Estaba ahí, muriéndome de calor como nunca, y es que en esta zona es lo más común estas olas "cálidas", pero en el hospital… sin un ventilador parecía un horno. El aire que entraba por la ventana era caliente, solo me hacía sentir más descompuesta. Estaba postrada, totalmente sola y para colmo solo recibía las visitas de enfermeras latosas que solo pinchaban mi brazo para calmar el dolor de mis heridas. Soy una idiota estoy acá por mi culpa, si no hubiese sido tan imprudente esto no hubiera ocurrido...
Flash back
¿Por qué no puedo? Llevo toda la tarde entrenando con él y ni siquiera he podido rozarle, no sé qué hacer…
— No puedes detenerte a pensar en medio de una batalla —oía su voz grave detrás de mi— si esto fuera un combate real ya estarías muerta.
Cerré con bronca mis puños dispuesta a darme vuelta para poder encajarle un golpe, pero al hacerlo ya no estaba, no entendía nada. ¿Desapareció?
Me quede paralizada, el sitio era bastante desfavorable para mi, en medio del desierto donde las dunas parecían formar una fortaleza era donde estábamos situados, para colmo estaba por anochecer. Sentía mucho frío y mi piel se erizaba, pero no sabía si era por eso o por los nervios del entrenamiento que tenía con mi maestro…
Cálmate, por más que lo repitiera no funcionaba estaba desesperada porque Gaara, mi tutor, no dejaba ni huellas ni otro indicio para poder localizarlo. Aparecía y desaparecía entre la arena, sin dejar siquiera un aroma, un rastro, nada. La oscuridad que se acrecentaba no me ayudaba en lo absoluto, solo le favorecía a él. Debía admitir que no era buena para aprovechar el terreno como mi sensei.
Cerraba mis ojos, tratando de sentir su chakra para lo cual… era malísima, estaba dejando el rumbo de la batalla en manos de mi percepción, que no era una cualidad en mí.
Levanté mis brazos y flexioné un poco mis piernas instintivamente, esperaba a que llegara su próximo ataque, me concentraba dispuesta a percibir entre las penumbras la identidad de mi sensei. Hasta que…
— Perdiste…
Abrí los ojos con horror. Sin que yo me percatara de su existencia en un veloz movimiento la arena de Gaara sensei me había aprisionado de manos y tobillos.
— Es todo por hoy. No lo conseguiste, pero aun así debo admitir que mejoraste. —Oía a espalda mía.
— ¡No! Aun no estoy derrotada — Forcejee con la arena inútilmente, Gaara sensei se paró frente a mi sin soltarme, por un momento me pareció verlo sonreír…
— De acuerdo, —lo escuchaba desafiante— veamos si puedes liberarte, voy a darte cinco minutos. Si no lo consigues en ese lapso daré por terminada la clase. — Me decía con frialdad viéndome fijamente a los ojos, esa mirada me ponía más nerviosa de lo que estaba, parecía que esa mirada se incrustara en mis ojos y a través de ellos perforaban mi alma develándole lo que sentía, tenía muchos nervios y miedo… miedo a fracasar.
Me retorcía como un estúpido gusano, luchaba por liberarme de mis ataduras, el sudor recorría mi espalda y rostro formándose gordas gotas que caían en el escote de mi camiseta de tirantes negra, Gaara sensei dibujo una pequeña sonrisa como si eso le causara gracia, y es que a cualquiera le parecería gracioso, por más fuerza que utilizara la arena era inalterable, haciendo esos cómicos movimientos hasta él sonreía.
El tiempo corría y ninguna idea llegaba a mi mente, no podía hacer siquiera una posición de mano, trataba de doblar las rodillas para romper las ataduras que salían del piso pero tampoco funcionaba. Había un silencio sepulcral que solamente era interrumpido por mis constantes quejidos, no de dolor, sino de impotencia. Parecía un animal a punto de ser ofrendado.
