Capítulo V. Los Honemon, nueva misión, una pintura…
Pasaron algunos días desde que las heridas de Missael se habían recuperado, ahora los tres caballeros estaban en espera de comenzar su próxima tarea. Los días en CIELO eran largos y monótonos, no había nada que hacer más que ocuparse en misiones, recorrer los mismos prados, caminar por los mismo lujosos pasillos del palacio de los tres ancianos, ir a las mismas obras de teatro, a las mismas funciones de ópera, comer los mismo… Incluso mirar al cielo… Apacible, distante, pero inmutable… No había noche en el CIELO, solo día, no habían estrellas ni nubes… Solo un infinito firmamento azulado o anaranjado parduzco que definía el pasar de los días… El mismo pasar…
-Vaya que es aburrido estar en esta prisión… -dijo Missa algo melancólico, mientras escribía, sentado al lado de su escritorio; en un pequeño libro que era su diario-.
-No es aburrido… El aburrido eres tu –respondió Tiki que sorbía café de una pequeña taza, mientras intentaba ver qué escribía-, y bueno…. ¿qué tanto escribes? ¡Dime de una vez! La curiosidad no me deja dormir –dijo el muchacho intentando ver lo que escribía su amigo-.
-¡Nada! ¡No escribo nada! Y por lo que no puedes dormir es por la exagerada cantidad de café que tomas –Missa cerró el libro de inmediato-.
-Creo que leí algo de una tal Josseline… Acaso será la muchacha con que te encontré en nuestra última misión –una sonrisa se dibujó en el rostro del desordenado muchacho-.
Missa de inmediato se puso completamente rojo, su frente comenzaba a sudar y no se le ocurría que contestar, pero de pronto la puerta de la habitación se abrió bruscamente interrumpiendo la tensión en el aire.
-¡Caballeros síganme! Tenemos una reunión de emergencia ahora mismo –dijo el arcángel Uriel quien había entrado repentinamente-.
-Pero no me he terminado mi café –reclamó Tiki-.
Uriel no dijo una palabra simplemente lo miró seriamente, era notable que esta reunión era de suma importancia. Missael guardó el pequeño libro en una gaveta de su escritorio se puso en pie y siguió a su comandante, Tiki suspiró y puso la taza en el escritorio, acomodó sus lentes, metió sus manos en sus bolsillos comenzando a caminar hacia el mismo rumbo que sus dos camaradas.
Los tres caballeros entraron a una sala de conferencias, la luz tenue y un dispositivo holográfico en el centro de la mesa hacía obvio la función de la habitación, Miles ya estaba sentado en la mesa principal y los campos de los otros dos muchachos estaban reservados. Missa y Tiki se sentaron en unas cómodas sillas blancas, eran los únicos que hacían falta de la gran mesa blanca en forma de elipse.
-Vaya que tienes un grupo de inútiles Miles, ni siquiera pueden llegar puntuales a una reunión de alta prioridad –dijo incorporándose un caballero que estaba sentado frente a él, llevaba una gran armadura plateada que cubría todo su cuerpo, su cabeza estaba cubierta por un yelmo del mismo color con una cruz dorada a lo largo del rostro-.
- Spoiler:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Sus dos alas plateadas lucían imponentes en su espalda, no tenían plumas como de ave como era común en los demás caballeros si no que parecían hechas de placas metálicas del mismo material que su armadura, como si fueran plumas de acero, sus dedos curveados y forrados en metal daban la impresión de ser las garras de una gigantesca y feroz águila.
-¡Templarius! Ellos venían con migo por favor abstente de esos comentarios dijo Uriel que no se había sentado en ninguna silla-.
-Pff… Perdedores…
Miles no podía evitar verlo con cierto desprecio, sus constantes ataques y burlas se habían vuelto más un hábito que un evento aislado…
-Bueno caballeros –comenzó a decir Uriel-, se preguntarán para que los hice venir aquí a ustedes doce…
En el CIELO cada arcángel tenía a su disposición un grupo selecto compuesto por los doce mejores y más hábiles Caballeros de la luz a opinión del mismo, estos doce se dividían en cuatro grupos de tres personas, cada uno de ellos con un líder, Miles era el líder del grupo de Missa y Tiki, el “CUE 5”, también era uno de los tres posibles sucesores de Uriel en caso de que este muriera, junto a Templarius el líder del grupo “Sigillum Militum Xpisti” y Thor the Colossus líder del grupo “Los Martillos de Plata”.
Missael que había estado un poco distraído miró el campo donde se sentaba su gran amiga… Kamelia... Para llevarse una no tan agradable sorpresa, sus ojos se abrieron como si un fantasma hubiera visto, su garganta tembló unos momentos como si quisiera decir algo pero ninguna palabra salió de su boca, solo miró atónito… Esperaba encontrar el campo vacío pero de sorpresa vio que un joven ángel estaba sentado en su lugar… Para cualquier persona no tendría esto alguna relevancia, pero algo en Missael no le permitía dejar descansar a su amiga.
-¡¿Quién es él?! ¿Y por qué está sentado en el lugar de Kamelia? –gritó cuando por fin su vos se lo permitió levantándose bruscamente de su silla botando la misma-.
-Missael no es momento para… –susurró Uriel-.
-¡Es una falta de respeto!!!!!!!! Kamelia acaba de morir… -dijo en un grito que conjugaba una combinación de enojo y una enorme tristeza-, ¿POR QUÉ?… ¿por qué?… esa… era su silla… -dijo mientras sus ojos se nublaban de un tibio liquido transparente-.
-Missael… ¡Compórtate! Eres un Caballero de la Luz tengo algo de suma importancia que informarles, por favor si no te sientes en condiciones de estar en esta sala ¡SAL AHORA MISMO! –dijo seriamente el comandante-.
