vez que hacía esto, pero eso era prácticamente imposible, con todos esos buitres rondándola siempre era ilógico creer que ella nunca lo hubiese hecho, y de todos modos no quería pensar en ello, imaginar que otro hombre la había tocado le hacía retorcerse de los celos, así que lo mejor era que no lo pensara tanto.
—Aún no puedo creer que esto esté pasando, estoy muy nerviosa porque nunca pensé que estar contigo fuese una realidad – Confesó Matsuri, sin atreverse a mirarlo a los ojos. Después de esas palabras Gaara comprendió un poco que era lo que le perturbaba, por eso quiso hacerla sentir mejor, así que la besó tiernamente en los labios.
—No tienes que preocuparte por nada, yo estoy aquí, esto está sucediendo y es porque ambos lo deseamos – Sonrió al tiempo que acariciaba el cabello de su esposa, la cual aún mostraba esa expresión de inocencia que a él tanto le gustaba, que lo enloquecía y lo excitaba tanto —. Tonta, no puedo creer que pensaras que yo no te quería, si yo te amo como un loco, y tenía tanto miedo de perderte… - Depositó un leve beso en los labios de la joven castaña, volviendo a separarse de ella luego —. Y ya no puedo más Matsuri, de verdad quiero hacer el amor contigo, quiero que cada segundo que pase aquí se quede para siempre grabado en nuestros cuerpos, quiero que seas mía.
—Y yo quiero ser tuya Gaara, ya te lo dije, te amo demasiado, siempre te he amado – Volvió a confesar Matsuri. Se sentía tan bien poder decirlo, sabiendo que finalmente era correspondida. A Gaara le sucedía lo mismo que a ella, cada vez que Matsuri le decía que lo amaba sentía como si mil mariposas revolotearan en su interior.
Ya ninguno quiso esperar un segundo más y retomaron aquel juego que habían dejado pendiente, cuando el pelirrojo volvió a besarla con desenfreno, tocando con suavidad su pequeño y frágil cuerpo. Con sus manos, Matsuri se encargó de quitar el saco de su esposo, dejándolo caer a un lado de la cama, para luego hacer lo mismo con la corbata. Mientras más lo miraba más nerviosa se sentía, pero también feliz, su corazón parecía a punto de reventar con cada caricia que recibía. Gaara nuevamente comenzó a degustar su cuello, pero esta vez bajó mucho más, hasta llegar a aquel lugar en donde nacían los pechos de la joven, besando aquella deliciosa piel que el escote no cubría.
Un pequeño gemido escapó de los labios de Matsuri, no se dio cuenta como fue, pero no pudo reprimirlo. Volvió a sentir las manos de su esposo sobre sus atributos femeninos, pero ésta vez no sintió nervios ni miedo, o algo parecido, se sentía bien, ahora sabía que junto a él estaba segura, que Gaara no le haría daño porque sentía lo mismo que ella, ambos estaban hechos el uno para el otro y listos para demostrarse su amor.
—Gaara… - Susurró la castaña, acariciando el cabello rojizo de su amado. Él se detuvo para mirarla, se notaba que quería preguntarle algo importante.
—¿Qué pasa?
—¿Qué… qué se supone que somos? – Cuestionó Matsuri, otra vez ligeramente sonrojada, pues ciertamente no lo tenía muy claro, nunca habían sido novios o algo parecido, además estaban casados, podía ser falso pero si en este momento hacían el amor ya no lo sería ¿O sí?
—¿Qué clase de pregunta es esa? – Interrogó Gaara divertido, más que nada por la forma en que ella lo había preguntado, parecía asustada de la respuesta, por eso él procuró quitarle ese miedo con un dulce beso en la frente —. Por supuesto que somos marido y mujer.
—¿Eso quiere decir que ya no nos vamos a separar?
—Jamás – Respondió el pelirrojo antes de besarla. Con ambas manos, comenzó a subir el vestido de Matsuri, primero por sus piernas, para luego pasarlo por las caderas y la cintura. Cuando el vestido llegó a la altura de sus senos, él comenzó a repartir traviesos besos por el vientre de la chica, haciéndola reír ya que le provocaba cosquillas. Después de eso la jaló de la muñeca, haciendo que se levantara, para así poderle quitar esa molesta prenda completamente. Su brasier rosa era sin tirantes, lo que la hacía lucir muy sexy, mientras que sus pequeñas bragas de encaje, también rosadas, le daban un aspecto más dulce, pero igual de apetitoso —. Quiero comerte – Dijo antes de lanzarse encima de ella con un apasionado beso, introduciendo su lengua en la boca femenina.
Sus manos se movían intrépidas por cada parte del cuerpo de su esposa, ahora que ella no llevaba ese vestido encima era capaz de sentir mucho mejor la suavidad de su piel, le encantaba esa sensación tan placentera, en el momento en que la tocaba ella temblaba, pues sus manos estaban frías y la piel de su amada era muy cálida.
Cuando se separaron la miró fascinado, se volvía loco de sólo pensar en que por fin la tenía como tanto había soñado, estaba por hacerla suya, Matsuri finalmente se entregaría a él.
—Eres tan hermosa Matsuri, tan hermosa – Ella le sonrió y con rapidez, le quitó uno a uno los botones de la camisa, dejando su pecho al descubierto. Gaara se encargó de quitarse aquella molesta tela, dejando su torso desnudo ante la mirada casi embriagada de su chica, quien siempre había soñado con tenerlo así, sólo para ella. No podía negar que los nervios la seguían aniquilando, pero la felicidad que sentía iba mucho más allá, por el sólo hecho de pensar que estaba a punto de entregarle su virginidad a la persona que amaba con toda esa locura y pasión, eso era algo que llenaba su ser.
Sin que ella lo notara, Gaara se acercó hasta rozar sus pechos con los labios, bajándole el brasier. Nuevamente podía verlos, aquellos blancos y redondos senos que lo enloquecieron la primera vez, cuando sin querer la había visto semi desnuda, sin embargo la diferencia estaba en que ésta vez había sido él quien la estaba desnudando, porque ella se lo permitía. Al desabrochar la prenda, la arrojó sin importarle a donde cayera, sólo se dedicó a dibujar pequeños círculos con su lengua, alrededor del rosado pezón de la chica, quién soltaba leves gemidos.
Se sentía realmente bien, cuando él de pronto la mordía despacio, cuando con su otra mano masajeaba su pecho restante y le daba leves apretones, pero sin duda lo mejor no era eso, sino cuando él comenzó a tocar sobre la tela esa zona tan preciada para ella, tan íntima. Los dedos de Gaara se paseaban con habilidad sobre la zona femenina de Matsuri, oyendo como ella le pedía que no se detuviera, a pesar de que aún no se había atrevido a tocar directamente su piel.
La chica recorría la espalda masculina con sus pequeñas manos, una y otra vez lo tocaba, su torso y su abdomen, incluso sus glúteos, él ahora era tan suyo como ella lo era de él, por eso quería disfrutar al máximo cada segundo, descubriendo con deleite cada centímetro del cuerpo de su esposo.
—¡Ah…! – Se quejó al sentir que Gaara finalmente se aventuraba a tocarla debajo de su ropa interior, estimulando con gran maestría su clítoris. Podía sentir lo húmeda que se encontraba y eso lo incitaba aún más a querer continuar con ese acto, tan carnal pero a la vez apasionado, dulce y extremadamente placentero. Introdujo uno de sus dedos en la entrada de la joven, la cual se aferró a sus hombros por la sorpresa y la incomodidad que aquel acto le provocó, al principio fue sólo eso, pero cuando él incorporó un segundo dedo lo que sintió fue un leve dolor, que poco a poco se hacía más llevadero, volviéndose una sensación muy agradable.
Gaara volvió a besarla en los labios, sintiendo como su miembro se endurecía debajo de su bóxer y sus pantalones, palpitando por estar dentro de ella de una vez por todas, pero no podía ser así, primero quería que Matsuri disfrutara al máximo, quería demostrarle que no existía otro hombre en el mundo que pudiera hacerle el amor como él, que nadie la llevaría a la cima del paraíso como su persona.
Con ambas manos retiró la última prenda íntima de Matsuri, dejando a la vista y para su deleite su divinidad de mujer. Con una sonrisa un tanto lujuriosa, se acercó a ella, comenzando a rozarla con su lengua. Matsuri nuevamente comenzó a quejarse, moviendo su cuerpo sobre aquella cama con deleite. Una de sus manos se aferró a la almohada, arqueó su espalda y empezó a soltar gemidos cada vez más fuertes, al tiempo que leves corrientes eléctricas la recorrían de pies a cabeza.
—G-Gaara… ah… n-no… e-eso es… vergonzoso… - Se quejaba, pero él no le hacía caso, estaba demasiado concentrado en su labor, envuelto totalmente en aquel maravilloso acto, que incluso a él lo llevaba a sentirse enormemente satisfecho, al saber que a ella le gustaba por los gemidos que no era capaz de reprimir ni aunque quería.
Sólo unos toques más con su lengua bastaron para que Matsuri llegara al orgasmo, era la primera vez que ella se sentía así, nunca antes había experimentado algo tan increíble y eso que aún faltaba lo mejor, aún seguía siendo virgen, pero pronto eso ya no sería más, muy pronto Gaara la haría mujer.
—Gaara… - Lo llamó, jadeante por lo que acababa de suceder. El chico levantó la mirada, aún se encontraba en esa posición que a ella le avergonzaba, pero no le importó aquello. El pelirrojo finalmente acercó sus labios a los de ella, besándola. Matsuri lo miró a los ojos cuando él se separó, notando de un momento a otro que él aún traía puestos los pantalones, por lo que hizo un gracioso puchero —. Esto no es justo, yo… ya estoy completamente desnuda, y tú aún sigues vestido.
Gaara le sonrió, tomándole la mano para dirigirla a su entrepierna y que así ella sintiera su excitación.
—¿Y qué esperas para desnudarme?
Matsuri no respondió, simplemente se limitó a palpar esa zona que se sentía tan caliente, una vez más no podía creer que estaba haciendo esto con Gaara, pensaba que estaba en un sueño, pero uno del que jamás iba a despertar.
Como si estuviera hipnotizada, comenzó a tocar otra vez el torso de su esposo. Siempre había pensado que Gaara era un hombre extremadamente guapo, quería tocarlo, sentirlo con sus manos.
—Siempre fuiste tan atractivo… no sabes la envidia que sentía de todas esas mujeres que estaban contigo, deseaba tanto ser una de ellas, poder estar entre tus brazos…
—¿Y acaso crees que yo no siento envidia de todos esos hombres que han estado contigo antes? Me muero de celos de sólo imaginar que cualquiera de ellos te haya tocado, no sabes la rabia que me da – Dijo Gaara con el ceño fruncido, aunque le desconcertó un poco ver que una graciosa sonrisa aparecía en los labios de Matsuri.
—Gaara, no tienes que sentir envidia de nadie, porque yo nunca he estado con nadie… - Matsuri desvió la mirada, mientras Gaara se quedaba sorprendido con lo que acababa de oír, tal vez sólo había escuchado mal, pero el sonrojo en las mejillas de su esposa le decía que no era así —. Yo nunca he tenido relaciones con nadie – Volvió a afirmar la castaña, ésta vez mirándolo a los ojos —. Aún soy virgen.
—¿Eso es verdad? – Preguntó Gaara incrédulo, aunque se sentía feliz por eso aún no lo podía creer, esto era mejor de lo que lo había imaginado, siempre pensó que Matsuri ya había sido de otros hombres, pero ahora ella le decía que no, que él sería el primero —. ¿Pero cómo? ¿Por qué?
—Porque te amo a ti – Respondió la chica, como si fuera lo más obvio —. No podía estar con otro hombre que no fueras tú, es por eso que nunca me he entregado a nadie, solamente a ti.
Gaara no podía más de la felicidad, comenzó a besarla como un loco, con tanta emoción que sentía que en cualquier momento estallaría en ella, porque su Matsuri era sólo suya, solamente suya.
—Te amo, te amo hermosa, te amo – Le decía, a lo que ella sólo sonreía y trataba de corresponderle. Gaara se separó de ella para tomar aire, notando como sin decir nada, la chica le desabrochaba tímidamente los pantalones. Miró hacia su costado, toda aquella ropa cara tirada en el suelo como si fuera cualquier cosa, porque en ese momento lo era, no importaba que se arrugaran el vestido o la camisa, ahí lo único valioso para ellos dos era estar juntos, demostrarse cuanto se amaban. Fue él mismo quién terminó de quitarse los pantalones, haciendo lo mismo con su ropa interior, para dejar finalmente su miembro masculino al descubierto.
Por el miedo que veía reflejado en los ojos de su esposa, sabía que ella no estaba mintiendo cuando le dijo que era virgen, ahora sí que estaba seguro de ello, pero no podía evitar sentirse estúpidamente emocionado al saber que la haría mujer por primera vez, de sólo pensarlo se sentía en las nubes. La tomó del mentón y comenzó a besarla, al mismo tiempo que rozaba su erecto miembro contra la pequeña entrada femenina, repitiendo aquel movimiento una y otra vez, pero sin llegar a penetrarla.
—G-Gaara… h-hazlo ya… - Rogó Matsuri entre jadeos, porque sabía que eso que él hacía era para torturarla, aunque sinceramente le gustaba, sentía su intimidad cada vez más húmeda y deseosa por sentir aquel miembro dentro de ella. Por su parte, Gaara la miró y se sintió por un instante en el pasado.
Recordó el momento en que la conoció, a esa dulce y frágil niña, siempre tan bonita y alegre, que le daba un nuevo sentido a su vida con esa sonrisa que la caracterizaba, siempre aguantándole su mal genio, su forma de ser tan autoritaria y fría, cuando no deseaba hablar con nadie, o cuando sólo quería ser escuchado, ella siempre estaba ahí. Cada vez que necesitaba algún consejo tenía a su mejor amiga para dárselo, siempre que estaba perdido ella le mostraba el camino. Había sido tan ciego, durante tantos años había tenido aquella felicidad al alcance de su mano y no había sido capaz de tomarla, pero hoy era distinto, podía reconocer ante su padre fallecido o ante cualquier otra persona que se había enamorado como un demente de esa mujer, que sin importar las peleas y los malos momentos la seguía amando y que ya no había remedio para curarle, era como una enfermedad que día con día va ganando más terreno, así le había sucedido con ese sentimiento tan maravilloso, el que hoy por fin podría demostrar con toda su grandeza.
—¿Sabes Suri? Quiero hacerte una promesa – Dijo serio, a pesar de encontrarse tan ansioso por poseerla. Ella le miró dudosa.
—¿A qué te refieres? ¿Qué promesa?
—Te quiero prometer, que de ahora en adelante ya no habrá ninguna otra mujer para mí, que tú serás la única en mi vida, mi esposa, mi mujer… - Ante sus palabras Matsuri sonrió con dulzura, porque eso era sin duda lo más hermoso que podía prometerle, su fidelidad absoluta.
—Te amo Gaara – Respondió antes de besarlo ella misma. Entonces, en medio de aquel delicioso y excitante beso, sintió como lentamente el miembro masculino comenzaba a penetrar su intimidad. Enterró sus uñas en la espalda de su esposo, al mismo tiempo que él se hundía más profundamente en ella, llegando hasta esa barrera que marcaba su virginidad. Gaara sabía que a Matsuri le dolería, que incluso ahora ya le estaba doliendo, pero era simplemente maravilloso saber que sí, que efectivamente era el primero y que sin duda sería el único en la vida de esa chica, porque no pensaba dejarla nunca. Empujó con más fuerza, desgarrando esa delgada defensa, convirtiéndola así en su mujer.
Matsuri soltó un enorme grito por el dolor, por ese ardor que recorrió su cuerpo en un instante y que fue el más fuerte que había sentido en toda su vida. Sus ojos se cerraron con fuerza y lágrimas rodaron por sus sonrojadas mejillas, aferrándose aún más a los hombros de su amado.
Para él se sentía tan grandioso estar dentro de ella por fin, lo había anhelado por tanto tiempo y ahora finalmente lo conseguía, su sexo masculino estaba completamente en el interior de la intimidad de la castaña, se sentía tan cálido y apretado… tan exquisito.
—¿Estás bien? – Preguntó Gaara, sin atreverse a moverse para no seguir lastimándola, quería esperar a que Matsuri estuviera cómoda, nunca había robado la virginidad de una mujer antes, pero podía imaginar lo que ella debía estar sintiendo.
La castaña asintió con la cabeza, con sus ojos cristalizados por las lágrimas.
—Estoy bien… Gaara… sólo sigue… por favor.
Gaara asintió con la cabeza, comenzando con suaves y delicadas envestidas, que aún hacían sentir dolor a su compañera, pero lentamente ella comenzaba a acostumbrarse. Cuando ella menos se lo esperaba, el dolor fue reemplazado por un inmenso placer, algo que la recorría de pies a cabeza y que de alguna manera le hacía sentir en el verdadero paraíso, era tan divino como increíble, delicioso y placentero.
—Ah… Gaara… más… - Rogaba entre gemidos ahogados, jadeando y de vez en cuando gritando por el placer, porque las envestidas se volvían cada vez más fuertes y rápidas, provocando que las sábanas se manchasen de rojo con la sangre que había brotado de su entrepierna, aunque eso no le preocupaba en lo más mínimo, pues sabía bien que era algo normal, por eso no se detuvo a pensar, solamente quería sentir más placer al lado de su amado, que acompañaba sus dulces gemidos con leves gruñidos, excitantes para ambos.
El pelirrojo volvió a acelerar las penetraciones, llegando a tal punto en que prácticamente perdió la razón, sólo podía pensar en que Matsuri le pertenecía, en que ella era su esposa y que nadie se la arrebataría, mientras ella le rodeaba las caderas con sus piernas, empujándole con sus pies a que llegara aún más profundo, hasta que finalmente ninguno de los dos aguantó por más tiempo aquel acto, explotando en sensaciones al llegar al tan esperado orgasmo, juntos, como siempre habían soñado.
Él se derramó por completo en el interior de la castaña, que sintió como ese líquido caliente llenaba todo su ser, al mismo tiempo que la corriente eléctrica golpeaba su cuerpo con intensidad. Sus fuerzas se desvanecieron en un abrir y cerrar de ojos, mientras su esposo salía cuidadosamente de ella, mirándola a los ojos.
—Fue grandioso, fue lo mejor que me ha pasado en la vida – Dijo Gaara con una sonrisa, respirando agitadamente, con su frente perlada por el sudor y cansado a más no poder. Se recostó al lado de Matsuri y ella lo abrazó, luego de que cubrieran sus cuerpos desnudos con las sábanas.