—Pareces un conejito que está a punto de ser sacrificado —me dijo mi sensei, con una mirada que jamás vi. Era aterradora, casi trastornada, mi cara se llenaba de puro miedo.
Fue entonces que lo sentí… su cálida piel teniendo roce con la mía, no podía creerlo. Gaara sensei se acercaba un poco más a mí, me elevó con su arena unos centímetros más que su altura…
— Gaara sensei… ¿Qué está haciendo? — Preguntaba sin cambiar mi expresión de terror al sentir como levantaba con sus dedos mi camiseta dejando ver mi abdomen.
— Tienes una piel muy tersa, Matsuri — Oía por parte de él casi como un susurro — Estas indefensa como un conejo —esto no me estaba gustando en lo más mínimo, sacó un kunai de entre su ropa — podría despellejarte si quisiera — agregó rozando mi piel con la filosa arma, lancé un suspiro.
— Gaara… sensei — estaba a punto del colapso. Sentía esta vez como pasaba el kunai por mi muslo.
No pude evitarlo… de entre mis labios se escapó un pesado gemido. Abrí grande los ojos, tenía vergüenza de aquella situación ¿Qué pensaría de mí? ¿Qué me gusta aquellas situaciones tan terroríficas? Tenía espanto de que pensara aquello.
Pero para mi sorpresa con una mueca un tanto extraña se alejó de mí guardando el kunai, yo lo mire perpleja. Es como si la persona de hace unos instantes fuera totalmente diferente a él.
— Es todo ya pasaron los cinco minutos. —soltó las ataduras de mis manos para mi sorpresa… sin embargo ahí fue cuando aproveche, no iba a rendirme, tome coraje de no sé donde, quería demostrarle que tan buena podía llegar a ser...
Lo más rápido que pude hice tres posiciones de mano…
—Suiton: Mizurappa
Pronto una enorme ola de agua azotaba el campo, pero con el kawarimi no jutsu* Gaara sensei escapó lejos de mi rango de alcance, aun así estaba dentro del plan porque me pude liberar.
— Aun no termina sensei —decía con voz caprichosa y decidida, por primera vez mostré determinación ante algo, y es que en esos momentos no quería perder, quería demostrarle que gracias a su tutela pude mejorar. Quería… que este orgulloso de mí.
Corrí a toda velocidad hacia donde él se encontraba, esquivando sus shurikens y las manos de arena que alrededor surgían, estaba tan cerca… por fin lo tenía en la mira. Salté para darle una patada voladora y no tuvo mejor idea que activar su defensa absoluta absorbiendo el impacto de mi pie dejando sano a mi sensei y a mí con un tobillo roto, no la llaman la defensa absoluta por nada. Eso fue como darle una patada a una pared de acero. Aún así Gaara sensei se vio muy preocupado y me dijo que no fue su intención lastimarme. Deshizo la defensa para tomarme en sus brazos, estábamos muy alejados de la aldea, sonreí ya que su seño fruncido y su temor por verme lastimada, a pesar de todo lo ocurrido, era bastante creíble.
Fin flash backAhora por un largo tiempo tendré que estar enyesada y lejos de las misiones. Y justo cuando se empezaba a notar mejoras en mi ninjutsu…
Para peor estoy sola, me dejaron en esta habitación como si tuviera lepra. A mi lado hay una cama para otro paciente más pero está separada por una cortina blanca, no trajeron a nadie, y parece que no lo harán. Estoy sola… nadie vino a visitarme, ya pasaron cinco días de lo ocurrido, Gaara sensei me dejó en el hospital y luego no lo pude ver más, esto es un fastidio. Las enfermeras tratan de sacarme un tema de conversación para animarme un poco, pero lo que menos tengo ganas ahora es que me vengan a molestar.
Ya es mediodía, y ni siquiera mi mejor amiga vino a verme, vaya amiga tengo.
—¡Matsuri! — por Dios casi se me sale el alma del cuerpo hablando de Roma…, quiero decir aparece Temari de la nada en mi habitación.
— ¿Qué te paso amiga? ¿Te dieron una paliza? — La miraba con fastidio, no le contesté nada.
— Vamos, ya sé que tardé un poco en visitarte, pero no te das una idea de todo lo que pasó en estos días…
— A ver ¿qué paso? — preguntaba con hipocresía.
Me empezó a enumerar todo lo sucedido y a medida que me contaba mi impresión era más grande, pero lo ultimo me dejo devastada, no podía evitar llorar.
— ¿Cómo que Gaara sensei casi muere?
— Fue por Akatsuki, lo raptaron para sacarle a Shukaku y luego matarlo, me comentaron que atacaron con explosivos la aldea ¿No escuchaste nada?
No podía contestar…
—¡Matsuri!
Di un respingo —Perdón, no, no escuche nada.— Decía secando una lagrima traviesa que se mostró ante los ojos azules de mi amiga. No quise verla los ojos, malinterpreté todo, fui egoísta caprichosa y estúpida. La escuche suspirar fuerte.
— Eres una idiota ¿De verdad creíste que Gaara no te visitaría? —no quería responder a su pregunta, miraba a otro lado dolida.
Bufó y se acerco a mí, al costado, donde se encontraba la mesita de noche con un vaso con agua y aparte de mis calmantes había un cepillo.
— A ver… mira que estar así de desarreglada — comenzaba a humedecer mi cabello y pasar el cepillo por él de manera bruta.
— ¡Oye! Que duele ¿Para qué me quieres arreglar el pelo? Estoy en el hospital no voy a ninguna fiesta — mencioné molesta, pero Temari me contestó con un tirón de pelo — Aa
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]— Perdón… se me resbaló el cepillo — mentía. — Ya entenderás para que… — Yo la miraba como si mi cara completa dibujara un signo de interrogación.
Luego me sorprendía tomando los botones de mi camisolín desabrochándolos de manera brusca.
— ¿Qué haces? — Preguntaba algo asustada.
— ¿Qué te parece que hago? Te estoy desvistiendo para bañarte un poco, estas toda transpirada — En eso tenía razón…
Aunque Temari es mi amiga a la cual le cuento todo y me entiende con una mirada me daba mucha vergüenza que viera mi cuerpo desnudo, no pude evitar cubrir mis zonas intimas para peor no podía cubrirme bien lógicamente estaba inmovilizada por el yeso.
— Quédate quieta — Me decía mientras con una gasa húmeda lavaba mis senos, me alteró un poco los masajes que me hacía, rozaba mis pezones y eso me puso intranquila. Con un poco más de agua del vaso volvía a humedecer la gasa.
— Debe haber jabón y una palangana en el toilette, voy por ellos así te puedo higienizar mejor — Decía Temari con expresión tranquila y una sonrisa, como si esto fuera lo más común de la vida.
Yo al contrario moría de vergüenza mientras ella se iba al baño me di un golpecito en la frente con la mano.
— Ya volví — Eso había sido rápido…
— ¿Qué te pasa? Estas hecha un tomate por lo roja— Opinaba mi amiga al verme tan nerviosa.
— B- -bueno no es por nada…
— Ay no me digas… No me digas que eres torta.
— ¿Qué cosa? — Cubrí mis senos con ambos brazos.
— Lesbiana, nena… eso. — Contestaba Temari levantando una ceja mientras dejaba las cosas en la mesita.
— No no no Nada que ver amiga. Es solo que me apena.
— Jejeje somos chicas, no te estreses, mira si fuera Gaara el que por esas cuestiones de la vida te tuviera que bañar — Culminaba la frase para dar una sonora carcajada mientras a mí se me salía el alma del cuerpo al imaginarlo.
— ¡No por favor! — Decía cerrando los ojos. No podía evitar proyectar imágenes en mi mente.