—Para mí también fue lo mejor Gaara, nunca me había sentido así… te amo tanto… - Repitió, cerrando sus ojos. Su esposo la tomó del mentón, viéndola con diversión, la verdad era que aún se veía con muchas energías —. ¿Qué pasa?
—Es que… fue tan genial que quiero repetirlo ¿No te apetece? – Preguntó a modo de broma, sabía que Matsuri se avergonzaría y lo consiguió, pero él no estaba simplemente bromeando, quería volver a hacerla suya una y otra vez, ahora que por fin comprendía lo que era verdaderamente hacer el amor no podía esperar para estar de nuevo con ella, para poseerla.
—Estoy cansada… - Dijo Matsuri soltando una sonrisa, le dio un dulce beso en los labios y de pronto se quitó la sábana de encima, dejando a la vista su cuerpo desnudo —. Pero te amo, y quiero estar contigo siempre, siempre.
Gaara volvió a besarla, acorralándola debajo de su cuerpo. Definitivamente aquella noche, acababa de comenzar.
Continuara…
Avance:
Gaara y Matsuri finalmente están juntos, viviendo al máximo su relación como esposos, pero aún existen personas que quieren separarlos, a pesar de que ahora es casi imposible. Ante a mala reacción de Naruto sobre el noviazgo de Sakura y Sasuke, Hinata toma una drástica y errada decisión que hará mucho daño a ambos. Gaara y su –ahora- esposa Matsuri, deben firmar la última fecha de la dichosa cláusula, el final de los seis meses de espera, sin embargo deciden seguir estando casados a pesar de que ya nada les obliga a estarlo.
Próximo capítulo: Nuestra nueva vida.
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Jejeje ¿Bueno, que les pareció? ¿Les gustó?
¡Por fin stán juntos! xDD
Bien, me largo, hasta pronto ^^
¡Bye!
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| | | shirookami Nivel 2
Cantidad de envíos : 62 Edad : 33 Fecha de inscripción : 16/08/2010
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Dom Jul 03 2011, 10:56 | |
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| | | shirookami Nivel 2
Cantidad de envíos : 62 Edad : 33 Fecha de inscripción : 16/08/2010
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Dom Jul 03 2011, 11:02 | |
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| | | Rushi~chan Nivel 5
Cantidad de envíos : 161 Edad : 26 Localización : mi casa, mi compu jakjajkaja Fecha de inscripción : 08/01/2011
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Dom Jul 03 2011, 14:15 | |
| deseo carnal y amor al maximo... maravilloso!!! sugoi...cuando prometiste que iba a ser un buen capi jamas me imagine que seria TAN sugoi!!! tu lemmon esta de lo mas (see yo tambn soy una pervertida imparable xDD) cnti pronto!!! estubo muuy genial!! | |
| | | lavida13 Nivel 8
Cantidad de envíos : 307 Edad : 29 Localización : aldea de konoha mansion hyuga-uzumaki Fecha de inscripción : 15/01/2011
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Dom Jul 03 2011, 14:55 | |
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| | | Dimencio Nivel 2
Cantidad de envíos : 50 Edad : 28 Localización : En la dimencion D, pero actualmente recido en el Olvido Fecha de inscripción : 27/02/2011
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Dom Jul 03 2011, 14:56 | |
| Jajaja bueno como que ya se puede decir que son pareja OFICIALMENTE Y SENTIMENTALMENTE. Bueno a ver que pasa mas adelante, Sasori se rindió pero fata todavia una hmm | |
| | | Yume-chan New User
Cantidad de envíos : 9 Edad : 28 Fecha de inscripción : 24/06/2011
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Vie Jul 08 2011, 07:24 | |
| estas genial esperare con ansasias la conty alfina estan juntosss waaaaaaaaaaaaa | |
| | | Lady-Uchiha New User
Cantidad de envíos : 3 Edad : 29 Fecha de inscripción : 17/08/2011
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Miér Ago 17 2011, 07:46 | |
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| | | N!ky Nivel 45
Cantidad de envíos : 10927 Edad : 28 Localización : Gobernando en el Infierno Fecha de inscripción : 30/12/2010
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Vie Ago 19 2011, 08:52 | |
| Sugooiii hace tanto k no leia y me metia al foro... (maldito colegio de ****) Muy buena la 2° parte xDD Me encanta este fanfic xDD Espero tu contii!! Una buena noche tuvieron matsuri y gaara xD Te cuidas!! y espero los caps. de tus otros fanfics!! Matta ne! | |
| | | Selene-chan Nivel 6
Cantidad de envíos : 213 Edad : 33 Localización : En mi casa Fecha de inscripción : 21/04/2010
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Dom Ago 21 2011, 08:37 | |
| ¡Hola!
Gomen, tenía la conti desde hace rato pero me acabo de dar cuenta de que aún no la he posteado aquí ¡Perdón!
En serio soy una despistada ¬¬
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Capítulo 15: Nuestra nueva vida
Los rayos del sol le daban de lleno sobre sus ojos negros, haciendo que le resultara imposible mantenerlos cerrados por más tiempo. Tomó aire profundamente, aún sin atreverse a mover un músculo. Se sentía cansada, su cuerpo dolía como si hubiese corrido por horas, las caderas, las piernas y en especial aquella zona femenina, pero todo aquello no le molestaba en lo más mínimo, no si se ponía a recordar todo lo vivido anoche; anoche había tenido su primera vez junto al hombre que amaba.
Sus ojos se abrieron como platos de un momento a otro y se sentó sobre la cama sorprendida, acababa de caer en cuenta de la realidad, de que nada había sido un sueño. Notó que se encontraba completamente desnuda, por lo que se cubrió con la sábana blanca, algo avergonzada. Miró a su alrededor y se percató de que estaba sola, no había nadie junto a ella, él no estaba.
—¿Gaara? – Preguntó en tono bajo, tal vez algo decepcionada, pues esperaba despertar y encontrarlo a su lado para comprobar que no había soñado ninguna de esas bellas sensaciones que anoche inundaron su ser, porque él la había hecho sentir mujer por primera vez y no podía asimilar que era verdad. Después de unos segundos bajó la mirada con tristeza, imaginando lo peor, que él la había dejado después de hacerle el amor, que sólo la quería para eso y nada más.
Estaba a punto de dejar salir las lágrimas al creer que Gaara sólo la había usado por puro placer, que seguramente se estaba burlando de ella anoche y que todas sus palabras no habían sido más que mentiras, a él sólo le interesaba acostarse con las mujeres y después dejarlas, como siempre.
—Acaso… ¿Acaso te burlaste de mí? – Interrogó a la nada, soltando un pequeño sollozo mientras se abrazaba a sí misma.
—Por supuesto que no – Escuchó de pronto aquella voz masculina y grave, que resonó por toda la habitación y la hizo temblar como una gelatina. Alzó la mirada y ahí lo vio, con el cabello mojado y revuelto, los pantalones desabrochados y la camisa a medio abotonar; acababa de salir del baño. Matsuri se sonrojó levemente, pues debía reconocer que como fuera, ese hombre siempre lucía demasiado sexy, aunque se veía muy molesto.
—Gaara… - Pronunció sorprendida, para luego bajar la mirada al ver el ceño fruncido de su esposo. El pelirrojo –por su parte- se acercó a ella con lentitud, sentándose a su lado y tomándola del mentón para obligarla a que lo mirara directo a los ojos.
—¿Tan poco confías en mí, Matsuri? – Cuestionó, dolido, a pesar de que sabía que Matsuri tenía mil y un razones para desconfiar de él. Jamás había sido un hombre serio en ninguna de sus relaciones, ni una sola vez había sido fiel a una mujer, ni mucho menos había jurado amor a alguien, así como Matsuri era nueva en el ámbito de entregarse a una relación al completo, él también lo era, porque jamás había entregado su corazón, como estaba dispuesto a hacerlo ahora con ella.
—Perdóname Gaara – Dijo Matsuri, un tanto avergonzada por haber pensado mal de él —. Tú sabes como soy, sabes que soy una cobarde y siempre saco conclusiones adelantadas, por eso nunca pude decirte que te amaba… lo siento…
Gaara la miró fijamente a los ojos, sin romper ese silencio tan cómodo que se había formado, porque sentía que podría perderse en los oscuros ojos de Matsuri. Con su dedo pulgar, secó una a una las lágrimas que reposaban en el rostro de su amada, para luego besar dulcemente su frente.
—Tú no eres una cobarde, es mi culpa – Aseguró él, abrazándola y respirando el dulce aroma que desprendía su piel —. He sido un fiasco como hombre, siempre fingiendo que no sentía, porque sólo quería protegerme a mí mismo de caer rendido a los pies de alguien y tener que darlo todo por esa persona – Ahora se separó, volviendo a mirarla a la cara —. Pero sólo me mentía a mí mismo, porque desde hace tiempo que ya había caído rendido a tus pies – Sonrió de lado —. Y el único cobarde soy yo por no atreverme a aceptarlo, porque no quería que dejáramos de ser amigos. Perdóname.
—Gaara… - Matsuri no sabía que decir. Estaba claro que los dos se habían equivocado, los dos se negaban a aceptar sus sentimientos y sin embargo, fueron capaces de demostrarlo a fin de cuentas, así que ya el pasado no importaba, sólo el futuro. Fue entonces que abrazó a Gaara con todas sus fuerzas, sintiendo como él le acariciaba el cabello dulcemente.
—Ahora deja de pensar en cosas tontas como que yo te voy a dejar, y vámonos donde Baki.
—¿Para qué? – Preguntó la castaña sin deshacer el abrazo.
—Debemos ir a firmar, hoy vencen los seis meses, así que esa tontería de la cláusula no nos va a molestar más – Gaara hizo una pequeña pausa al notar que Matsuri lo abrazaba un poco más fuerte —. Sin embargo, no pienso dejarte ahora que por fin te tengo, así que ni pienses que vas a ser libre para irte con otro.
—Idiota – Susurró la chica, soltando una pequeña sonrisa.
Gaara acarició con suavidad su espalda, recostándola sobre la cama.
—Suri, no insultes a tu marido o te puedo castigar – Amenazó, con una sonrisa un tanto traviesa. Notó el sonrojo en las mejillas femeninas y que ella aún seguía sin nada de ropa, sólo la cubría esa delgada tela blanca, que él podría quitar en cualquier momento, además, como aún no estaba seco por completo, la había mojado y ahora se traslucía, dejándole una vista maravillosa.
Matsuri notó como él la miraba, lo que la hizo sonrojar aún más.
—Gaara, eres un pervertido – Le regañó, con el ceño fruncido.
—Si lo soy ¿Verdad? – El pelirrojo se acercó a sus labios, susurrando sobre ellos —. Pero ahora soy sólo tuyo… - Y después de eso la besó. En un principio fue un beso dulce, pero a medida que pasaban los segundos se volvió apasionado, frenético, pero aún así lleno de amor.
Por fin, estaban juntos como siempre habían soñado.
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Temari y Shikamaru estaban desayunando tranquilamente mientras comentaban el gran éxito que habían tenido anoche en el lanzamiento del nuevo celular, así como también la extraña ausencia del presidente de la compañía, quien se desapareció en mitad de la celebración, junto con su esposa.
—¿Crees que Gaara y Matsuri hayan tenido algún problema? Estoy algo preocupada de que no regresaran – Dijo Temari mientras comía un poco de ensalada, ya que llevaba una dieta especial por su estado. Por su parte, Shikamaru mordió una tostada y la miró con normalidad.
—Ya te lo dije anoche, seguro ese par se han escapado para tener sexo.
—¡Shikamaru! – Lo regañó la rubia con el rostro sonrojado, pero al verlo sonreír no pudo evitar soltar una sonrisa también, a fin de cuentas, su esposo nunca decía las cosas en vano —. Vago, no me digas esas cosas.
—¿Por qué sigues llamándome vago? – Cuestionó con el ceño fruncido. Temari sólo rió graciosamente, divertida al haberlo fastidiado, pero fue él mismo quien decidió cambiar de tema —. En fin, ayer estuve… mirando libros de bebé – Bajó la mirada algo avergonzado —. Ya sabes… por lo del nombre.
—¿De verdad? – Preguntó la rubia sorprendida, pero al cabo de unos segundos sonrió con agrado, pues era lindo escucharlo preocuparse por el bebé.
—Ajá – Asintió el Nara con la cabeza. A decir verdad, estaba muy entusiasmado con lo del nombre, y a él pocas cosas en el mundo lo emocionaban de verdad —. A mí me gusta Haru, creo que es un buen nombre y quedaría bien con nuestro apellido.
—Es verdad – Temari acarició su crecida barriga, con ilusión —. Haru Nara… - Susurró, expectante del momento en que por fin tendría a su bebé en los brazos, a su pequeño Haru.
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Se encontraban los dos afuera de la oficina de Baki, estaban tomados de la mano, aunque no podían ocultar los nervios que los invadían, porque esto era algo así como salir de la cárcel. Matsuri no podía creer que hasta hace sólo un día estaba sufriendo porque creyó que perdería a Gaara para siempre, que firmando esa cláusula ya todo estaría perdido, pero no era así, ahora esto sólo marcaba el inicio de una nueva vida, estando juntos.
En cierta forma se sentía como una tonta, porque no podía dejar de reír disimuladamente cada vez que recordaba que Gaara le había dicho que la amaba y que se lo había demostrado de la mejor forma posible, de sólo imaginarlo, ansiaba repetirlo una vez más.
—Gaara, Matsuri, ya pueden pasar – Dijo Baki abriendo la puerta, con su siempre seria expresión. El pelirrojo apretó la mano de la chica y asintió con la cabeza, entrando junto con ella a la oficina del abogado.
—¿Tienes listo el documento no es así? – Interrogó Gaara mientras él y Matsuri tomaban asiento frente al moreno, quien asintió con la cabeza, sacando unos papeles del cajón de su escritorio.
—Con esto se termina tu tiempo de espera Gaara – Respondió enseñando el documento ante los ojos del joven —. Al firmar podrás liberarte para siempre de la cláusula – La mirada de Gaara pareció brillar al oír esas palabras, pues por fin dejaría de tener encima ese peso que sentía que lo sofocaba, que lo amarraba, ahora recibiría la totalidad de su herencia y nadie podría decirle lo que tenía que hacer. Pero por un momento recordó lo que siempre había deseado desde que todo esto comenzó; quería divorciarse, recuperar su libertad y volver a ser el mismo de antes, ese hombre que sólo pensaba en las mujeres como un tipo de diversión más, trofeos que podía tener cuando y donde quisiera, sin importarle lo que ellas pudieran sentir. Sí, eso quería, pero lo quería antes, antes de haber estado con Matsuri y de descubrir lo que era el verdadero amor, antes de haberla hecho suya de la forma en que lo hizo, de haberse hecho su dueño. Ahora, cada vez que la miraba ahí a su lado, no era capaz de imaginar un futuro sin ella, sin sus sonrisas, sin sus besos, sin despertar con ella en las mañanas o sin tenerla entre sus brazos por las noches, porque definitivamente ella era la única mujer que quería tener a su lado por el resto de sus días.
Ahora estaba seguro de lo que deseaba para el futuro, una vida junto a Matsuri, para siempre.
—Bien – Susurró, recibiendo el documento en sus manos y sacando una pluma, dispuesto a firmar. El lápiz parecía moverse por inercia sobre el papel y en segundos su firma ya estaba estampada en el documento, por lo que le tocó el turno a Matsuri, que lo hizo igual de rápido.
En otro momento, Matsuri se habría sentido la persona más infeliz del mundo al acabar con este contrato, pero ahora los papeles habían cambiado, porque ya no era una esposa de mentira, aunque firmara no tendrían por que estar alejados.
—Listo – Dijo la castaña con una sonrisa, dejando el lápiz sobre el escritorio, para luego mirar a su esposo, mientras él le tomaba fuertemente la mano. Gaara la miró, sonriéndole levemente, para luego volver a mirar al abogado.
—Bien, gracias por todo Baki, nos estaremos viendo para arreglar lo de la herencia – Dijo poniéndose de pie junto a su esposa. Estrechó la mano de Baki sin poder ocultar su felicidad, lo que en verdad sorprendía al hombre, pues jamás lo había visto sonreír de esa manera, nunca le vio tan feliz en su vida.
Gaara se dirigió a la puerta junto a su amada, pero el llamado del abogado le detuvo.
—Espera Gaara – El hombre miró de reojo a Matsuri, como queriendo decir que necesitaba hablar a solas con el chico, ella lo entendió enseguida —. Necesito hablar contigo sobre otro asunto – Completó Baki.
—Claro – Gaara entendió el mensaje y miró a Matsuri con sus ojos de enamorado —. Amor ¿Me esperas afuera? Ya salgo – Se acercó a ella y depositó un dulce beso en sus labios, haciéndole mil cosquillas en el estómago y estremeciendo por completo su pequeño cuerpo.
—Sí, Gaara Asintió ella con las mejillas sonrojadas, después de todo no esperaba que Gaara la fuese a besar delante de Baki, quien seguramente conocía de sobra todo el rollo del matrimonio falso. Para ser un abogado de excelente reputación, había pasado por alto muy fácilmente aquel fraude, seguramente porque siempre apreció al padre de Gaara y quería ayudar a su hijo.
Después de que Matsuri saliera del despacho, Baki volteó a mirar a Gaara con seriedad.
—Ella se ve muy enamorada de ti – Comentó, observando la expresión serena en el rostro del más joven —. Le romperás el corazón – Continuó, soltando un suspiro para cambiar de tema —. En fin ¿Para cuando quieres los papeles del divorcio?
—No los quiero – Respondió simplemente Gaara, con su mirada fija en la ventana del cuarto —. Y tampoco planeo romperle el corazón a mi esposa – Volteó a ver a Baki, con una decisión que el hombre jamás había visto antes en él, cosa que lo sorprendió —. La amo y no me separaré de ella.
—Eso me alivia – Dijo por fin el abogado con una sonrisa pequeña —. Al fin te has dado cuenta, Gaara.
Gaara no dijo nada, sólo asintió con la cabeza y salió de la oficina.
¿Dejar a Matsuri? Eso ni en sueños, no después de lo que había pasado entre ellos. No después de que ella había sido suya, de que la tuvo desnuda en su cama y que pudo sentir su piel, sus caricias y sus besos. Ni soñando prescindiría ahora de ella, porque la necesitaba a su lado para seguir viviendo, necesitaba besar esos dulces labios y oírla gemir entre sus brazos. No podía parar de desear repetir el acto de anoche, volver a hacerle el amor a Matsuri y deleitarse con su cuerpo y su amor, quería hacerla suya una y otra vez, hasta ya no poder más.