— Jajaja tranquila. Es solo una suposición.
— Ok ok Hagamos esto rápido. — Le contestaba mientras sentía como toda la sangre se agolpaba en mis mejillas.
Ella asentía y con el jabón llenaba de espuma la gasa para empezar a bañarme. Como estaba postrada en la cama rápidamente las sabanas se mojaron a lo que yo me exalte.
— No te preocupes, yo las cambiaré por unas limpias — Me decía.
Suspiraba mientras ella me limpiaba. Me sentía un poco incomoda, miento… bastante.
Cuando por fin terminó, me sentí mucho mas aliviada.
— ¿Viste? Ya paso la tortura. — Se burlaba Temari al verme más tranquila.
Solo sonreía para luego recostarme con las sabanas recién cambiadas y un camisón corto con encajes negros.
— Bueno estas son mis disculpas por haberme alejado de ti amiga, es hora de que me marche. — Me decía mientras tomaba su bolso y por ultimo arreglaba el recogido que me hiso con un broche negro.
— ¿Tan pronto? ¿Por qué la prisa? Solo estuviste aquí media hora.
Ella dio una risita picara y abrió la puerta no sin antes decirme "Ya lo sabrás". Ni bien dijo eso desapareció de mi vista. Suspiraba agobiada, este calor incesante era bastante abrumador. Si bien me sentía más fresca gracias al baño que Temari me dio era horrible el clima que había en Suna.
Otra vez me deprimí…
— Él no vino — dije al vacio de mi habitación.
— ¿Quién?
— ¿Pues quien más? Gaara – sen - — ¡Un momento alguien me estaba contestando!
Voltee mi mirada a la puerta ¡Era Gaara sensei! Me sentía tan avergonzada, que horrible que me pase eso…
— ¿Me esperabas? — Decía mientras se acercaba a mí a paso lento pero sin detenerse.
— Pues claro que si —Contestaba molesta desviando mi mirada de la suya.
— ¿Por qué me evitas?
— No sé de qué me está hablando —Mentí.
— ¿Ah no? ¿Quieres que te haga recordar?
No le contesté, desvié la mirada una vez más…
Flash back
No – se oía rotundamente.
— Pero Gaara sensei yo—
— Te dije que no ¿Qué parte no entiendes?
Baje mi mirada.
— Es una misión muy riesgosa como para que vayas tu sola, iré contigo.
— Pero usted tiene mucho trabajo aquí en Suna. — Le contesté mirándolo angustiada.
— No importa, es una misión rango S, no quiero que te pase nada.
Fin de flash back, comienzo de otro.
— Gaara sensei me gustaría… bueno yo- - quisiera…
— Anda dime.
— B – bueno — No podía verlo a la cara, otra vez bajaba la mirada…
— Gaara, te necesitamos urgente — Entró Temari, llevándose a mi sensei. Dejándome con las palabras en la boca.
— ¿Le gustaría ir al cine conmigo? — Me animé a decir finalmente cuando cerraron la puerta…
Fin de Flash back.
— No es necesario. — Contestaba calmada o trataba de aparentar que lo estaba.
— Claro que no lo es, nunca puedes sostenerme la mirada. ¿Acaso piensas que te voy a comer? ¿Qué soy un monstruo?
— ¡Claro que no! — Lo miraba fijamente, por primera vez dándome cuenta de que sus ojos aguamarinas mostraban mucha tristeza— jamás se me ocurrió eso por la cabeza sensei.
— Hasta que por fin me miras —espetaba— siempre pareció eso, como la semana pasada. En el último entrenamiento… me pareció que te asustaste.
— Y como para estarlo —me decía a mi misma — Bueno también usted… bueno a mí me pareció… que q –
— ¿Qué te iba a torturar? — expresaba acercándose a mi cama, cruzándose de brazos.
— Algo así —alegaba avergonzada.
— La verdad que hubiese sido lo correcto.
— ¡¿Qué?! —decía alarmada.