—¿Qué te dijo Baki? – Le preguntó Matsuri al verlo salir, abrazándolo. Él la rodeó por la cintura con delicadeza.
—Me habló sobre el divorcio – Contestó, pero antes de que la castaña le dijera algo, él siguió hablando —. Pero no te preocupes, que le dije que no me pienso divorciar de ti nunca – Le aseguró.
—Más te vale – Amenazó la chica con voz graciosa, a lo que él soltó una risita y se separó de ella, apreciando su carita de niña berrinchuda.
—Vámonos – Ordenó de pronto, mientras la jalaba de la mano y ella se sorprendía.
—¿A dónde vamos? – Preguntó interesada.
—A dar una vuelta, por el día de hoy, serás como mi novia y tendremos una cita – Le informó, dejando a la chica aún más confundida ¿Qué quería decir con que sería como su novia?
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Naruto salió de su oficina para pedirle unas cosas a Hinata, con quien había tenido un ligero alejamiento desde anoche, pero no quería hablar ahora sobre eso. Cuando salió y vio a Sasuke del otro lado no pudo evitar acercarse, tenía que saber que sucedía entre él y Sakura, por qué razón Sasuke no le había comentado nada acerca de su relación ¿Por qué se lo ocultó?
—¡Sasuke! – Le llamó con el ceño fruncido. El Uchiha lo miró sin inmutarse, pues ya se esperaba que esto sucedería, sabía que Naruto le reclamaría por no haberle dicho que estaba saliendo con Sakura.
—¿Qué sucede Naruto? – Preguntó, aparentando estar desinteresado y libre de toda culpa. El rubio –por su parte- le hizo un gesto de mano para que lo siguiera hasta su oficina.
Hinata observó la escena en silencio, doliéndole el hecho de que a Naruto le afectaba aún con quien pudiera estar su ex novia, tal vez aún sentía algo por ella y al verla junto a Sasuke se había dado cuenta, tal vez su persona no significaba tanto en la vida del rubio como pensaba.
Mientras, dentro de la oficina de Naruto reinaba un incómodo silencio, ambos jóvenes se miraban fijamente en medio de un tenso ambiente.
—Dime la verdad – Exigió el rubio con voz rabiosa. Estaba demasiado molesto, sabía que ya no amaba a Sakura, tal vez nunca lo hizo, sin embargo, que su amigo estuviera con la que fue su novia, además de que se lo ocultó, no le daba buena espina, sabía que había algo detrás y que Sasuke estaba evitando decírselo.
—¿Qué quieres saber? – Cuestionó Sasuke con voz calmada, ignorando la ira de Naruto —. ¿Acaso sobre mi relación con Sakura?
—¿Por qué…? ¿Desde cuando?
—Cuando la conocí me enamoré de ella – Reconoció Sasuke sin ser capaz de mirar al rubio a la cara, pues para él decir que estaba enamorado no era nada fácil, pero sin duda lo más difícil era lo que estaba por confesar, ya no podía esconderlo —. Ella y yo… hemos estado juntos desde antes de que ustedes terminara… lo siento… - Bajó la mirada, sin notar la sorpresa del Uzumaki.
—¡¿Lo sientes?! - - Exclamó, alterado —. ¡Maldito traidor! – Explotó de ira, lanzándose en contra de Sasuke con su mano empuñada, quién no se esperaba el ataque y terminó en el suelo con su labio sangrando —. ¿Cómo pudiste acostarte con mi novia?
—Ya no es tu novia – Le recordó el azabache, sin levantarse, llevándose una mano a la boca para detener el sangrado.
—¡Lo era cuando te acostaste con ella!
—¡Maldita sea Naruto, no tenías que reaccionar así! – Gritó Sasuke parándose ofuscado, no consideraba que el asunto fuera tan importante, pero para Naruto lo era, porque acababa de darse cuenta de que había sido traicionado por dos personas importantes para él.
—¿Cómo demonios quieres que reaccione? ¿Esperabas que te felicitara? – Ironizó Naruto, empuñando sus dos manos esta vez, con impotencia.
—¡Ni siquiera la amas!
—¡Eso no disminuye el hecho de que seas un traidor!
—Ya es suficiente – Masculló Sasuke enojado, se limpió la sangre de la boca y le regresó el golpe a Naruto justo en el estómago, quitándole todo el aire. A pesar de que no quería pelear con él, debió hacerlo para calmarlo —. ¿Quién te crees que eres? ¿Acaso crees que tienes derecho a reclamar? Ni siquiera pudiste hacerla feliz.
—¿Tú… que sabes? – Naruto aún no podía respirar normalmente, sus manos estaban sobre su estómago y el aire lentamente comenzaba a pasar a sus pulmones. Estiró su mano y trató de devolverle el golpe a Sasuke, pero justo en ese momento la puerta se abrió, dejando ver a una preocupada ojiperla.
—Naruto-kun, Sasuke-san, paren por favor – Les rogó con tristeza, haciendo obvio que se había dado cuenta de lo que sucedía, lo que avergonzó a los dos por estar actuando como niños.
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Matsuri estaba sentada en la banca de un parque, observando como un grupo de niños jugaban en una especie de castillo con toboganes incluidos. Ella sonreía, imaginando que tal vez algún día tendría un hijo propio, ahora que estaba bien con Gaara quizás él aceptaría que tuvieran un bebé, le llenaba de ilusión aquella idea, el poder tener un hijo de él.
—¿En que piensas? – Le preguntó Gaara acercándose a ella por la espalda para abrazarla, poniendo una flor roja enfrente de sus ojos. Matsuri sonrió, recibiendo en regalo.
—En nada importante – Respondió dándose la vuelta para besar la mejilla de Gaara, quién se sentó a su lado y la abrazó. Ahora entendía que quiso decir con que por hoy serían novios; ellos no habían tenido ese tipo de relación, noviazgo y matrimonio, sino que ya estaban casados antes de comprender que debían estar juntos, por lo que sentían como si se hubiesen saltado una etapa importante en su relación —. Sólo que… - Continuó hablando la castaña —. Aún no puedo creer esto, estar contigo… era mi sueño…
—Ya deberías creerlo – Le dijo Gaara con el ceño fruncido —. ¿Por qué te cuesta tanto aceptar que te amo?
—Han sido muchos años de ser los mejores amigos, demasiadas veces te he visto con mujeres, o me has pedido ayuda para tus citas, mientras yo siempre deseaba ser una de ellas – Bajó la mirada —. He pasado demasiado tiempo amándote en silencio – Un nudo se formó en su garganta al recordar todo ese dolor que siempre llevaba consigo.
—Matsuri, lo siento tanto… - Se disculpó Gaara sinceramente, abrazándola con mayor ahínco. Jamás imaginó que durante todo este tiempo le hubiese hecho tanto daño, no se lo podía perdonar a sí mismo, había sido un idiota al no darse cuenta de los sentimientos de Matsuri, pero más idiota había sido al no notar los suyos propios. Pero ahora ya no la volvería a lastimar, ella era su esposa y él se dedicaría de ahora en adelante a hacerla feliz.
—Ya no importa – Dijo la castaña cerrado sus ojos y escondiendo su rostro en el pecho de su marido. Le encantaba el aroma de su perfume masculino, la forma de su cuerpo y ese rostro tan perfecto, su cabello rojo como el fuego y sus ojos fríos pero cálidos a la vez. Todo de él lo amaba, la volvía loca, ansiaba volver a entregarse a él una y mil veces más, sentir su cuerpo junto al suyo y amarlo hasta olvidarse de su propio nombre.
—Al final fue buena la idea de casarnos, así pude darme cuenta de mis sentimientos por ti, pude entender que te amaba, que siempre lo había hecho.
—Yo no necesité de la boda para darme cuenta – Matsuri se separó unos centímetros, para mirarlo con una sonrisa dulce y las mejillas enrojecidas tiernamente —. Yo no acepté casarme contigo porque eras mi mejor amigo, lo hice porque te amaba y no me importaba nada más que tu felicidad, porque te sigo amando y siempre lo haré, por eso… nunca pude estar con otro hombre – Ahora se sonrojó un poco más —. P-pero cuando estuvimos juntos yo… para mí fue algo maravilloso, porque nunca me había sentido así – Ahora bajó la mirada, mirando la flor que tenía entre sus manos.
Gaara la veía embelesado, sus palabras le habían tocado el corazón, así que la tomó del mentón y la besó apasionadamente, encontrando sus lenguas una vez más, para que danzaran la una con la otra hasta sentir que les faltaba el aire. Se separó de ella, notando que su amada aún quería más, pues sus ojos permanecían cerrados, pero prefirió ser algo tacaño.
—¿Sabes? Me encanta saber que sólo has sido mía – Se acercó al oído femenino —. Me enfermaría saber que otro te ha tocado antes de mí – Susurró, haciéndola estremecer por completo.
—Gaara…- Murmuró Matsuri antes de volver a besar sus labios, pasando ambas manos detrás del cuello del pelirrojo. Se separaron con una sonrisa y en ese momento pasó una pareja sonriente delante de ellos, la chica llevaba a un bebé pequeñito en sus brazos. Matsuri no pudo evitar desviar su vista hacia ellos, enterneciéndose por esa criatura. Gaara se dio cuenta de eso y volvió a hacer que ella lo mirara, tomándola del mentón.
—Matsuri – Le dijo —. ¿Quieres tener un bebé? – Preguntó sin rodeos, notando como ella lo miraba sorprendida, alejándose.
—¿Eh? ¿Q-qué dices Gaara?
—Bueno… - Gaara desvió la mirada, rascándose la nuca un poco nervioso —. Recordé que una vez tu me lo comentaste, que te gustaría mucho tener un hijo con el hombre que amas – Sonrió con cierta arrogancia, mirándola —. Y está claro que esa persona soy yo.
Matsuri entrecerró la mirada —. Con que jactándote – Dijo en tono de broma, para después cambiar su expresión por una un poco triste —. Pero tú me dijiste que a ti no te gustaría, para mí sería hermoso tener un hijo tuyo Gaara, pero si tú no quieres yo…
—Por supuesto que quiero – La interrumpió, dejándola asombrada. Gaara se le acercó, volviendo a abrazarla —. Contigo quiero todo – Afirmó, dándole un beso corto y dulce —. Es cierto que antes ni muerto hubiera pensado en esa posibilidad, pero eso fue cuando no sabía lo que era amar, y yo contigo quiero estar para siempre, quiero darte una familia y que seas muy feliz – Sonrió —. No puedo esperar para verte con mi bebé en los brazos.
—Te amo – Fue todo lo que dijo Matsuri, rodeándolo por el cuello una vez más para volver a besarlo. Estaba tan feliz por esto, porque ahora estaba segura de que Gaara sí la amaba, de que iban a ser muy felices juntos y que tal vez pronto podrían ser una verdadera familia.
Por su parte, él mostró una sonrisa un tanto lujuriosa.
—¿Sabes? – Habló al separarse —. Además, si decimos que queremos tener un hijo, es la excusa perfecta para hacer el amor todos los días.
—P-pervertido – Le acusó por segunda vez en el día, mas él sólo la besó, porque no podía negar que sí era un pervertido y con todas sus letras, pero sólo sería así con ella.
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Hasta aquí por ahora, ya pronto estará la segunda parte y perdón por la demora ^^u | |
| | | N!ky Nivel 45
Cantidad de envíos : 10927 Edad : 28 Localización : Gobernando en el Infierno Fecha de inscripción : 30/12/2010
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Dom Ago 21 2011, 13:48 | |
| Sugoiii!!!!
Me encanto xD
Me mato eso de cuando Gaara le dijo a matsuri k lo de tener un hijo era la excusa perfecta para tener sexo todos los dias xDDD
Me encanta tuS fanficS Selene-chan xDD
Espero tu conti!!
Te cuidas!!
Matta ne!!! | |
| | | Dimencio Nivel 2
Cantidad de envíos : 50 Edad : 28 Localización : En la dimencion D, pero actualmente recido en el Olvido Fecha de inscripción : 27/02/2011
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Jue Ago 25 2011, 14:24 | |
| Jajajaja estoy de acuerdo con Matsuri, Gaara es un pervertido. Bueno aqui mi comentario y que bueno que actualizaste jaja, estare al pendiente del siguiente hmm | |
| | | lavida13 Nivel 8
Cantidad de envíos : 307 Edad : 29 Localización : aldea de konoha mansion hyuga-uzumaki Fecha de inscripción : 15/01/2011
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Vie Ago 26 2011, 11:06 | |
| jajaj esto de acuerdo con gaara es una perfecta excusa para hacer el amor jeje bueno conti pronto selene ^^ | |
| | | shirookami Nivel 2
Cantidad de envíos : 62 Edad : 33 Fecha de inscripción : 16/08/2010
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Lun Ago 29 2011, 10:12 | |
| YEAHHH!! que hermozo amanecer tuvieron eso dos!!! y claroo, este Gaara no se quedó para nada atras!!! sabe muy bien aprovechar las situaciones y aplicar las excusasXD juje Sale espero conti!! we we we we we | |
| | | Selene-chan Nivel 6
Cantidad de envíos : 213 Edad : 33 Localización : En mi casa Fecha de inscripción : 21/04/2010
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Dom Sep 11 2011, 10:18 | |
| ¡Hola!
He aquí la conti del fic, espero que les guste ^^
Advertencia: Lime.
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Hinata se encontraba en silencio curando el rostro de su novio Naruto, ya que ellos no habían parado de pelear después de que ella entró, al contrario, se dieron un par de buenos golpes antes de cansarse.
Ahora Sasuke ya no se encontraba en ese lugar, se había ido para dejarlos a ellos a solas y un gran silencio reinaba.
—¿Por qué pelearon? – Exigió saber la Hyûga, mientras limpiaba con un algodón la sangre del rubio, el cual le miró fijamente, se sentía avergonzado por lo que había pasado, pero sobre todo por hacerla sufrir, ella no tenía nada que ver, sin embargo no había podido quedarse de brazos cruzados sabiendo como un de sus mejores amigos le había clavado el puñal por la espalda.
—No es asunto tuyo – Respondió cortante, pues quería dejarla fuera del asunto, pero no contaba con que ella no pensaba igual.
—¿Fue por ella, verdad? – Hinata arrojó el algodón a la basura, usando un tono bastante demandante, que jamás había utilizado antes con Naruto. Estaba demasiado molesta y dolida, porque Naruto era su novio, no de Sakura —. ¿Tú lo golpeaste porque anda con ella?
—Te dije que no era asunto tuyo – Volvió a responder igual.
—¡No me evadas! – Gritó Hinata con desesperación, soltando varias lágrimas —. Aún la amas ¿No es cierto? Dime la verdad.
—¿Qué? – Cuestionó Naruto poniéndose de pie —. Claro que no – Negó enojado, sin darse cuenta de la mirada herida de su novia, que no hacía otra cosa que ver al suelo, sin embargo, él estaba cegado por su ira.
—No me mientas – Insistió la Hyûga, ya sin poder detener su llanto, era demasiado triste darse cuenta de que todo lo que vivió junto a Naruto no había sido más que un sueño, el cual acababa de llegar a su final —. Naruto-kun, ahora veo que tú… no me amas…
—¿Qué estás diciendo Hinata? – Habló Naruto sorprendido, dándose cuenta por fin de lo que estaba pasando, de que la estaba perdiendo sin hacer nada por detenerla, lo había arruinado todo.
—Tú aún la amas a ella – Afirmo Hinata, alejándose hasta llegar a la puerta —. Es por eso que sucedió todo esto… - Se secó una lágrima traicionera y no se atrevió a levantar el rostro para mirar a Naruto; no quería verlo —. Yo… Naruto-kun… lo entiendo todo ahora, esto… se ha terminado…
Sin decir más, salió de la oficina, dejando a un sorprendido Naruto paralizado en su sitio ¿Qué acababa de pasar? ¿Acaso Hinata había terminado con él? ¿Y por qué demonios no era capaz de moverse y correr detrás de ella?
—Hinata… - Susurró, cayendo sentado. Se llevó ambas manos a la cabeza y trató de calmarse. Era un imbécil, era justo esto lo que quería evitar cuando empezó a salir con Hinata, nunca quiso lastimarla, pero ahora estaba demasiado confundido con todo esto y no podía seguirla, no ahora.
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Temari estaba caminando por la empresa, llevando unos papeles en sus manos, cuando de pronto vio salir del ascensor a Gaara y Matsuri tomados de la mano y sonriéndose mutuamente. La verdad, fue una imagen que la desconcertó, esperaba ver a su amiga devastada, pues ahora que lo pensaba, hoy debían ir donde Baki, pero no, Matsuri estaba radiante, más que nunca.
—Gaara, Matsuri, por fin aparecen – Se les acercó sonriente, tenía que averiguar que se traía ese par, la curiosidad la estaba matando.
—Hola Temari, lamentamos llegar tarde pero teníamos una cita con Baki – Explicó Matsuri, que no era capaz de disimular su felicidad ni aunque su vida dependiera de ello, parecía que algo muy bueno le había pasado y Temari se revolvía por saber que había sido, pues aquel semblante lo traía también Gaara.
—Claro, supongo que firmaron todo eso de la cláusula.
—Así es – Respondió Gaara, tan serio como siempre, aunque por dentro se sentía demasiado feliz, por fin era libre del recuerdo de su padre, pese a que debía reconocer que él tuvo razón en cuanto a sus palabras; estar casado no era tan malo, no si se estaba con la persona amada. Matsuri era el amor de su vida y a su lado lo tenía todo, nunca se había sentido tan completo y realizado como cuando la hizo suya —. Bueno Matsuri, yo voy por unas cosas a mi oficina y paso luego por ti.
—De acuerdo Gaara – Matsuri le sonrió y Gaara le dio un corto beso en los labios para luego alejarse, ante la mirada pasmada de su hermana. Cuando él se alejó, sin darse cuenta Matsuri soltó un suspiro, entonces Temari la agarró de la muñeca, jalándola.
—Vas a contarme todo y con lujo de detalles, porque a mí no me engañas, estoy segura de que entre ustedes pasó algo – Decía la rubia con emoción en su voz, mientras que Matsuri se sonrojaba levemente por verse expuesta de esa manera, sin embargo, no quería callarlo, tenía ganas de gritar a los cuatro vientos que por fin Gaara la había hecho su mujer.
—Está bien Temari, te contaré pero vamos a tu oficina – Susurró la chica como si se tratase de un secreto, y es que ciertamente lo era, pues nadie sabía que su matrimonio solía no ser real. Temari asintió con la cabeza y las dos se dirigieron presurosas a su oficina, cerrando la puerta.