— Me desobedeciste, te lo merecías —suspiraba tranquila, estaba algo molesto por eso — te dije que el entrenamiento había terminado y seguiste igual.
— Gomen, sensei. — decía juntando mis manos.
Fin Matsuri POVÉl solamente bufó por lo bajo.
— Como me puede cuando implora... — Pensaba en seguida Sabaku no.
— Sensei... — Él la miró a los ojos — de verdad lo lamento.
Gaara, conmovido, se acercó a ella y acarició la cabeza de su alumna con ternura.
— Discúlpame a mí, yo fui quien te hirió.
— ¡No! No lo vea así sensei, por mi terquedad me he lastimado— alegaba mientras trataba de sentarse en la cama— ¡Kuso! ¡Duele mucho!
— Esto te pasa por no hacerme caso.
— Pero es que yo estoy harta... ya no quiero ser una carga para usted. Siempre esta rescatándome en las misiones y nunca sirvo para nada, quiero ser de utilidad. Es horrible ser como yo. —Decía una Matsuri frustrada.
— Yo no lo veo así... pero si es como lo dices... tú... puedes hacer algo por mí...
— ¿Qué clase de cosa puedo hacer por usted? – preguntaba curiosa.
— Bueno… - se acercó más a ella – puedes darme medicina.
— ¿Medicina? –estaba aun mas intrigada.
Gaara se quedó por un momento, observando la pequeña figura de su alumna, pensando cómo iba a decir esas palabras que tanto costaban salir de su boca. Lo que recién había dicho fue por mero impulso.
Pero a él llego un vago recuerdo de algo que ocurrió hace años.
— Las heridas emocionales son más serias… tardan en sanarse más…
— ¿Heridas emocionales?
— Son diferentes a las heridas de la carne a veces nunca llegan a sanar.
El pequeño Gaara miraba con pena y angustia al único recuerdo que le quedo de su madre, su tío Yashamaru.
— Pero… hay una sola cosa que puede sanar ese tipo de heridas.
— ¿Qué cosa? Dímela por favor, Yashamaru.
— Amor
— ¿Amor?
— Si.
— ¿Cómo puedo recibirlo?
— Solo puede ser administrado por otra persona…• • •
Gaara sentía deseos de explicarle lo que era para él "medicina" pero no hallaba las palabras correctas. Nadie le enseño como expresarse, ya que lo único que él conoció fue como dañar a las personas. Matsuri estaba atenta a lo que su sensei tenía para decirle, lo que ponía un poco tenso al joven kazekage…
— ¿Y bien? Sensei
— Bueno… medicina… es… creo que es…
— ¿se encuentra bien? — Matsuri se estaba asustando con la extraña situación que estaba viviendo en su horario de visita.
El sudor que hace poco había quitado Temari de su cuerpo estaba volviendo y para peor se estaba sonrojando.
Mientras que al kazekage se le estaba complicando mucho las cosas para expresarse decidió optar solamente por tragar grueso respirar hondo y se dejarse llevar por lo que en ese momento sentía, se acercó de a poco a su alumna dejando escasos centímetros de distancia, posó sus labios sobre los de la castaña.
— Gaara sensei – suspiraba ella sorprendida y algo embriagada por el néctar que desprendía su tutor.
Él la silenció una vez más con esa droga que rápidamente estaba enloqueciendo a Matsuri.
— ¿Qué estamos haciendo? Sensei — Decía mientras comenzaba a rodear con su mano el cuello níveo del pelirrojo.
— Dejo que me des medicina.
Matsuri sin comprender nada aun de lo que decía continuaba el beso que Gaara había comenzado, a medida que avanzaban el oxigeno faltaba y los deseos aumentaban. Cuando sus labios se resecaron y empezaron a hincharse por la fuerte fricción que ejercía el uno sobre el otro decidieron separarse.
— Esto… ¿Está bien lo que hicimos? — Preguntaba asustada Matsuri para luego llevarse sus finos dedos a sus labios.