—¿Y bien? Quiero enterarme de todo – Insistió la futura madre, notando la enorme sonrisa que aparecía en el rostro de su amiga.
—Temari, Gaara me ama – Confesó de lo más contenta, saltando a los brazos de su cuñad —. Él me ama amiga, me lo dijo anoche.
—¡Lo sabía! – Celebraba la rubia sonriente, tal como Matsuri, abrazándola y saltando por toda la oficina como un par de locas —. Siempre lo supe, sabía que mi hermano te amaba, pero cuéntame como fue que te lo dijo ¡Quiero saber!
—No seas ansiosa, después te lo contaré en detalle – Dijo la castaña con una risita —. Estoy tan feliz, no sabes cuanto – Se separó de su amiga sonrió aún más —. Y eso no es lo mejor de todo, estamos juntos, no nos vamos a separar.
—Que buena noticia, Matsuri, al fin el idiota de mi hermano se ha dado cuenta de lo que siempre ha tenido frente a él – De un momento a otro la sonrisa de Temari cambió por una de picardía —. Pero no me has contado todo ¿Verdad? Dime… ¿Ya han consumado el matrimonio? Porque tu semblante es el de una mujer satisfecha.
Matsuri enrojeció completamente al oírla ¿Cómo es que Temari se había dado cuenta tan rápido? ¿Acaso era tan notorio en ella? ¿O es que su amiga era una bruja?
—B-bueno… s-sí – Admitió avergonzada, bajando la mirada y jugando con sus dedos como lo hacía Hinata —. Anoche… anoche Gaara y yo… hicimos el amor.
—¡Kya! – Exclamó Temari, volviendo a saltarle encima como una niña ilusionada —. ¡Al fin mi querida amiguita se ha convertido en una mujer!
La castaña no pudo hacer más que sonreír, a fin de cuentas, Temari tenía razón.
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Eran aproximadamente las diez de la noche. Gaara y Matsuri habían pasado juntos todo el día. Habían ido al parque de diversiones, a pasear por la ciudad tomados de la mano, a cenar en un restaurante, todo lo que nunca hicieron como novios; había sido una verdadera cita de novios. Mas ahora, cuando ya había llegado la noche, ya no eran novios, sino marido y mujer.
Estaban besándose sobre la cama, Gaara estaba sentado a los pies de la misma, mientras que Matsuri permanecía sentada sobre él. Con una de sus pequeñas manos le recorría la espalda suavemente y con la otra acariciaba su cabello rojo, enredando en él sus finos y largos dedos. Gaara por su parte, tenía sus dos manos sobre las caderas de Matsuri, ayudándole a moverse lentamente sobre él, rozando sus sexos de forma excitante.
—Gaara… te amo… - Susurró la castaña contra sus labios, con la respiración tremendamente agitada debido a los suaves movimientos, porque podía sentir la dura masculinidad de su esposo chocando contra su ya húmeda intimidad de mujer, excitándola aún más.
—Yo también Matsuri… - Respondió Gaara, besándola apasionada y profundamente, introduciendo su lengua en la pequeña boca de la fémina para encontrarse con su exquisita lengua. Con una de sus manos comenzó a quitar los botones de la blusa, dejando a la vista sus redondos senos, cubiertos por la tela del sujetador, apreciando también el blanco y plano abdomen de su mujer. Separó sus labios de los de ella después de un rato y la miró embelesado —. Me muero por ti -Sus dedos se deslizaron lentamente por la blanca y suave piel del abdomen femenino, hasta llegar a esas preciosas montañas que tanto le gustaban, acariciando uno con su mano derecha —. Quiero hacerte mía – Susurró, mordiendo con suavidad el hombro de la chica al tiempo que la liberaba de su blusa.
—Hazme el amor otra vez – Rogó Matsuri con vos entrecortada, quitando los botones de la camisa de Gaara —. Ya no puedo soportar más.
Después de quitarle la blusa, Gaara la tomó por las caderas y la levantó entre sus brazos, llevándola consigo hasta la parte delantera de la cama, para arrojarla con suavidad y así recostarse encima de ella, lo único que deseaba era desnudarla de una vez por todas.
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El día había llegado y Gaara abrió sus ojos con cierta pesadez. Se sentó sobre la cama algo adormilado, para luego mirar hacia su costado, encontrando a su hermosa esposa profundamente dormida y desnuda bajo las sábanas. Anoche nuevamente la había hecho suya, ella se le entregó de una forma tan apasionada y le sorprendió darse cuenta de que a pesar de que era la segunda vez que lo hacía, era realmente buena y se mostró mucho más atrevida que la primera vez.
—Matsuri, abre los ojos, dormilona – Le susurró al oído, logrando despertarla. Comenzó a besar su mejilla y su sien, hasta que ella abrió sus ojos y volteó su rostro para que sus labios se pudiesen tocar. Se besaron intensamente, hasta que el aire comenzó a hacerles falta.
—Buenos días, mi amor – Le saludó Matsuri con una sonrisa, mientras que Gaara acariciaba su cintura sobre las sábanas —. ¿Qué hora es?
—Son las siete, debemos irnos a la oficina – Gaara la besó una vez más y se levantó, tenía que darse una ducha y vestirse para el trabajo, por más que deseara permanecer ahí, desnudo y junto a ella.
Matsuri sonrió y se acomodó mientras lo veía levantar. Le encantaba esta nueva vida que estaban llevando, amándose el uno al otro como un matrimonio de verdad, no importaba que nunca hubiesen sido novios, estar así era lo máximo, poder entregarse a él, sentir su cuerpo perfecto acorralándola en la cama, enredarse en las sábanas mientras él le hacía el amor.
—Soy tan feliz de estar contigo – Susurró cerrando los ojos y sonriendo.
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Iban a ser las doce y ella aún no se aparecía, no le había respondido los mensajes ni le atendía las llamadas. Naruto estaba temiendo que Hinata ya no quisiese volver, la pelea de ayer había sido bastante fuerte y conociendo a Hinata como la conocía, ella haría todo lo posible por estar lejos de él, incluso si debía renunciar a su trabajo, a fin de cuentas no lo necesitaba.
—Maldita sea, Hinata, respóndeme – Mascullaba enojado, ya que de nueva cuenta le había respondido la contestadora automática cuando intentó llamarla a su celular.
En ese momento Sasuke salió del ascensor y Naruto lo vio, ya que estaba sentado en el escritorio de Hinata. Ambos se miraron fijamente y se hicieron un desprecio.
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Matsuri estaba un poco deprimida, esperaba poder almorzar junto a Gaara, pero él se había tenido que quedar en la oficina terminando unos asuntos urgentes, así que tuvo que conformarse con sus dos cuñados y su concuñado, que parecía muy aburrido.
—Así que mi querida cuñadita logró hacer el matrimonio real – Comentaba Kankuro de lo más sonriente, como si ese tema no avergonzara de sobremanera a Matsuri.
—Cállate tarado ¿Qué no ves que la incomodas? – Lo regañó su hermana dándole un golpe en la cabeza. A la castaña le apareció una gotita en la frente, ellos estaban ya tan grandes y seguían comportándose como niños.
—Siempre supe que esa boda era una farsa – Dijo Shikamaru de forma despreocupada —. Era demasiado sospechoso que decidieran casarse así nada más – Matsuri lo miraba atentamente y también los dos Sabaku No —. Aunque a ustedes dos siempre se les notó que sentían cosas el uno por el otro.
—¿Tú crees Shikamaru? – Le preguntó Matsuri con un pequeño sonrojo adornando sus mejillas —. La verdad es que Gaara me dijo que me quería de antes, pero yo nunca mi di cuenta, como andaba con todas esas mujeres, detrás de sus faldas como un perro faldero… - Sin darse cuenta se había comenzado a molestar, se estaba poniendo celosa y apretaba sus puños mientras su ceño se fruncía y tanto Temari como Kankuro la veían desconcertados.
—Bueno, ese Gaara es un problemático sin remedio, pero no puede disimular que te ama.
—Es verdad Matsuri, confía en él – Le dijo Temari sonriendo. Kankuro le tomó la mano a su cuñada, queriendo hacerla sentir mejor.
—Gaara siempre ha estado confundido, pero él cambió por ti, él me lo dijo, me dijo que te amaba, así que no dudes de él.
—No lo haré Kankuro, gracias – Respondió Matsuri sonriendo, estaba realmente feliz por tener el apoyo de todos ellos.
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Gaara miraba la hora mientras salía de la empresa hacia donde había dejado estacionado su auto, si se daba prisa tal vez aún podría almorzar con su esposa.
—Rayos – Murmuró notando que era bastante tarde, pero de verdad quería alcanzarla, quería estar con ella, sin embargo, al llegar a su auto, notó a un molesto tipo apoyado en su puerta, esperándolo —. ¿Qué diablos quieres? – Preguntó frunciendo el ceño.
—Quiero hablar contigo ¿Es obvio no? – Respondió acercándose a Gaara. Se paró frente a él con su sonrisa arrogante, sólo para intentar provocarlo.
—Sasori, no tenemos nada de que hablar, lárgate antes de que te mate – Amenazó el Sabaku No con una mirada llena de odio, pero no logró intimidar a su enemigo.
—Gaara, no vengo a pelear contigo, hablemos como dos personas civilizadas – Sasori seguía riendo de aquella forma tan desesperante para Gaara, pero él tampoco se quedaba atrás, no quitaba su mirada de odio.
—Dime que quieres.
—Sé perfectamente que tu matrimonio con Matsuri es una farsa, tú no la amas, sólo le estás haciendo daño ¿Por qué no la dejas en paz?
Al oírlo Gaara no pudo hacer más que reír arrogantemente, apoyando su mano sobre el hombro de Sasori, como si se compadeciera de él.
—Amigo, creo que estás muy atrasado en noticias – Su sonrisa se acrecentó aún más, siendo casi malévola —. Matsuri es mi mujer, nuestro matrimonio es tan real como cualquier otro, ella ya ha sido mía más de una vez.
—¿Qué? – La mirada confiada de Sasori desapareció al oírlo, no podía creer esto, no podía soportar la idea de que Matsuri se hubiese entregado a Gaara y no a él —. Es mentira, estás mintiendo… ¡Mientes! – Gritó, empujando a Gaara lejos de él.
—No es mentira – Aseguró el de ojos aguamarina, aún riendo, aunque no se sentía muy orgulloso de hacer esto, sabía que era necesario para que Sasori entendiera de una vez por todas lo que había entre él y Matsuri —. No sabes como lo disfruta cada vez que la hago mía, como gime pidiéndome más, rogándome que no pare, no tienes idea de lo que se siente acariciar su piel, sentir la calidez de su cuerpo.
—¡Cállate! – Exclamó Sasori dándole un golpe en el estómago, no podía oír más o terminaría por volverse un homicida. Gaara no terminó de recuperar el aire cuando Sasori le pegó un puñetazo ahora en el rostro, estaba lleno de ira —. ¡Estoy harto de ti, te mataré, te mataré y así ella será mía!
—¡Maldito! – Gaara le respondió el golpe con un puñetazo en la mejilla —. Entiende una cosa, aunque me mates, Matsuri jamás será tuya, ella me ama y nunca dejará de hacerlo.
—¿Tú que sabes? – Sasori volvió a golpear a Gaara, se sentía furioso y no podía ni quería contenerse, simplemente quería acabar con el que una vez fue su amigo, pero que se atrevió a arrebatarle a la mujer de su vida, eso nunca se lo iba a perdonar.
—Lo sé porque ella me lo dijo – Respondió Gaara, limpiándose la sangre que caía por su boca —. Me lo dice cada vez que hacemos el amor ¡Cada vez que estamos juntos! – Gritó, golpeando a Sasori una vez más en el rostro y haciéndole dar una vuelta hacia atrás, para caer arrodillado al suelo. La respiración de Gaara era agitada, aún no lograba recuperarse del golpe en el estómago —. Deja de ser tan patético, deja de mendigarle amor a una mujer que ya está casada, que nunca te va a amar.
—Tú… no eres quien… decide eso… - Aseguró Sasori, cansado por la pelea.
—¡Maldita sea Sasori! – Exclamó Gaara furioso, completamente superado por la situación, por lo terco que era ese tipo. Tomó a Sasori bruscamente del cuello de la camisa, halándolo con fuerza —. Escúchame, entiendo lo que sientes, sé que la amas, pero métete en la cabeza que ella no siente lo mismo por ti, que ella está conmigo y si de verdad la amas, entonces endiente y acepta que ella es feliz.
—No puedo ¿No lo entiendes? No puedo renunciar a ella… - La tristeza en los ojos de Sasori era más que evidente, para Gaara era realmente lamentable —. Ahora que volví a encontrarla… no quiero perderla.
—Ya la has perdido hace tiempo – Con esas palabras Gaara finalmente le soltó. Justo en ese momento el auto de Temari se apareció y de él bajaron la rubia, su esposo y Matsuri. La castaña al ver lo que estaba sucediendo corrió hacia Gaara, preocupada al verlo golpeado y sangrando.
—¡Gaara! – Exclamó, llegando junto a él en cuestión de segundos —. Gaara ¿Qué pasó? – Preguntó preocupada, revisándolo por todos lados para comprobar que estaba bien, besando su rostro con dulzura —. ¿Qué te sucedió mi amor? ¿Estás bien?
—Sí estoy bien Suri, no es nada – Dijo Gaara abrazándola, mientras que Sasori los observaba en silencio y con tristeza. Matsuri se separó de Gaara y se volteó, viendo fijamente a Sasori.
—Sasori ¿Por qué hiciste esto? Atacaste a mi esposo – Frunció el ceño —. No puedo creerlo…
Sasori por fin lo comprendió, nada de lo que le había dicho Gaara era mentira, podía ver en los ojos de Matsuri ese brillo de felicidad que no tenía antes, ella estaba bien con Gaara, ella lo amaba a él.
—Ya no tiene importancia – Sonrió de forma nostálgica —. Matsuri, ahora veo que eres feliz, eso es lo que más me importa – Ahora miró a Gaara, pero ya no lo hacía con odio. Sólo sonrió y se alejó. Gaara bajó la mirada, se sentía mal por él, podría haber estado en la misma situación si Matsuri no hubiese correspondido sus sentimientos.
—¿Gaara por qué peleaban? – Interrogó la chica inquieta, pero su esposo sólo la abrazó y comenzó a acariciar su cabello. La abrazaba como si sintiese miedo de perderla y ella se sintió preocupada por eso —. Gaara… dime que pasa.
—Mi amor, no es nada, no te preocupes que esto no se volverá a repetir – Afirmó el pelirrojo, acariciando la mejilla de su esposa, para después besarla dulcemente en los labios, aunque le dolió un poco hacerlo.
Shikamaru y Temari sólo veían de lejos la escena, habían decidido no intervenir, además todo terminó bien.
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Tres meses después…
Sus labios se unían en un apasionado y fogoso beso, mientras sus cuerpos experimentaban la máxima sensación de placer que pudieran imaginar. Cuando se separaron para tomar aire Gaara pudo sentir los gemidos de Matsuri justo en su oído, instándolo a envestirla aún más fuerte mientras la sujetaba de las caderas. Ella se separó, sentándose sobre él para sentirle todavía más profundamente, hasta que ya ninguno de los dos pudo aguantar por más tiempo. La chica arqueó su espalda con deleite, mientras sentía como todo él se derramaba en su interior.
—¡Ah! – Gimió Matsuri con fuerza, llegando hasta el límite. Sin fuerzas, se dejó caer sobre su esposo, quien la envolvió con sus fuertes brazos —. Fue grandioso Gaara.
—Lo sé, eres genial – Respondió el pelirrojo, depositando cortos besos en los labios de su amada —. Te amo.
—Y yo a ti – Dijo Matsuri, cerrando sus ojos para descansar por fin después del agitado momento, sin embargo, no todo podía salir como lo planearon, pues algo que no se esperaban sucedió; el teléfono comenzó a sonar.
—Contesta… - Susurró Gaara medio dormido, pero ella sólo bufó y se acurrucó más sobre su pecho —. Matsuri…
—Contesta tú, yo tengo sueño – Dijo ella con berrinche. Gaara suspiró y decidió contestar él, a fin de cuentas nunca le ganaría en una discusión a su amada, ella con su carita de "yo no fui" le ganaba todas.
Estiró su brazo tratando de no moverse demasiado y alcanzó al auricular, acercándolo a su oído.
—¿Bueno? – Contestó, sin embargo, sus ojos se abrieron como platos al oír lo que le contaban al otro lado —. ¿C-cómo? ¿Ahora? – Se sentó, moviendo a Matsuri suavemente, la cual le miró confusa —. ¡Voy enseguida!
—¿Qué pasa Gaara? – Preguntó la chica, observando como su esposo se comenzaba a vestir a toda prisa.
—Es mi hermana, está dando a luz.
Al oírlo Matsuri también saltó de la cama como un resorte, quería estar ahí con su amiga y no se perdería este momento por nada.
Continuara…
Avance:
Ha llegado la hora de que el hijo de Temari nazca, lo que los tiene muy nerviosos a todos, en especial a Shikamaru. Hinata sigue sin responder a los llamados de Naruto, lo que lo tiene muy frustrado. Sakura recibe una increíble petición. Y Matsuri sufre un pequeño percance, mientras Gaara decide hablar con Sayuri para pedirle que se aleje de él para siempre, pero cae en una vil trampa.
Próximo capítulo: A la luz del mundo.
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Bueno, eso ha sido todo por ahora, espero que les haya gustado, y ya verán al bebé de Temari jejeje.