— ¿Cómo quieres que lo sepa? Ni siquiera sé con exactitud el motivo por el que hice eso… — contestaba el pelirrojo mientras se llevaba la mano al rostro, mas luego bajo su mano y se acercó a la aludida— solo sé… que me gusto mucho.— Culminaba con mirada lasciva.
Matsuri no podía creerlo, más bien nunca se esperaría algo así de su tutor.
— Él me quiere… — pensaba la castaña — ¡No! ¿Qué estoy diciendo? Claramente no… pero me desea y ya que él vino hasta mí y fue sincero creo que yo también debo serlo, quiero despejar todo tipo de dudas. — Sensei…
Gaara la miraba atento a lo que tenía que decirle.
— Yo… yo quiero… saber si… si por lo menos, usted me quiere. — Esto había sorprendido de sobremanera a Gaara, no se lo esperaba y mucho menos se había puesto a pensar en aquello.
Claramente él no tenía muchas definiciones del amor, tomo unas muy incompletas y ahora, en estos momentos, se estaba topando con una situación sin salida. El sentir deseos de besar a Matsuri no te hace quererla… o sí…
— Es como Temari dijo una vez… "si piensas mucho en esa persona, si con el mas mínimo detalle la recuerdas, si algo le sucede y sientes deseos de ir a ayudarla o si con el simple hecho de estar a su lado sientes que tu vida puede llegar a ser mucho mejor, si sientes deseos de besarla y abrazarla… realmente la quieres" — Pensaba por un momento el pelirrojo, mientras que Matsuri lo miraba, esperando una respuesta tratando de que no le de un infarto primero.
— ¿Y bien?...
— No lo sé.
La cara de Matsuri se lleno de tristeza y dolor… aspiró bastante aire para llenar sus pulmones y llenarlo de preguntas a Gaara…
— ¿Entonces para que me besa? ¿Por qué me hace ilusionar? ¿No se da cuenta que me lastima? ¿Acaso no piensa que yo también tengo sentimientos y me puedo llegar a enamorar de usted? — Gaara solamente bufó lo que hiso embroncar mas a Matsuri.
— No me dejaste terminar.
— ¿Eh?
— Dije que no sabía porque pienso demasiado en ti cuando estas ausente y siento mucho temor cuando pienso en la posibilidad de perderte, es algo que no sé como explicarlo, no hallo las palabras correctas para decirlo… pero tu existencia llegó a ser muy fundamental para mi… quiero… que estés a mi lado.
— Entonces ¿me quiere?
— Creo que es más que eso…
La expresión de Matsuri cambiaba totalmente, escucho algo que no se esperaba ni en una eternidad.
Continuará.
* Kawarimi no jutsu: técnica de reemplazamiento.
Voy a anticiparme a las críticas venideras:
Algunos dirán…
"Ah pero Matsuri en tu fic usa elemento agua ¿de dónde va a sacar agua en medio del desierto? ¿Qué? ¿Está a nivel Hokage?
R: chicos es un fic, en un fic puedes hacer casi lo que sea (cuando pasas el límite del "casi" creo, a mi parecer, se convierte en spam fic) además creo que la alumna de Utakata hiso lo mismo y no había agua (solo un lago pero me parece que el agua no la saco de ahí xd xd xd no recuerdo)
Otra:
"Continuará? Entonces no es One shot! (Carita encabronada)
R: Bueno es cierto, es un one shot, pero lo dividiré en dos partes porque si no es muy largo y la gente puede llegar a cansarse, no tengo ni la más mínima intención de hacer un fanfic de esta historia porque tengo demasiadas por continuar y no quiero cerrar ninguna n.n
Por ahora podría contestar esas dos preguntas, si alguien tiene algo más para decirme, bienvenido sea, pongo la otra mejilla (no xd xd)
me retiro, nos leemos en unas horas (zombie) -_-