¡Bye! | |
| | | lavida13 Nivel 8
Cantidad de envíos : 307 Edad : 29 Localización : aldea de konoha mansion hyuga-uzumaki Fecha de inscripción : 15/01/2011
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Dom Sep 11 2011, 14:13 | |
| OMFG............ que rayos waa que buen capi espero que el bebe de temari sea muy lindo y nazca bien pero la pregunta es que percance tiene matsuri y que vil trampa cae gaara con sayuri (maldita ¬¬) bueno selene espero conti pronto bayy ^^ | |
| | | Yume-chan New User
Cantidad de envíos : 9 Edad : 28 Fecha de inscripción : 24/06/2011
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Sáb Sep 17 2011, 15:49 | |
| Esta excelente el capi espero la conty con ansias esta demasiado bueno tu fic | |
| | | Dimencio Nivel 2
Cantidad de envíos : 50 Edad : 28 Localización : En la dimencion D, pero actualmente recido en el Olvido Fecha de inscripción : 27/02/2011
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Dom Sep 18 2011, 03:34 | |
| Uy que padre al fin Temari tendra un mocoso o mocosa jajaja. Le va a doler, Hinata perdona a Naruto tu sabes bien que el la riega demasiado facil, ya te deviste haber acostumbrado hmm | |
| | | aiko8121 Nivel 1
Cantidad de envíos : 33 Edad : 28 Fecha de inscripción : 30/07/2011
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Jue Sep 22 2011, 14:47 | |
| tan geniiallllll pon la konti proooooooontoooooo *-*!!!!!! | |
| | | Rushi~chan Nivel 5
Cantidad de envíos : 161 Edad : 26 Localización : mi casa, mi compu jakjajkaja Fecha de inscripción : 08/01/2011
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Dom Oct 02 2011, 13:58 | |
| naniii??!! contiiii proto!!!!!!!! pliss eres la mejor (o al menos una de las mejores n.n) tienes que seguir!!!!!!!!!!!! matta nee y espero que pronto!! cuidate mucho :) shizuka~chan | |
| | | N!ky Nivel 45
Cantidad de envíos : 10927 Edad : 28 Localización : Gobernando en el Infierno Fecha de inscripción : 30/12/2010
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Dom Oct 02 2011, 15:57 | |
| *o* no habia leido la conti!!! Gomen!! Esta muy bueno el cap.!! me encanto!! Pobre Sasori... -.- Anyways...k buena conti!! Ya kiero leer sus desesperaciones cuando temari este dando a Luz. Ya kiero leer la conti!! PUBLICA LA CONTI SELENE-CHAN!!! Te cuidas!! Matta ne!! | |
| | | ~azula~ Nivel 45
Cantidad de envíos : 8787 Edad : 31 Localización : En la zona de spam xDD Fecha de inscripción : 09/07/2010
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Jue Oct 06 2011, 14:46 | |
| wow me he quedado impactada, me ha encantado muuucho, espero la contiiiiiiii | |
| | | Selene-chan Nivel 6
Cantidad de envíos : 213 Edad : 33 Localización : En mi casa Fecha de inscripción : 21/04/2010
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Jue Oct 27 2011, 08:59 | |
| ¡Hola!
Vaya que me he tardado con la conti ¡En serio perdón! es que he tenido muchas cosas que hacer y bueno, lo siento, pero no se preocupen, que aunque me tarde aquí estoy, además ya lo tengo casi hasta el final jejeje.
En fin, les dejo la conti.
PD: no olviden pasar por mis otros fics ^^
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Capitulo 16: A la luz del mundo
—¡Ah! –se oyó un estruendoso grito —. ¡Oh por Dios que alguien me ayude! –una desesperada Temari vociferaba a todo volumen mientras era llevada en una silla de ruedas hacia el interior de la sala de maternidad. Estaba en pleno trabajo de parto y en cualquier momento daría a luz.
Shikamaru después de avisar a sus cuñados, se dedicó a llenar la ficha de ingreso de su esposa mientras esperaba a que todo estuviera listo. Se sentó un momento para apaciguar los nervios y esperó pacientemente, aunque no dejaba de pensar en lo alterada que debía estar Temari, nunca creyó que vendría a tener al bebé a esta hora de la noche.
—Rayos, en buena hora se le ocurrió parir a esta mujer –susurró con ironía, pues la situación se le hacía de ese modo —. Que problemática es.
—¡Shikamaru! –la voz de Matsuri lo distrajo. Se puso de pie y pudo ver a la castaña y a Gaara corriendo hacia él, ambos se veían preocupados y medio agitados, es decir, más de lo que alguien estaría luego de haber corrido. Shikamaru no era idiota y sabía perfectamente a que se debía su estado, seguramente los había interrumpido en algo “importante”.
—¿Shikamaru como está mi hermana? –inquirió Gaara con seriedad apenas llegó, aunque muy en el fondo estaba igual de preocupado que el Nara, después de todo Temari era su hermana mayor y el que nacería sería su sobrino; y Temari ya le había aclarado que sería también su padrino, aunque Kankuro se quejó bastante.
—Todavía no sé, la ingresaron hace como media hora y no han salido aún –respondió atropelladamente el pelinegro, a leguas se notaba que se estaba muriendo de los nervios, y es que para nadie es fácil convertirse en padre de la noche a la mañana, no sabía como rayos se sentiría una vez que viera al bebé, no tenía la certeza de que lo podría cuidar como era debido, después de todo era demasiado vago para todo eso, pero ahora estaba pensando que de verdad debía esforzarse aunque sea un poco.
En ese momento vio la tierna y apacible sonrisa que adornaba el rostro de Matsuri y tanto él como Gaara no podían creer que ella se encontrara tan tranquila ante esta situación.
—Que lindo –habló la chica —. Temari debe sentirse realmente feliz en este momento, por fin va a convertirse en madre después de que tanto lo ha deseado –cerró los ojos y se llevó ambas manos a su pecho, como haciendo una plegaria —. Estoy segura de que todo saldrá muy bien.
Al oírla Shikamaru no pudo hacer más que sonreír, dándole la razón.
—Sin embargo me encuentro muy nervioso, no me siento preparado –dijo bajando la mirada y apretando los puños levemente. Matsuri se sentó a su lado, mirándole con esa contagiosa sonrisa de apoyo y confianza.
—No te preocupes Shikamaru, es normal que tengas miedo porque nunca habías vivido algo así, pero ten fe en que todo saldrá muy bien y en menos de lo que esperas ya tendrás a tu hijo en los brazos.
—Gracias Matsuri –Shikamaru la miró con una sonrisa pequeña. Recordaba las palabras que ella le había dicho la otra vez, cuando lo regañó y prácticamente lo hizo sentir como basura. Era gracioso pensar que era ella misma quien le animaba ahora, llegó a pensar que Matsuri lo odiaba por un tiempo, pero ahora veía que eso no era así y le alegraba —. Gaara –miró a su cuñado que aún seguía de pie —. Como se nota que te has llevado el premio mayor.
Matsuri se sonrojó levemente y Gaara delineó una media sonrisa, con cierto orgullo en su mirada.
—Lo sé –fue todo lo que dijo, manteniendo la mirada fija en su esposa.
En ese momento salió una enfermera de la sala de partos y le dijo a Shikamaru que ya podía pasar, dándole un uniforme especial para que no hubiese problemas. Tras esto, el Nara se perdió tras la puerta junto a la mujer.
Gaara se sentó en donde antes había estado Shikamaru, rodeando con s brazo el cuello y los hombros de su mujer y notándola algo fría, seguramente estaba muriendo de frío y no le había dicho nada, así que para calentarla un poco la abrazó usando todo su cuerpo.
—Sé lo que piensas –le susurró al oído, haciéndola estremecer —. Te gustaría estar en el lugar de mi hermana ¿No es así?
—Puede ser –respondió Matsuri con una pequeña sonrisa en sus labios, mirando a Gaara a los ojos —. Para mí sería hermoso tener un hijo tuyo, un bebito que tenga tus ojos y se parezca a ti –sus mejillas tomaron un leve tono carmesí en cuanto pensó en esas idea, algo que ansiaba de manera inconsciente y que sin darse cuenta, Gaara también deseaba.
—Podría suceder en cualquier momento –dijo el pelirrojo, separándose un poco de ella para acariciarle la mejilla y así darle un beso en los labios, breve pero dulce —, a fin de cuentas nunca nos hemos protegido cuando estamos juntos, quien quita y ya estás embarazada –volvió a acercarse al oído de la chica, porque le gustaba hacerla temblar como sabía que sólo él lo conseguía —. Puede que haya sucedido esta misma noche.
Matsuri volvió a temblar al sentirle. Aún siendo su esposa y después de haber sido suya ya tantas noches, no lograba acostumbrarse a la faceta medio pervertida que Gaara le mostraba sólo a ella, la hacía sacudirse como una gelatina cada vez que susurraba dentro de su oído, o cuando la tocaba con esa delicadeza inexplicable. Además de todo eso estaba el hecho de que él podía tener razón, tal vez estuviera embarazada y no le parecía para nada una mala idea. Era cierto que llevaban muy poco tiempo juntos, pero ya estaban casados y formarían juntos un futuro, el paso siguiente era tener una familia, así su madre la dejaría de molestar.
Recargó su cabeza contra el pecho masculino y se acurrucó como una niña buscando protección y calor, recibiéndolo al sentirse rodeada por los brazos de su amado.
—¿No te molestaría? –le preguntó cerrando los ojos —. ¿De verdad te gustaría que tú y yo tuviésemos un bebé?
—Me encanta la sola idea de imaginarlo –dijo Gaara besando su frente —. Sabes que te amo, y si tú me dieras un hijo sería el hombre más feliz del mundo.
Ella no respondió, simplemente se quedó en esa cómoda posición, disfrutando aquel confortante calor humano que sólo él podía brindarle. Nadie más que él podía hacerla sentir tan feliz.
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Dentro de la sala de partos Temari no dejaba de quejarse por el dolor que sentía, las contracciones eran cada vez más fuertes y le hacían pensar que en cualquier momento terminaría por partirse en dos. Cerró los ojos con fuerza tratando de aguantarse y en ese momento vio como entraba Shikamaru, vestido con la ropa especial para estos casos. Él se acercó a ella y tomó su mano con fuerza.
—Shikamaru… –la rubia sonrió. A pesar de sentirse tremendamente cansada, estaba feliz de verlo, de tenerlo a su lado, compartiendo este momento tan importante.
—Temari, todo va a salir bien, recuerda que siempre estaré contigo –el futuro padre le dio un beso en la frente a su esposa. Él era quien debía darle confianza y seguridad, aunque por dentro se estaba muriendo de los nervios y sentía deseos de salir corriendo de allí, debía ser muy fuerte y soportarlo —. Te amo y sé que puedes hacerlo –le sonrió al separarse.
—Gracias por estar aquí, Shikamaru… –le dijo Temari, soltando algunas lágrimas por el dolor, pero aún así sonreía de felicidad.
Finalmente la doctora Ino apareció, tomando lugar en el sitio que le correspondía, porque al fin había llegado la hora de que el bebé naviera y viera la luz del mundo que le rodeaba.
—Muy bien, prepárate Temari –anunció la joven doctora rubia, sonriendo mientras se ponía unos guantes de látex, luego de desinfectarse las manos adecuadamente —. Manos a la obra.
Después de eso Shikamaru sólo cerró los ojos, apretando con fuerza la mano de su esposa, casi podía sentir que se la iba a sacar de lo fuerte que le estrujaba, pero en verdad no quería mirar, ella gritaba como una endemoniada y sabía que le estaba doliendo demasiado, no quería ni imaginarse cuanto. Pasó bastante tiempo con los ojos cerrados, sólo oyendo los gritos de Temari, hasta que algo sucedió. De pronto ella dejó de gritar y lo siguiente que oyó fue un estruendoso llanto de bebé. Abrió los ojos sorprendido al ver a su pequeño hijo recién nacido en los brazos de su amiga Ino, quien segundos después lo entregó a una enfermera, la cual lo arropó con una manta para limpiarlo un poco antes de entregarlo a los brazos de su madre.
Temari estaba aún muy agitada, pero no paraba de sonreír, mientras su esposo aún se mantenía en una especie de trance. Al mirar a la criatura había sentido algo tan increíble, era una sensación de lo más hermosa y reconfortante; por fin tenía a su hijo.
—Felicidades a ambos, es un niño muy sano y fuerte –les dijo Ino sonriendo, para luego quitarse los guantes. Miró a Shikamaru y le dio un leve golpe en la espalda —. ¿Qué esperas? Ve y conócelo, tarado.
Él no le hizo caso, simplemente se acercó a la cama en donde estaba sentada su esposa con el bebé en los brazos. Se sorprendió al notar que era tan pequeño, tan frágil e indefenso, parecía que cualquier cosa lo podría acabar, y fue entonces que nació en él ese instinto de querer protegerlo, de procurar que nada malo le fuese a pasar, de velar siempre por él y por su seguridad. Por un momento se sintió miserable al recordar que en un principio no lo quería, que había despreciado a ese ser inocente y dulce que llevaba su sangre, pero ya no era así, ahora lo quería, lo amaba más que a su vida.
—Está hermoso –dijo Temari, acariciando la cabecita del bebé, que ya había dejado de llorar al sentirse protegido por los brazos de su madre —. Ven Shikamaru, míralo.
El Nara se acercó un poco más y finalmente lo tocó. Fue gracioso, porque estaba seguro de que el pequeño bultito había sonreído.
—Tenías razón –habló mirando aún al bebé —. Tener un hijo es fantástico.
Temari sólo sonrió ante el comentario, volviendo a abrazar al bebé, estaba muy emocionada de que al fin Haru Nara hubiese llegado al mundo.
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Eran las siete de la mañana y Hinata acababa de levantarse, se había duchado y se estaba vistiendo frente al espejo. Se sentía triste igual que todos los días, ya hace más de tres meses que había dado por terminada su relación con Naruto y no lo había vuelto a ver. Podía sonar extraño, pero era cierto, había estado evitándolo de todas las formas posibles. Al principio él la llamaba todos los días, e incluso iba a buscarla a su casa, pero ella no quería verlo ni atenderle las llamadas, así que en poco tiempo el rubio se cansó y dejó de buscarla. Ella por su parte había decidido renunciar al trabajo que tenía con él, aunque no se atrevió a hacerlo frente a Naruto, simplemente habló con Sasuke.
Ahora ella estaba trabajando en la empresa de su familia, como siempre debió ser, aunque no le gustaba del todo estar ahí, su padre siempre le sacaba en cara que gracias a él tenía donde caerse muerta.
—¡Hinata, baja a desayunar! –escuchó la voz de su hermana menor. Se miró al espejo mientras peinaba su largo cabello, soltando un suspiro de resignación y tristeza.
—¡Ya voy Hanabi-chan! –respondió, volviendo a mirarse al espejo por última vez aquella mañana. Su expresión de tristeza no podía disimularse ni con el maquillaje, nada podía hacerla ver bien —. Te extraño… Naruto-kun –susurró depresiva —. Pero tú no me quieres, sé que no… me quieres…
Bajó la mirada y salió de su habitación para desayunar.
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Se levantó con tremendo dolor de cabeza, anoche había tomado como un loco y todo se debió a ella. Desde que Hinata lo había dejado se sentía como desmoronado, la extrañaba demasiado y no había nada que pudiera hacer para recuperarla, porque ella lo evitaba todo el tiempo. La buscó tantas veces para explicarle las cosas y ella simplemente le cerró la puerta en las narices, le impidió decirle que todo había sido un malentendido, porque pensaba que él no la amaba.
Naruto se metió bajo la ducha y dio el agua tibia, tal vez eso le haría relajarse, aunque sea un poco.
—Maldita sea Hinata ¿Qué hago para que me perdones?
Nuevamente se quedaba sin una respuesta y lo único que pudo hacer para tranquilizarse fue darle un golpe a la pared.
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—Matsuri, despierta tonta –llamaba Gaara tratando de hacer que su esposa abriera los ojos. La castaña se había quedado dormida en un sillón en la sala de espera. Se habían amanecido en el hospital, porque ninguno de los dos había querido marcharse y si bien Gaara no tuvo ningún problema para quedarse despierto toda la noche, con Matsuri había sido otra historia.
—Gaara… no te comas mi postre, maldito… –se quejaba la chica frunciendo el ceño, por lo que él n pudo evitar sonreír, de verdad era demasiado linda y le hizo recordar cuando eran más jóvenes y él siempre le robaba su postre.
—Matsuri –la llamó una vez más, sentándose a su lado para sacudirla levemente —. Mi amor, ya es de día, será mejor que vayas a la casa a descansar.
—¿Ya es de día? –preguntó la castaña, abriendo sus ojos para mirar a su esposo y dejar caer su cabeza sobre el pecho masculino. Gaara la miró y la notó algo roja, así que posó una mano sobre su frente.
—Suri, tienes fiebre –dijo algo preocupado, seguro que se había enfermado por estar ahí dormida toda la noche, pudo haber pescado un resfriado y si no la llevaba a descansar lo más probable era que se pusiera muy mal, ella siempre había sido algo débil de cuerpo y por ende él la sobreprotegía demasiado —. Será mejor que te lleve a la casa ahora, no pienso dejar que te enfermes.
—Estoy bien Gaara, no me siento mal –afirmó Matsuri, pero su rostro decía lo contrario, se veía muy cansada y pálida y con lo terco que era Gaara, no pensó ni un segundo en hacerle caso y dejarla, en lugar de eso se puso de pie y la levantó entre sus brazos, dejándola sorprendida —. G-Gaara… –se quejó.
—No te creo nada, así que pienso llevarte a la fuerza si es necesario –dijo obstinadamente el pelirrojo, sosteniendo a la chica entre sus brazos como si se tratara de una princesa. Las mejillas de Matsuri habían enrojecido sobre la aparente fiebre que tenía y eso la hacía lucir muy tierna, pero aun así a Gaara no se le quitaba la idea de que ella estaba enferma de algo, seguro alguna gripe.
—Gaara, bájame que estamos en un hospital –lo regañó la castaña con el ceño fruncido y algo avergonzada, ya que los médicos y enfermeras que pasaban se les quedaban mirando y se reían.
—Vaya, pero cuanto amor se respira en el aire a esta hora de la mañana –se escuchó una voz masculina en tono gracioso. Ambos se voltearon y se sonrojaron un poco al ver a Kankuro y a Sari junto a la pequeña Miki, que estaba en brazos de su padre.
—¿Qué no se pueden controlar aún estando en un hospital? –esta vez habló Sari, lo que los avergonzó aún más, ¿parecían un par de desesperado acaso?
—¡No es lo que piensan! –exclamaron al unísono, mientras Matsuri bajaba de los brazos de Gaara y se apoyaba en sus propios pies, sólo que al hacerlo sintió un leve mareo y se tambaleó, por suerte fue sostenida por el pelirrojo, quién la veía preocupado.
—¿Ves? Te dije que no estabas bien, pero tú eres una terca.
—Ya no me regañes Gaara, me iré a la casa a descansar, pero primero quiero ver a Haru-kun, no me iré hasta que lo conozca –nuevamente Matsuri se mostraba berrinchuda, por lo que Gaara no le pudo replicar, con esa carita de niña se veía tan tierna que siempre lograba manipularlo fácilmente.
Por su parte Kankuro y Sari sólo les observaban con una sonrisa, ese par ya se habían olvidado de ellos dos y se notaba que eran puro amo. A cientos de kilómetros era posible darse cuenta de que estaban realmente enamorados y que eran muy felices juntos.
—“Que gusto me da por mi amiga, sólo espero que las cosas no vayan a cambiar” –pensaba Sari con alegría, porque de verdad sentía mucha felicidad por Matsuri, la había visto sufrir demasiado por Gaara, por eso le alegraba vera ahora a su lado y sonriendo de esa manera.
—Mami, papi, quelo conocel a mi pimito bebé –habló Miki de pronto, captando la atención de los cuatro adultos, que sonrieron al notar la ternura de la niña.
Y mientras todos reían, Matsuri nuevamente sintió un mareo, ahora un poco más fuerte que el anterior, pero decidió ignorarlo, pensando que no era nada importante, aunque estaba muy equivocada.
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Temari estaba algo ansiosa, había dormido toda la noche después de tener al bebé y ahora sólo deseaba que se lo trajeran, quería volver a verlo y tenerlo entre sus brazos, que Shikamaru –quien se encontraba dormida sobre el pequeño sillón– lo cargara. Al verlo no pudo evitar sonreír, de verdad él se estaba esforzando por demostrarle que estaba arrepentido por las tonterías que había cometido.
—Oye, Shikamaru –lo llamó para despertarlo, debía estar agotado después de pasar la noche tan incómodamente, pero aún así no tenía por que no hacerle caso, así que no le quedó más remedio que alzar la voz —. ¡Shikamaru, despierta vago! –le gritó, haciendo que su esposo diese un salto asustado, cayéndose del sillón.
—Tsk, pero que problemática eres mujer, despertándome de esa manera –se quejó el Nara mientras se ponía de pie, sacudiéndose los pantalones.
—Tenía que gritar, sino no me harías caso –dijo Temari cruzándose de brazos y haciendo un desprecio. Shikamaru sonrió ante su graciosa cara, aún cuando acababa de tener un bebé podía lucir tan infantil.
—Bueno ¿Y cómo te sientes hoy? –preguntó acercándose a ella, para sentarse a su lado tomando una de sus manos.
—Muy bien –respondió la rubia sonriendo, mirando a su esposo fijamente, con sus ojos llenos de amor —. Ya quiero que nos traigan al bebé para tenerlo conmigo.
—¿Sabes? Es realmente muy lindo, digno hijo mío –Shikamaru comenzó a besar a Temari en los labios de forma lenta y dulce luego de sus palabras, estaba feliz, porque habían tenido un hermoso hijo y no hallaba la forma de hacérselo saber —. Temari, a pesar de que seas una problemática… yo te amo –de un momento a otro volvió a besarla y el contacto se volvió mucho más apasionado. Temari lo rodeó por el cuello, dejándose llevar al cielo, hasta que el beso se rompió por falta de oxígeno.
Se miraron con una sonrisa y repentinamente la puerta se abrió, dejando ver a Gaara, Matsuri, Sari, Kankuro y la pequeña Miki.
—Buenos días, venimos a ver como estás y a conocer a Haru-kun –dijo animadamente Matsuri, agitando su mano derecha en son de saludo. Temari la observó y enseguida reparó en el tono sonrosado de sus mejillas, así como el resto de su piel se encontraba más pálido de lo normal.
—“Matsuri… ¿Podría ser que tú…?” –pensó mirándola con sospecha, pues ella –que acababa de tener un hijo– podría reconocer esos signos en cualquier mujer. Miró a su hermano Gaara, quien al igual que ella parecía estar demasiado pendiente del estado de Matsuri, pero por su expresión de confusión se notaba que no tenía idea de que le estaba pasando. Temari realmente estaba sospechando de que se trataba este asunto, pero se vio interrumpida cuando entró la enfermera a traerle a su hijo.
—¡Ah! –tanto los ojos de Matsuri como los de Sari se iluminaron al observar a la criatura recién nacida de su amiga y cuñada Temari, quien lo recibió en sus brazos y con una sonrisa. Kankuro se acercó llevando a su hija en los brazos, para que pudiera conocer a su primito, como era su deseo.
—Oh, que bebé tan bonito papi –dijo la niña sonriendo —. ¡Yo quelo un hemanito bebé! –exclamó con alegría, lo que hizo sonrojar un poco a sus dos padres e hizo reír al resto de adultos.
—“Un bebé…” –pensó Matsuri mientras abrazaba a Gaara, sin poder evitar soñar con aquel momento —. “Yo también quiero tener un bebé… un hijo de Gaara…” –miró a su marido y se sonrojó levemente, pero éste sólo le sonrió.
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—¡Sakura, es increíble! –exclamó Ino totalmente sorprendida ante lo que su mejor amiga le acababa de mostrar. En el dedo anular de la mano de Sakura había un precioso anillo de compromiso de lo más lujoso, pues sí, la noche anterior Sasuke le había propuesto matrimonio y ella aceptó encantada.
—¿Verdad que es una joya hermosa? –rió la peli rosa —. Aunque a mí me gusta más porque me la dio Sasuke.
—Sí –la secundó Ino —. Pero lo increíble es que alguien como Sasuke Uchiha te pidiera matrimonio –dijo la rubia entrecerrando la mirada, mientras a Sakura se le marcaba una venita en la sien. ¿Cómo se atrevía a decirle eso? Aunque no debía enojarse, después de todo Ino siempre le jugaba ese tipo de bromas.
—Bueno, seguro este anillo no es nada comparado con el que te ha dado Sai –decía la peli rosa desinteresadamente, hasta que un destello de maldad se cruzó por sus ojos —. Oh, olvidaba que él aún no te ha pedido matrimonio.
—Desgraciada… –susurró la ojiazul. En ese momento observó como cierto azabache se acercaba a su amiga, abrazándola por la espalda y besando su mejilla.
—Hola Sakura, hola Ino –saludó Sasuke, sentándose despreocupadamente junto a su novia y ahora futura esposa, la cual enseguida lo abrazó algo sonrojada. Era cierto que en un principio su relación había sido muy extraña, pero ahora eso no importaba mucho, ambos se amaban y deseaban afianzar aún más su lazo.
—Oh, Sasuke, buenos días –le respondió Ino sonriendo —. Justo estábamos comentando lo del matrimonio, felicidades.
—Gracias –fue todo lo que dijo el Uchiha. Aunque ahora era mucho más expresivo gracias a Sakura, habían cosas de él que nunca cambiarían, como su manera de hablar con las personas, pero aún con todo eso Sakura lo quería así, tal y como era.
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Bien, fin de la primera parte.
¿Que será lo que le pasa a Matsuri? ¿De verdad tendrá sólo una gripe?
Jajaja, bueno, nos leemos en la conti ^^
¡Bye!
Última edición por Selene-chan el Dom Oct 30 2011, 07:19, editado 2 veces | |
| | | shirookami Nivel 2
Cantidad de envíos : 62 Edad : 33 Fecha de inscripción : 16/08/2010
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Jue Oct 27 2011, 15:52 | |
| yeahhh!! estubo requetesuperbien este capp!!! Nell pa mi que Matsuri no tiene una simple gripe!! Apuesto a que los arduos esfuersos que hicieron, durante largas veladas, Gaara y Matsuri estan comenzando a dar sus frutos... o mas bien fruto jeje Salee espero conti con ansias ansiosasss | |
| | | lavida13 Nivel 8
Cantidad de envíos : 307 Edad : 29 Localización : aldea de konoha mansion hyuga-uzumaki Fecha de inscripción : 15/01/2011
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Vie Oct 28 2011, 10:12 | |
| jajaja tanto trabajo tiene su recompensa no [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] bueno espero subas la conti pronto selene esto esta que da muerte subita y para mi que matsuri no tiene gripe sino otra PERSONA dentro de ella [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] bueno conti rapido y pronto bayy ^^ PD:NO TE DESAPAREZCAS TANTO TIEMPO ESTUVIMOS 6 MESE ESPERANDOTE ¬¬ bueno adios ^^ [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] | |
| | | aiko8121 Nivel 1
Cantidad de envíos : 33 Edad : 28 Fecha de inscripción : 30/07/2011
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Vie Oct 28 2011, 15:49 | |
| aaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhh ermoooooooooooooosoooooooooo me encantoooooooooooooooooo pon la conti printo XO | |
| | | Dimencio Nivel 2
Cantidad de envíos : 50 Edad : 28 Localización : En la dimencion D, pero actualmente recido en el Olvido Fecha de inscripción : 27/02/2011
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Miér Nov 02 2011, 07:15 | |
| Por fin lo reviso jejeje, gomene por comentas hasta ahora pero no me avisaste ¬¬. En fin, yo tambien quiero ver un bebé, son tan estrujables y bonitos hmm. Matsuri está embarazada, no puede ser O.O... te va a doler XD | |
| | | Rushi~chan Nivel 5
Cantidad de envíos : 161 Edad : 26 Localización : mi casa, mi compu jakjajkaja Fecha de inscripción : 08/01/2011
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Miér Nov 02 2011, 08:18 | |
| quee!!!! si mis sospechas son ciertas... matsuri... sii!!!! conti prontoo!!!
matta nee
shizuka chan! | |
| | | Yume-chan New User
Cantidad de envíos : 9 Edad : 28 Fecha de inscripción : 24/06/2011
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Jue Nov 03 2011, 09:29 | |
| nooooo yo queria maaaas te quedo muuuuy buenoo espero con ansias la contyyy | |
| | | N!ky Nivel 45
Cantidad de envíos : 10927 Edad : 28 Localización : Gobernando en el Infierno Fecha de inscripción : 30/12/2010
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Sáb Nov 05 2011, 08:59 | |
| AWESOMEE!!! Enserio?? tan rapido sintomas de embarazo?! Muy buena la conti!! por fin nacio el hijo de temari y shikamaru *w* espero la conti Te cuidas Matta ne!! | |
| | | Selene-chan Nivel 6
Cantidad de envíos : 213 Edad : 33 Localización : En mi casa Fecha de inscripción : 21/04/2010
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Dom Dic 04 2011, 06:20 | |
| Perdón por la demora!!
Pensé que ya lo había actualizado, gomen ne U_U
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Una semana después…
—Que cosas contigo amor, aún eres incapaz de hacerte bien el nudo de la corbata –regañaba Matsuri mientras le arreglaba la roja corbata a su esposo, quien sólo le sonreía algo apenado.
—Al menos tengo a mi linda esposa para que lo haga por mí –dijo Gaara, al mismo tiempo que la tomaba por la cintura de forma posesiva. Matsuri se sonrojó graciosamente, encantando a Gaara con ese dulce gesto. Ella lucía realmente hermosa con sus mejillas encendidas y él adoraba verla de esa manera tan frágil, porque a pesar de todo lo que había pasado entre ellos, cada vez que la hacía suya, le seguía encantando esa actitud de timidez, era como si siempre fuera la primera vez.
—Eres un aprovechado –le reprochó la castaña soltando una sonrisa. Gaara se acercó un poco más a ella para besar sus exquisitos labios de forma apasionada. Ella apoyó ambas manos sobre el pecho masculino, mientras que Gaara la acercaba más a su cuerpo, con las manos apoyadas sobre su delicada cintura y deslizándolas suavemente hacia su espalda, arrugando un poco el vestido azul de su esposa.
Ambos estaban muy bien arreglados, pues tenían una importante reunión con unos ejecutivos y luego querían tener una cita a solas, así que aprovecharían el tiempo para salir a bailar o algo así.
—Preciosa, se nos hará tarde –el pelirrojo se separó con pesar, ya que hubiera querido seguir besándola y si fuera por él, hasta le habría sacado la ropa ahí mismo, no obstante el deber les llamaba. Se alejó de ella y recogió el saco que estaba sobre la cama y mientras se lo ponía, a Matsuri le vino un leve mareo, que la hizo caer sentada sobre la cama. Había sido algo extraño, como si por un momento todo se volviera borroso y no pudiera ver en donde estaba parada.
Al notarla sosteniéndose la cabeza, Gaara se acercó a ella preocupado.
—¿Estás bien amor?
La chica, aún algo desconcertada, le miró con una sonrisa.
—Sí, es que de pronto me sentí mareada, pero estoy bien –aseguró con tranquilidad, pero Gaara no le creyó del todo, ya que nuevamente se veía extraña, por ende posó una de sus manos sobre su frente para comprobar si tenía fiebre.
—¿Segura? –preguntó —. Si quieres no me acompañas, puedo ir a esa tediosa reunión yo solo.
—Estoy bien –insistió la chica con el ceño fruncido, pero volvió a sentir un mareo apenas trató de levantarse. Gaara le miró de mala gana y se sentó a su lado.
—¿Lo ves? Eres una terca –le dijo en tono de regaño —. No te dejaré salir de la casa.
Matsuri iba a replicar, pero él le dio un beso en la frente, evitando que fuese a hablar, para luego darle otro en los labios.
—Nada –le calló con vehemencia —. No pienso arriesgarte, hace días has estado así de extraña y no has querido ver al médico, no quiero que te pase nada, así que te quedarás y punto –dio por terminada la conversación, cruzándose de brazos y cerrando los ojos.
La castaña bajó la mirada con cierta tristeza, ella estaba muy ilusionada con salir con él, pero era verdad que se sentía mal, no estaba en condiciones de hacer un viaje ahora y además estaba siendo regañada como si fuera una niña.
—Pero yo quería salir contigo Gaara –susurró deprimida, provocando que su esposo se sintiera un poco mal por haberle hablado así antes, por eso volvió a sentarse a su lado.
—Te prometo que volveré temprano para estar contigo, y que otro día, cuando te sientas bien, iremos los dos ¿Sí? –le dijo sonriendo. Matsuri estuvo en silencio por unos segundos, hasta que finalmente le miró y le sonrió, asintiendo con la cabeza, para luego abrazarlo dulcemente.
Sabía que se estaba comportando como una niña al no querer ir al médico, pero de verdad pensaba que estaba bien, aunque en realidad últimamente lo estaba dudando, así que tarde o temprano se tendría que rendir, los mareos eran cada vez más frecuentes y –aunque Gaara no lo sabía– hasta había vomitado después de comer.
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Acostó con cuidado a su bebé de tan sólo una semana. Siempre pensó que cuidar a una criatura tan pequeña y frágil sería tremendamente problemático, pero no era así en lo absoluto, ese bebé le producía una sensación de felicidad indescriptible y hasta para alguien como él, era divertido entrar en esta nueva etapa, en donde tuvo que aprender a cambiarle el pañal y a darle el biberón.
—Duerme bien Haru, y no seas un problemático como tu madre –le susurró mientras lo tapaba con las mantas de su cunita. No podía dejar de mirarlo mientras éste dormía, parecía un angelito caído del cielo —. Te quiero hijo –dijo antes de darse la vuelta y salir del cuarto.
Cerró la puerta con cuidado de no hacer ruido y sin olvidar encender el radio que habían comprado para saber si se despertaba durante la noche. Se dirigió a su cuarto y vio a Temari recostada y con los ojos cerrados, pero apenas él llegó y se sentó a su lado los abrió.
—¿Lo acostaste? –preguntó medio dormida, al tiempo que Shikamaru se quitaba los zapatos y luego la camisa, para recostarse junto a ella y abrazarla.
—Costó para dormirlo, pero sí –respondió soltando un bostezo —. Aunque viéndolo a él sí que me ha dado sueño…
Temari se dio la vuelta y lo abrazó, sintiendo como el Nara pasaba sobre sus cuerpos la sábana de la cama y así, ambos se quedaron dormidos, sin deshacer aquel abrazo.
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Eran cerca de las once de la noche y Gaara se encontraba en el bar de siempre, reunido con su amigo Naruto. Él y Sasuke aún no se habían perdonado ni se dirigían la palabra y de hecho, al rubio le había costado mucho trabajo volver a hablarle a Gaara, debido a que él lo sabía todo y no fue capaz de contarle, solapando en el engaño de Sasuke, pero al fin y al cabo no era culpa de Gaara, así que lo dejó pasar.
—Buena y cuéntame ¿Qué tal vas con Matsuri-chan? –preguntó bebiendo un trago, mientras una venita se marcaba en la frente del pelirrojo.
—Te he dicho que no la llames de esa manera –replicó enojado, pues siempre sentía muchos celos cuando alguien trataba tan familiarmente a su mujer, la verdad era que sólo él tenía el derecho de ponerle apodos cariñosos —.Pero en todo caso, todo va genial con ella, no sabes lo feliz que me hace –soltó una sonrisa.
—La suerte de algunos –susurró el rubio algo envidioso, porque las cosas con él y Hinata iban de mal en peor, ya se había resignado a que nunca más la tendría a su lado, pero eso no le hacía sentir nada bien.
—Mira Naruto, así como una vez tú me aconsejaste con Matsuri, ahora yo te daré un consejo –dijo Gaara —. Si de verdad la amas lucha por ella y no la dejes ir, no te rindas hasta que lo hayas intentado todo, sé que volverás a estar con ella –aseguró con la mirada confiada, dejando algo intrigado a su amigo. ¿Cómo podía tener tanta seguridad en sus palabras? ¿Acaso sabía alguna cosa?
—¿Cómo es que…?
—Hinata es amiga de mi esposa –le interrumpió el pelirrojo, adivinando el resto de la oración que formulaba el rubio —. Matsuri me lo contó, que Hinata aún te ama.
—Hinata… –murmuró para sí el Uzumaki.
Justo en ese momento apareció una persona que no esperaban, y que encendió automáticamente la furia de Naruto.
—Gaara, Naruto, no esperaba verlos por aquí –habló Sasuke algo sorprendido, notando de reojo la expresión de ira en el rostro de Naruto, pero decidió ignorarlo —. Bueno, puedo aprovechar de contarles las buenas nuevas.
—¿Y de qué se trata? –preguntó Gaara algo interesado, al tiempo que el azabache se sentaba a su lado, dejándolo en medio de él y de Naruto.
—Felicítenme, muy pronto seré un hombre casado, le propuse matrimonio a Sakura –anunció como si nada, pero eso rebasó el límite de paciencia de Naruto, quien se levantó de la silla furioso, agarrando a Sasuke del cuello de la camisa y halándolo.
—¡No bromees conmigo! ¡¿Quién diablos te crees?!
—¡¿Qué mierda te pasa Naruto?! –exclamó Sasuke también enojado, harto de la estúpida actitud que tenía Naruto —. ¿Qué es lo que te molesta tanto? Si de todas formas nunca amaste a Sakura ¿Qué te importa si está conmigo?
—Tú te atreviste a verme la cara de idiota, acostándote con ella cuando aún era mi novia, y encima… por tu culpa… por tu culpa perdí a Hinata –dijo Naruto, aún halando a Sasuke por la camisa, quien sólo sonrió arrogantemente.
—No me culpes por tus estupideces, si perdiste a Hinata fue porque no te importó armar ese escándalo aún teniéndola a ella a tu lado.
Naruto por fin soltó a Sasuke, sabía que él tenía tazón, pero durante todo este tiempo no había querido admitirlo, porque era más fácil culpar a alguien más de sus errores, y aunque Sasuke sí cometió un error en no decirle la verdad, tampoco era una justificación para haber descargado su ira sobre Hinata aquella, vez. La había perdido por sus propios méritos.
—Hasta que te has calmado –habló Gaara soltando un suspiro, no había querido intervenir en la pelea, pero lo haría si era realmente necesario. Cuando todo parecía haberse puesto tranquilo, recibió un mensaje en su celular, algo que le hizo fruncir el ceño pero a la vez le dio un gran alivio —. Disculpen chicos, pero debo irme, sólo no vayan a matarse.
Sasuke y Naruto se miraron de mala gana mientras el pelirrojo se marchaba luego de pagar su cuenta. Hoy planeaba ponerle fin para siempre a esa molestia situación que pasaba a espaldas de su esposa; terminarían de una vez los acosos de esa mujer.
—Sasuke, yo…
—Escucha Naruto –le interrumpió el azabache, volviendo a sentarse en el mismo lugar algo molesto —. Disculpa por no haberte dicho que estaba con Sakura, pero tampoco es que a ti te importara mucho, estabas muy feliz con Hinata en ese momento.
El rubio simplemente bajó la mirada sin decir nada, pues Sasuke tenía mucha razón en lo que acababa de decir; él realmente era feliz al lado de Hinata.
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Matsuri seguía despierta, pero estaba recostada en su cama viendo la televisión, mientras comía postre de fresas con chocolate y manjar. Estaba algo preocupada porque ya pasaba de las once y media y Gaara aún no llegaba, por eso mismo tenía una increíble ansiedad y no había encontrado otra forma de mitigarla que comiendo cosas deliciosas y bien dulces.
—Que tonta soy ¿Por qué tuve que enfermarme justo hoy? –dejó su postre de lado y apagó el televisor, cubriéndose con las sábanas para intentar dormir, pero no podía estar tranquila, extrañaba demasiado el calor del cuerpo de Gaara.
Recordaba cuando sólo eran amigos, cuando su amado no le hacía el menor caso y ella se moría por estar entre sus brazos. Ahora se reía de aquellos tiempos, porque ahora era la mujer de Gaara, su única dueña y era feliz cada vez que estaban juntos en esa cama, cada vez que él le hacía el amor tan apasionadamente y la llevaba a la locura. Incluso pensar en eso le hacía sentir avergonzada, pues antes de estar con Gaara ni siquiera conocía por sí misma lo que era el sexo; él le había dado un giro completo a su vida y a su relación de "sólo amigos".
—Gaara… por favor vuelve pronto mi amor, te extraño… –susurró, comenzando a cerrar sus ojos lentamente, para por fin, quedarse dormida.
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La puerta del departamento se abrió, dejando ver la joven rubia de ojos azules, la cual sonreía abiertamente al tener frente a ella al hombre que tanto la obsesionaba, hasta hacerle perder la razón y cometer locuras, como acosarlo en secreto durante meses.
—Bienvenido Gaara, que bueno volver a tenerte por aquí.
—Sayuri ¿Qué es lo que quieres? –quiso saber el pelirrojo con el ceño fruncido. Realmente estaba cansado de ella y de sus constantes persecuciones, era por eso que había decidido venir, para dar por terminada esa situación de una vez por todas. Matsuri no estaba enterada de lo que estaba pasando, pero casi desde el mismo instante en que ellos dos habían comenzado su relación formalmente, Sayuri se había puesto con todo para tratar de volver a conquistarlo, incluso le había besado en la oficina con la intención de que Matsuri los encontrara, pero obviamente él la apartó enseguida, pues esa mujer ya no despertaba nada en él, ni una fibra de emoción. De todos modos, no quería que Matsuri lo supiera, puesto que podría llegar a pensar cosas que no eran.
—Por favor pasa, hablemos adentro –le invitó la rubia, a lo que Gaara simplemente asintió. Era un bonito apartamento, bastante bien decorado y estaba casi igual a la última vez que había entrado, esa vez en que rompió todo con Sayuri al cansarse de ella. Solía ir allí a acostarse con ella por diversión y aburrimiento, sin embargo al poco tiempo se volvió rutinario y tedioso, por eso la abandonó. Además, para él, cada una de las mujeres con las que había estado antes de Matsuri, no significaban nada en su vida.
Gaara se sentó en el sofá de la sala y Sayuri se paró a su lado.
—¿Quieres algo de beber?
—Sí por favor –Sayuri se alejó hacia el mini bar, sirviendo dos tragos de vodka, sin que el pelirrojo pudiera ver lo que ella estaba haciendo mientras le daba la espalda. Ella no iba a dejarlo ir tan fácil y esta noche le demostraría que él no había cambiado nada como decía, que seguía siendo el mismo mujeriego, porque tarde o temprano las fuerzas le iban a flaquear y la carne es débil, además tendría una pequeña ayudita extra con lo que le había echado al trago.
—Aquí tienes –la chica dejó el vaso sobre la mesa y de ahí Gaara lo levantó para beber —. Bueno, yo te llamé porque tengo algo que decirte –fingió tristeza y arrepentimiento —. Te dejaré en paz, pero con una condición –volvió a sonreír en forma maliciosa.
—¿Y cual es, si se puede saber?
En ese momento Sayuri se puso de pie y se sentó sobre las piernas de Gaara, quien estaba un poco sorprendido al verla hacer aquello. Ella lo besó en los labios, sin darle tiempo a nada y rodeándole el rostro con sus manos, recargándose más contra el cuerpo masculino. Por un momento Gaara se sintió como antes, como aquel descarado al que sólo le importaba tener sexo, pero ahora él ya no era así, ahora que había descubierto lo que era realmente amar y hacer el amor, no sólo por placer, sino por los sentimientos, no se podía dejar atrapar tan fácil.
—Aléjate, estás loca –dijo enojado, apartando a la rubia de forma algo brusca —. ¿Qué es lo que intentas hacer?
—Por favor quédate conmigo una última vez, hazme el amor por última vez y te dejaré en paz para siempre, lo juro.
Gaara la miró despectivamente, poniéndose de pie para dirigirse a la puerta.
—Jamás me acostaría contigo por lástima, ya no soy esa clase de persona –le aseguró —. Además quiere que tengas algo bien claro; lo que hubo entre nosotros fue sólo sexo, la única mujer con quien he hecho el amor se llama Matsuri y es mi esposa.
La expresión de Sayuri no podía ser más enojada, de verdad Gaara acababa de volver a despreciarla tan descaradamente; esto no iba a perdonárselo, estaba completamente decidida a separarlo de Matsuri para siempre.
El pelirrojo posó su mano sobre el pomo de la puerta dispuesto a abrirla, pero entonces sintió que toda su vista se volvía borrosa y antes de poder pestañear, cayó desmayado sobre los brazos de la chica, que había corrido para atraparlo.
—Nunca está demás tener una segunda opción ¿No querido? –habló mirando el trago que le había dado a Gaara. Sabía que él la rechazaría, por eso había planeado que no pudiera hacerlo, aunque él no quisiera, estaría con ella toda la noche.
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Naruto iba por la calle con las manos en los bolsillos del pantalón, mirando hacia el suelo y pensando en lo que había hablado con Gaara y Sasuke.
—Tal vez ellos tengan razón, sólo debo hablar con Hinata y decirle lo que siento, no importa si ella no quiere oírme –se dijo cerrando los ojos, tenía algo en mente y no pensaba fallar en ello, así que tomó su celular —. ¿Bueno? Sai, soy yo… sólo quería saber ¿Cuándo es la firma de libros de Hinata? –sonrió —. Perfecto, ahí estaré.
Sin más colgó la llamada, pero ahora se sentía mucho más animado.
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La luz del sol le molestaba en los ojos, haciendo que le fuera difícil poder seguir dormido. Se sentó un poco distraído sobre aquella cama y notó que no estaba en su cuarto, no parecía estar siquiera en su casa, pero lo peor de todo era que estaba desnudo.
—¿Q-que mier…? –miró a su costado y ahí la vio, quedándose con la boca abierta al ver a esa mujer a su lado, durmiendo desnuda. No recordaba nada de lo sucedido anoche, estaba seguro de que había decidido irse de aquel lugar y no caer en su juego. ¿Pero entonces que hacía en su cama? —. Esto no puede ser… yo no puedo haber… no puedo haber engañado a Matsuri… –se sintió realmente horrible al decir esas palabras, lo último que deseaba en el mundo era serle infiel a su esposa. ¿Cómo había sido capaz de acostarse con Sayuri? Precisamente ella.
No, ella tuvo que haber manipulado la situación, pero era una tonta si creía que se saldría con la suya, Gaara no le creería nada de lo que dijera, porque estaba loca, era su palabra contra la de él, así que sin más, se levantó y se vistió lo más rápido que pudo, saliendo de ahí apenas estuvo listo.
Buscó en su bolsillo las llaves del auto y se marchó hacia su casa. Estaba seguro de que ella lo había intentado embaucar, la conocía a la perfección y era capaz de eso y más para retenerlo. Se suponía que él había cambiado, que Matsuri lo había cambiado, así que no tenía de que preocuparse, porque él no había hecho nada malo, o al menos eso quería creer; la verdad era que esta no era la primera vez que amanecía desnudo con una chica sin recordar lo que había sucedido la noche anterior, pero eso no quería decir que sí había tenido sexo con Sayuri ¿O sí?
Cuando llegó a su casa eran casi las siete de la mañana, pero Matsuri aún seguía dormida. Se sentó a su lado, observando su fino y tranquilo rostro de niña con los ojos cerrados. Era tan hermosa, la amaba tanto, que era imposible que aún estando bajo los efectos de alcohol o de cualquier otra cosa la hubiera engañado. Definitivamente era mentira.
—Suri… perdóname… –susurró acariciando suavemente su mejilla —. No debí dejar que esa loca me manipulara, pero… estoy seguro de que no pasó nada, tiene que ser así –cerró los ojos con impotencia y molestia, no podía evitar tener la duda latente en su cabeza de si había sucedido o no, pero quería creer que no.
—¿Gaara? –susurró la castaña abriendo sus ojos, para luego sonreírle dulcemente a su amado esposo —. ¿Qué hora es? ¿Acabas de llegar?
—Van a ser las siete, y sí, acabo de llegar –respondió Gaara —. Me pasé la noche en casa de Naruto, ya sabes, haciendo tonterías –mintió con cierta culpa, pero no podía decirle que fue a casa de Sayuri y que amaneció desnudo en su cama y con ella a su lado en igual condición, ella seguro lo lanzaría por la ventana o algo peor.
—Bueno… –ella no le riñó por la respuesta, no le molestaba que de vez en cuando él se divirtiera con sus amigos, además ella los conocía muy bien —. Te echaba de menos, tenía mucho frío en la noche –se quejó, sintiendo como él se recostaba a su lado para abrazarla.
—Aún es temprano y hoy no hay trabajo, así que duerme un rato más Suri, yo te cuidaré –le dijo besándola en los labios, a lo que ella se acurrucó en su pecho como una gatita mimada, volviendo a quedarse dormida.
El pelirrojo la abrazó más fuerte aún, besando su frente.
—Te amo mi Suri, y no pienso dejar que nadie arruine lo nuestro –susurró.
Sin importar como, debía esconderle a Matsuri lo que había pasado esa noche y esta mañana, tenía que hacerlo.
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Ya había pasado una semana. Gaara estaba en su cuarto, vistiéndose para irse a trabajar, cuando vio salir a su hermosa esposa del baño, quien cubría su cuerpo desnudo con una toalla rosada, haciendo que se viera adorable ye tentadora al mismo tiempo.
—Rayos, no deberías pasarte así frente a mí ¿Qué no ves que me enloqueces? –susurró al oído de la castaña, abrazándola por la espalda —. Te ves tan sexy que me provocas.
—Pervertido, sabes que esa no era mi intención –respondió Matsuri avergonzada y sonrojada, sintiendo como el cuerpo de su amado se pegaba al suyo de una manera excitante, subiéndole la temperatura.
—Eso no importa, lo has conseguido de todas formas –Gaara la volteó y comenzó a besarla en los labios, bajando sus manos por la cintura delgada de la chica, hasta llegar a su trasero, en donde comenzó a aplicar masajes circulares que la hacían gemir débilmente —. Dios, como me gustas –susurró mientras besaba su cuello.
Mandó al diablo el llegar temprano al trabajo, ahora mismo estaba más concentrado en hacer suya a su esposa que en llegar a su empresa, por eso mismo, mientras sentía como ella le acariciaba el torso, desabrochándole la camisa que él mismo acababa de ponerse, la empujó hasta el borde de la cama, haciéndola caer sobre ésta y cayendo encima del cuerpo de ella.
Comenzó a besarla en los labios una vez más, subiéndole despacio la toalla para dejar ver aún más sus perfectas piernas, las cuales acariciaba con gusto. Introdujo su lengua en la boca de la chica, la cual le correspondía con intensidad, cerrando sus ojos y terminando de abrirle la camisa, pero fue justo ahí que Matsuri sintió algo demasiado extraño, algo que la hizo apartarse de él.
—G-Gaara –lo llamó, alejándolo de un empujoncito —. N-no puedo –le dijo observándolo, notando el estado en el que lo había dejado, sin poder hacer nada al respecto, puesto que salió corriendo de regreso al baño, dejándolo sorprendido.
—¿Matsuri? –la llamó el pelirrojo preocupado. Estaba a punto de preguntar que le pasaba, cuando la oyó vomitar, así que sin decir nada se acercó a ella, notándola arrodillada junto al retrete. Se acuclilló a su lado y le sostuvo el cabello —. ¿Estás bien? ¿Qué tienes?
—No sé –dijo Matsuri limpiándose la boca. Miró a Gaara y él se dio cuenta de que tenía pequeñas lágrimas surcando sus ojos, en realidad, parecía que estaba a punto de ponerse a llorar —. Perdóname Gaara –soltó de repente, lanzándose a los brazos del chico.
—¿Que te perdone? ¿Pero por qué? –preguntó él rodeándole por la cintura, al mismo tiempo que le acariciaba el cabello —. Si no has hecho nada malo Suri.
—Claro que sí, lo arruiné todo –aseguró ella, separándose un poco de su esposo para secarse las lágrimas, a lo que Gaara sólo le sonrió y posó una mano sobre su cabeza.
—No seas tonta, aquí lo único importante es que tú estés bien ¿De acuerdo? Así que por la tarde irás a ver a un médico –le dijo en tono de regaño, obteniendo otro abrazo de niña consentida por parte de la chica, así que él sólo pudo corresponder.
Por otra parte, Matsuri estaba cada vez más convencida de que era lo que tenía, pero primero debía confirmarlo.
Continuara…
Avance:
La firma de libros de Hinata se lleva a cabo, en donde Naruto comete una locura por amor, a la vez que Sakura y Sasuke intervienen para tratar de arreglar las cosas entre ellos. Sari le informa a Kankuro de una importante noticia. Matsuri asiste al doctor junto a Temari y finalmente confirma su embarazo, por lo que se siente muy emocionada. Y antes de que Matsuri pueda contarle a Gaara que tendrán un hijo, Sayuri hace de las suyas.
Próximo capítulo: Aquella vida en mi interior.
Última edición por Selene-chan el Dom Mar 03 2013, 04:10, editado 1 vez | |
| | | lavida13 Nivel 8
Cantidad de envíos : 307 Edad : 29 Localización : aldea de konoha mansion hyuga-uzumaki Fecha de inscripción : 15/01/2011
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Dom Dic 04 2011, 13:47 | |
| PTM!! waaa matsuri va a tener bebe sii we we kiero conti esta genial jaja ruto locura por amor tengo que verlo o.o :foto: kiero conti yaa PD: we primera | |
| | | aiko8121 Nivel 1
Cantidad de envíos : 33 Edad : 28 Fecha de inscripción : 30/07/2011
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Dom Dic 04 2011, 16:48 | |
| TAN GENIIAL PON CONTI PRONTO PRONTOOOOOOOOOOOO | |
| | | shirookami Nivel 2
Cantidad de envíos : 62 Edad : 33 Fecha de inscripción : 16/08/2010
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Lun Dic 05 2011, 16:24 | |
| Rayoss, me quede intrigada con esa trampa que le puso sayuri a Gaara ¿qué diablos fue lo que sucedio en ese apartamento?? Salee espero contii!! | |
| | | Dimencio Nivel 2
Cantidad de envíos : 50 Edad : 28 Localización : En la dimencion D, pero actualmente recido en el Olvido Fecha de inscripción : 27/02/2011
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Jue Dic 08 2011, 13:17 | |
| EMBARAZADA jajajajaja, Sayuri es más lista de lo que aparenta ne? jejejej ya se que vendrá luego n.n. O eso creo... | |
| | | N!ky Nivel 45
Cantidad de envíos : 10927 Edad : 28 Localización : Gobernando en el Infierno Fecha de inscripción : 30/12/2010
| | | | GaAmAtSu Nivel 7
Cantidad de envíos : 261 Edad : 30 Fecha de inscripción : 29/11/2011
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Dom Dic 11 2011, 03:35 | |
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| | | RoseCaro Nivel 44
Cantidad de envíos : 2106 Edad : 25 Localización : Perú Fecha de inscripción : 28/07/2011
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Mar Dic 20 2011, 11:05 | |
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| | | Selene-chan Nivel 6
Cantidad de envíos : 213 Edad : 33 Localización : En mi casa Fecha de inscripción : 21/04/2010
| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Dom Feb 19 2012, 06:01 | |
| Hola!
Bueno, perdón por la demora, he tenido mil cosas que hacer, entre ellas el trabajo jejeje, pero bueno, como no he podido terminar la conti entera, aquí les dejo una parte, espero que les guste ^^
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Capitulo 17: Aquella vida en mi interior
Esa mañana se había levantado con el pie izquierdo, primero se había puesto a vomitar justo en un momento tan importante como era estar con Gaara y después se había sentido mareada todo el día, las nauseas no habían cesado y no era capaz de probar un bocado.
—Demonios… –susurró, llevándose una mano a la cabeza. Cayó sentada sobre la silla de su escritorio, notando como uno de sus amigos se le acercaba con preocupación.
—Hey, Matsuri ¿Estás bien? –preguntó Shikamaru; la había visto extraña todo el día y eso comenzaba a inquietarle, porque la castaña siempre estaba alegre y radiante, pero hoy parecía más pálida que el papel.
—Sí, no es nada Shikamaru –aseguró ella, sonriendo tan dulcemente como siempre, de esa forma que siempre lograba tranquilizar a todo el mundo.
—¿Segura? –cuestionó el Nara —. Pues déjame decirte que te comportas igual a… –se cortó a media frase, al parecer estaba por decir una imprudencia y no quería hacerlo —. Que problemático, mejor olvídalo.
—No, continua –insistió Matsuri —. ¿Igual a quién? –las palabras del hombre le habían causado curiosidad y no estaba dispuesta a quedarse con ella, así que le miró seriamente para hacerle entender que más le valía hablar de una vez, al menos así lo entendió Shikamaru.
—A Temari –respondió —, actúas como Temari… cuando supo que estaba embarazada –ya lo había dicho por fin, por lo que sólo le quedaba mirar a Matsuri para observar su reacción, y la vio muy sorprendida, pero no al punto de no creerlo.
—¿Yo? ¿Embarazada? –se cuestionó a sí misma, llevándose una mano a su vientre. Bajó la mirada con sus mejillas levemente sonrojadas, pensando en lo que acababa de oír, eso la hizo esbozar una sonrisa —. No lo sé, no creo, más bien sólo enfermé de gripe o algo así, no creo que esté embarazada –se negó a la idea, pero con una sonrisa nerviosa.
—Bueno, era sólo una idea, no es como si fuera verdad –el pelinegro se llevó las manos a los bolsillos del pantalón, soltando un suspiro —. En fin, me iré a trabajar, ojalá te mejores.
—Sí, gracias –dijo Matsuri, volviendo a bajar la mirada mientras Shikamaru se alejaba. Sintió su corazón agitado y como los mareos regresaban, pero no estaba asustada, sino muy nerviosa por no estar segura de su estado —. Dios ¿Y si es verdad? ¿Si en verdad voy a tener un hijo de Gaara? –de sólo imaginarlo no podía parar de reír.
Todo era como un sueño hecho realidad.
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Gaara acababa de firmar unos papeles importantes y se puso de pie para salir de la oficina. Estaba muy preocupado por Matsuri, desde hace un tiempo que su esposa actuaba muy extraño, temía que estuviera enferma de alguna cosa, además de eso, se sentía pésimo cada vez que veía a Sayuri, la culpa lo consumía a pesar de no recordar si quiera lo que había pasado esa noche entre ellos.
Notó a su esposa sentada en su escritorio, pero se veía muy pálida y de verdad estaba mal, mareada, eso lo preocupaba demasiado, no le gustaba verla así.
—Suri –la llamó, acercándose a ella para tomarle las manos, dándole un beso en la mejilla para luego abrazarla —. Amor ¿Te sientes muy mal?
—Estoy bien Gaara –aseguró la castaña sonriendo, mientras él le acariciaba suavemente la mejilla. Ella apoyó su rostro sobre el pecho de Gaara, ocultándolo ahí —. Sólo estoy un poquito mareada, pero no es nada.
—Pues yo no creo que no sea nada, es más, quiero que vayas al médico ahora mismo –dijo de forma terca Gaara, sorprendiendo un poco a su mujer.
—Pero Gaara –se quejó la chica, mas él le puso un dedo sobre los labios, callándola de inmediato, pues no pensaba oír reclamos de su parte.
—Pero nada bonita –dijo —, estoy preocupado por ti, no te veo bien –la rodeó por la cintura, pegándola más a su cuerpo para abrazarla cálidamente, con ese amor que ella había despertado en su persona —. Te amo y lo sabes, si a ti te pasa algo yo me muero.
—No creo que tenga nada malo –susurró Matsuri, sin atreverse a contarle sobre sus sospechas, quería que fuera toda una sorpresa si en verdad era cierto, quería que Gaara se emocionara con la noticia tanto como ella estaba segura de que lo haría —. De todos modos hoy iré, así que deja de preocuparte.
—Más te vale –dijo el pelirrojo, dándole un beso tierno en los labios. Nunca hubiera sospechado lo que en verdad tenía Matsuri en ese momento, ni mucho menos las cosas que sucederían.
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Hinata estaba un poco cansada. Desde que había aceptado el ofrecimiento de su padre para trabajar en la empresa Hyûga tenía mucho más trabajo que antes, claro, ya no era una simple asistente, ahora tenía un puesto importante como la hija primogénita de Hiashi, sin embargo no es que eso le alegrara, extrañaba a Naruto, pero agradecía no tener que verle todos los días ahora que habían terminado.
Por otro lado, hace algunas semanas la publicación de su libro se había hecho oficial, aunque no había estado realmente pendiente de ello por todas las cosas que tenía en mente. Hace unos minutos le acababan de avisar que las ventas habían sido un éxito y que querían realizar una firma de libros, eso en verdad le hizo muy feliz, a pesar de ya no compartir dicha alegría con la persona que la había inspirado.
—Te extraño tanto Naruto-kun… –susurró con tristeza, pero sin llorar, porque al final no valía la pena. Había comprendido que Naruto realmente no la amaba, que nunca lo hizo, que todo lo que pasó entre ellos no fue más que un hermoso sueño, puesto que el rubio ya no volvió a buscarla, seguramente estaba más pendiente de recuperar a Sakura.
Que gran error tenía en mente.
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Temari se dirigía hacia el hospital con su bebé en los brazos, a su lado iba nada más y nada menos que su cuñada Matsuri, quien había obtenido el permiso de su esposo y jefe para asistir a un control.
—Ya dime la verdad, ¿por qué has venido a acompañarme al control de Haru? –interrogó la rubia con intriga en sus ojos, la que aumentó al ver a su amiga ponerse roja como un tomate, mirando al piso y jugando con sus dedos con verdadera timidez.
—V-verás… –comenzó a decir —. Este último tiempo me he sentido algo mal y… bueno… c-creo que… –soltó un suspiro —. Que estoy embarazada –confesó por fin con gran dificultad, dejando a Temari con la boca abierta luego de haberla oído.
—¿Embarazada, Matsuri? –repitió incrédula, para luego formar una enorme sonrisa en sus labios —. Ay Dios, te abrazaría emocionada de no ser porque cargo a Haru.
—No te preocupes, además aún no está confirmado –la castaña miró hacia el frente con verdadera ilusión en sus ojos, la ilusión de formar una familia junto a Gaara —. Pero espero con todo mi corazón que así sea.
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Bebió su café expreso a pesar de que prefería mil veces el que preparaba su esposa, pero como la había mandado a verse con el médico, se tenía que conformar con esa cosa que ni se comparaba con el sabor del toque que Matsuri le daba.
—Matsuri, sólo espero que no tengas nada grave, te amo tanto preciosa –una pequeña sonrisa se formó en sus labios al pensar en ella, se sentía tan tonto al estar enamorado de su mejor amiga, siempre lo había estado y se había empeñado con todas sus fuerzas en negarlo, desde que eran adolescentes, como aquella vez en que le vio con su nuevo look.
Gaara tenía sólo diecisiete años en ese entonces. Estaba sentado en una banca del parque a la espera de su mejor amiga, pues habían quedado en juntarse ahí para salir juntos, ya que hace bastante no tenían tiempo para los dos, más por el tiempo que demandaban las “novias” de él. Debido a su aire sexy y de misterio, levantaba pasiones entre las chicas que iban pasando sin siquiera proponérselo, logrando que todas se le quedasen mirando idiotizadas.
Él sólo sonreía cuando las oía decir lo guapo que era, pues sabía muy bien como era él.
—Etto… Gaara… –escuchó la dulce voz de su amiga, tan tímida y tierna como siempre. Se volteó esperando ver a la misma niña tímida y medio torpe de siempre, esa que siempre usaba ropa infantil y que llevaba el largo cabello castaño recogido en una coleta baja, pero no la encontró. En su lugar, sólo pudo ver a una hermosa mujer que lo impactó. Ahora llevaba el cabello corto por arriba de los hombros, haciendo que su rostro se apreciara mejor. Su ropa era diferente, ya no era holgada y como de niña, ahora llevaba unos ajustados jeans azules y una blusa blanca, la cual resaltaba el crecido tamaño de sus pechos. Su figura en definitiva ya no era la de una mocosa.
—¿Matsuri? –Gaara la miró de pies a cabeza, en verdad estaba sorprendido, sólo habían pasado un par de días desde que no la veía y se llevaba aquella impresión así de pronto. Su corazón había comenzado a latir muy fuerte al darse cuenta de lo hermosa que era su mejor amiga, aunque a él siempre le había parecido linda, pero jamás la vio tan sensual antes.
—Perdón por la demora Gaara, ya podemos irnos –dijo la chica sonriendo, con esa dulzura que la caracterizaba y que sin saberlo, conquistaba muchos corazones.
—C-claro que sí –el pelirrojo se puso de pie nerviosamente, mirando nuevamente a la chica como si fuera la primera vez que la observaba, con la boca levemente abierta y los ojos a punto de salírsele —. Te ves muy bonita Matsuri –le confesó.
—Gracias –susurró Matsuri sonrojada, bajando la mirada y asintiendo con la cabeza, mientras Gaara sólo sonreía.
Soltó un suspiro, realmente en ese tiempo era un idiota, un completo ciego, sabía que Matsuri le gustaba, que cada vez que la veía se sentía atraído por ella, pero a pesar de todo eso no podía acercársele con esas intenciones, Matsuri era su mejor amiga y no quería lastimarla como a las otras chicas, porque no se creía capaz de amarla de verdad, fue por eso que decidió enterrar esos sentimientos, pero siempre estuvieron latentes en su pecho, dormidos, esperando el momento de salir.
Ahora, por suerte, las cosas eran muy diferentes, sabía con certeza cuanto la amaba y tenía el privilegio de haber sido el primer y único hombre en su vida, se sentía feliz por ello y ahora se reía de todas esas veces que sintió celos cuando esos tipos idiotas se acercaban a ella.
—Ah, entonces ese estúpido que viene ahí es tu novio –señaló a un guapo muchacho, alto y de cabello azabache, el cual se acercaba a ellos con una flor en la mano y una gran sonrisa ridícula, en otras palabras, tenía cara de tonto.
—Gaara, no le digas así, y sí, es mi novio hace dos días –dijo Matsuri sonriente, sin notar el ceño fruncido de su mejor amigo. El chico llegó junto a ellos y extendió la flor hacia la castaña, quien la recibió alegremente.
—Hola Matsuri-chan, que linda te ves hoy –saludó el pelinegro con expresión de bobo, cosa que molestaba de sobremanera a Gaara, no podía creer que Matsuri saliera con tal idiota.
—Gracias, Hideki –le sonrió la joven —. Mira, él es mi mejor amigo, Gaara –le presentó señalándole. Enseguida Hideki le hizo un gesto de saludo, pero éste respondió con una mirada de odio que prácticamente le caló los huesos al pobre chico; parecía un novio celoso.
Matsuri nunca supo que había sido él el responsable de haberle espantado a la mayoría de sus novios, y en realidad no necesitaba saberlo, ahora que él era su marido sólo necesitaba de su persona y de nadie más.
—Demonios, quiero verla, necesito saber como está –al terminar su café, salió de la oficina con cierta impaciencia, pero justo afuera se encontró con quien menos deseaba ver, esa mujer que se había vuelto una verdadera amenaza para su matrimonio.
—Que bien luces hoy Gaara –dijo ella, con una sonrisa sínica en sus labios, lo que fastidiaba a Gaara, no podía soportar su presencia, pero tampoco podía despedirla, temía que ella pudiera decirle algo a Matsuri, eso sería lo peor que podría pasarle.
—Déjame en paz –fue frío y cortante con ella, dejándola sola en el lugar, pero a ella no le importó el trato, no le interesaba el desprecio de Gaara porque sabía que lo tenía en la palma de su mano, tenía el poder para acabar con su matrimonio cuando ella lo quisiera, sólo le basaba mover un dedo para conseguirlo.
—Sólo espera Gaara, me rogarás que esté a tu lado –murmuró para sí misma, dando algunos pasos lejos de ahí. Usar a Sasori no había servido de nada, era un idiota que se había rendido demasiado fácil, pero ella no era tan débil, ella lograría lo que Sasori no pudo hacer; separar a Gaara y Matsuri para siempre.
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—Pareces tonta con esa cara .bromeó Ino, dándole una palmadita en la espalda a una feliz Sakura, quien se probaba un sencillo vestido de novia frente al espejo de su apartamento. Su boda con Sasuke estaba cada vez más cerca y no podía creer que fuese realidad, siempre pensó que ese tipo de cosas no eran para ella, aún cuando estaba con Naruto no se imaginaba siendo una mujer casada, pero ahora le hacía mucha ilusión pensar en eso, compartirlo al lado de Sasuke.
—Déjame Ino, estoy feliz porque pronto me convertiré en la señora Uchiha –dijo la peli rosa —. Tú deberías pensar en hacer lo mismo con Sai –al oírla Ino soltó un suspiro de resignación, que confundió un poco a la rosada.
—Sai no es ese tipo de persona, a él no le interesa el matrimonio ni nada de eso, pero supongo que nuestra relación va bien.
—¿Supones? –Sakura arqueó una ceja, no había creído nada de lo que le dijo su amiga —. Ino, si tú no estás conforme con tu relación habla con él, no te quedes callada.
—Te aseguro que todo está bien –afirmó la rubia con una sonrisa nerviosa y una gotita resbalando por su sien. Justo en ese instante el timbre comenzó a sonar, distrayéndolas a ambas.
Sakura se arregló un poco el cabello frente al espejo y se dirigió a la puerta, pero se quedó paralizada al ver a la persona del otro lado, se esperaba a cualquiera, menos a él.
—Naruto… –susurró.
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Hinata hoy salía temprano de la oficina, pues no tenía muchas cosas que hacer en ella, había tratado de terminar todo lo pendiente antes para poder irse tranquila a lo de la firma, aunque se sentía bastante nerviosa por ello. Sentía que necesitaba el apoyo de Naruto para salir adelante, que le tomara de la mano y con una sonrisa le dijera que todo iba a estar bien, pero ya llevaba tres meses sobreviviendo sin él, tenía que seguir como ahora, no le quedaba de otra.
Al salir, se dirigió al estacionamiento a buscar el auto que su padre le había regalado, pues ahora que había decidido volver a la empresa, él la consentía demasiado, sólo para que no se volviera a ir.
—Hola Hinata –escuchó una voz familiar, de una persona a la cual no veía hace mucho tiempo.
—¿Sasuke-san? –preguntó confusa —. ¿Qué haces usted aquí? –interrogó, y es que nunca había sido amiga de Sasuke, a pesar de haber tenido una buena relación como compañeros de trabajo, pero nada más, así que prácticamente no había ninguna excusa para la repentina visita del moreno.
—Quiero hablar contigo de un asunto importante, ¿es posible que me concedas unos minutos? –la Hyûga sólo asintió con la cabeza, intrigada sobre lo que podría decirle Sasuke.
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Temari salió de la oficina del médico con su bebé en los brazos, ya había sido revisado y todo iba perfecto con él. Buscó entonces a su amiga Matsuri, quien le esperaba afuera, sentada en la sala con una de sus manos apoyada en el antebrazo, al parecer le habían sacado sangre para hacerle unos exámenes.
—¿Cómo te fue? ¿Tienes los resultados? –interrogó ansiosa la rubia, pues sería una verdadera felicidad para ella tener un sobrino que fuera hijo de su hermano Gaara, deseaba ver a Gaara feliz y tenía mucha curiosidad de ver a aquel ex mujeriego cuidando de un bebé, estaba segura de que esto le daría un nuevo sentido a su vida.
—Sí, ya está confirmado Temari –respondió la castaña con una radiante sonrisa, al mismo tiempo que se llevaba ambas manos a su vientre, acariciándolo con suavidad —. Ya tengo cinco semanas, estoy esperando un bebé de Gaara –sus mejillas se ruborizaron levemente, al mismo tiempo que la sonrisa de Temari se acrecentaba.
—Te felicito amiga, vas a ser mamá –la Sabaku No se acercó a su amiga y le dio un gran abrazo, teniendo cuidado con su pequeño hijo. La emoción de este momento debían compartirla ambas, porque era un acontecimiento demasiado feliz —. Siempre supe que tú eras la única mujer para Gaara, la única que podía enamorarlo y darle una familia.
—Soy tan feliz Temari, voy a tener un hijo de él, del hombre que siempre he amado, un hijo fruto de nuestro amor –Matsuri no paraba de sonreír, ya no veía la hora de darle la maravillosa noticia a su esposo, quería verlo tan feliz como ella lo estaba ahora, abrazarlo, decirle que estaba ansiosa por formar una verdadera familia junto a él.
—¿Cuándo le vas a decir a Gaara? Ese idiota se tiene que enterar cuanto antes.
—No sé, aún no he pensado como voy a hacerlo, estoy nerviosa –respondió bajando la mirada, su corazón estaba latiendo demasiado rápido y de pronto se sintió mareada, así que tuvo que llevarse una mano a la cabeza —. Temari, tengo miedo.
—No amiga, no te asustes –decía Temari tratando de animarla —. Sé que debes tener miedo, no es fácil decirle a tu esposo que estás embarazada, no sabes como va a responderte –bajó la mirada al recordar la reacción de Shikamaru, pero eso ya estaba en el pasado y no valía la pena revivirlo ahora —. Pero mi hermano te ama y estoy segura de que se pondrá feliz con la noticia, tanto como tú.
—Eso espero Temari, de verdad quiero que todo salga bien –volvió a llevarse las manos a su vientre, acariciándolo con dulzura —. “Mi bebé…”
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Bueno, hasta aquí es los dejo por ahora, espero que les haya gustado, y esperen, que aún queda algo bueno jejeje.
Bye ^^
Última edición por Selene-chan el Dom Mar 03 2013, 04:09, editado 1 vez | |
| | | GaAmAtSu Nivel 7
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| | | | N!ky Nivel 45
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| Tema: Re: ¿Te Casas Conmigo? (GaaMatsu y otros) Capitulo 18 Parte 1 Dom Feb 19 2012, 11:32 | |
| *W* Matsuri ah confirmado que esta embarazadaa!! awesome xD jajjaja me rei al leer que Gaara fue el responasble que espanto a los novios de Matsuri xD Esaa Bitch de Sayurii...¬¬ Que querra Naruto al ir a la casa de Sakura? Y que quire hablar Sasuke con Hinata? ESPERO TU CONTII!!! ME ENCANTA ESTE FIC!! :D Te Cuidas! Matta ne~ | |
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