Missa se sentó en su silla que Miles le había ayudado a juntar, su mirada se calvó en el suelo, no podía mirar a nadie, no quería hacerlo, no quería escuchar nada…
-Bien caballeros… Los llamé aquí a todos porque tenemos una misión de alta prioridad que realizar y se nos ha elegido como el escuadrón que la llevará a cabo…
-¿Y bueno en qué consiste la misión? –preguntó Templarius reclinándose en su silla-.
-Será una misión de limpieza y captura… Nuestros radares han localizado un grupo de demonios Honemon en Lëtzebuergen, detectaron cuatro de ellos.
Templarius al escucharlo casi se cae de su silla, miró fijamente a Uriel a los ojos, como si lo estuviera reprochando por una broma de mal gusto, Thor volvió a ver a sus dos compañeros de equipo de manera preocupada. La luz comenzó a bajar y el dispositivo de hologramas se encendió.
-Como tenemos nuevos integrantes y muchos de ustedes no han visto un honemon en su tiempo de servicio a los Caballeros de la Luz les daré una pequeña introducción… Bueno para empezar como la mayor parte de ustedes sabrá nosotros clasificamos a los demonios en dos grupos por su naturaleza… Los demonios únicos, es decir que solo existe uno de ellos no tienen raza ni parentesco, por lo general se atribuyen un pecado, dos o hasta varios, también se da el caso en el que no se atribuyen ninguno; después tenemos el otro grupo los demonios de clanes… Estos son grupos por lo general muy numerosos de demonios con las mismas características y habilidades, la mayor parte de las veces son idénticos físicamente o al menos se parecen mucho, es común que formen grupos familiares y bueno… En su mayoría son demonios bastante débiles y por lo mismo se agrupan… Pero… Esta raza que vamos a enfrentar es una excepción –Uriel parecía algo preocupado, de esa habitación solo Templarius y Thor habían luchado contra honemon en el pasado por lo que solo ellos conocían el verdadero poder de estos monstruos-.
Un holograma de lo que parecía el esqueleto de algún animal con unas grandes fauces se proyectaba en el centro de la mesa…
-Bien… Algunas características de estos demonios… Como pueden apreciar su cuerpo está hecho en su totalidad de hueso, pero no es un hueso común, es sumamente fuerte, la densidad y el acomodo molecular del hueso del honemon es muy similar a la del diamante, es casi irrompible…
La imagen amplió el segmento de la cola…
-Cuentan con una cola que es más bien una extensión de su columna vertebral, esta es completamente móvil y es como una extremidad extra a disposición de estas bestias, es sumamente afilada, incluso hemos llegado a probar que puede perforar las armaduras sagradas hechas especialmente para repeler demonios así que no se confíen…
La proyección cambió mostrando cuatro imágenes de las patas vistas desde tres dimensiones, todos en la sala excepto Missa y el muchacho que ocupaba el campo de Kamelia prestaban atención a la presentación, el pobre chico se sentía bastante culpable por cómo se sentía Missael en ese momento.
-Como pueden ver sus patas no están unidas por nada a su cuerpo, podríamos decir que las une alguna fuerza invisible que aún no conocemos, estas extremidades en vez de patas más bien son garras, sus patas traseras cuentan con unas afiladas zarpas de treinta centímetros y una espuela afilada que puede cortarlos como si fueran una barra de mantequilla… Con estas útiles herramientas tienen una increíble tracción lo que les permite caminar de cabeza ya que se aferran al material en el que están parados sin problema… Bien… Después tenemos sus extremidades frontales, su mano derecha parece la garra de algún enorme reptil con zarpas afiladas y una gran fuerza, pero bueno este no es el problema sino su mano izquierda…
El dispositivo amplió la mano izquierda de la bestia, era notablemente más grande que la derecha.
-La mano izquierda es más grande que la derecha, el tamaño varía dependiendo del poder del demonio, por lo que pueden medir su fuerza dependiendo del tamaño de su mano surda… Está además cuenta con una gran “cola” o extensión cilíndrica, como un cable; que puede llegar a medir hasta unos dos metros, es sumamente filosa así que sean prudentes, pero bueno eso no es todo, además en esta mano pueden acumular energía en forma pura y dispararla a gran velocidad, lo cual los vuelve tan mortíferos a corta como media distancia.
El dispositivo desenfocó las extremidades dejando ver nuevamente todo el cuerpo del demonio, unas fuertes costillas blancas flotaban en el aire encima de las cuatro extremidades ya mencionadas…
-Los demonios puede separar de su cuerpo sus extremidades tanto como quieran… o bueno… no hemos logrado medir que tan lejos puede estar una de sus extremidades de su cuerpo principal (cabeza, tórax, columna vertebral y cola), la cola es extensible, es decir; crece tanto como el demonio lo quiera por lo que no crean que no los va a alcanzar, luego pueden retraer el hueso llevándolo al tamaño original. Su cabeza no es más que un cráneo bastante similar al de un dinosaurio diría yo…
-Uno muy feo… -dijo Tiki hurgando su oído con el dedo meñique-.
-Tiene una mandíbula equipada con seis filas de dientes afilados arriba y abajo, la fuerza de presión de la mandíbula puede moler lo que sea… Además pueden lanzar grandes corrientes de presión de su boca las cuales pues bueno… Destruyen todo a su paso… Son prácticamente ciegos, para poder ver deben estar a una distancia muy pero muy cercana, pero tienen un oído increíble, pueden escuchar variaciones en su ritmo cardiaco. También tienen un buen olfato… No poseen ninguno órgano o algo que hayamos logrado definir como vulnerable, son puro hueso… -El holograma se apagó y las luces se prendieron nuevamente-. En resumen… son seres sumamente peligrosos… Y no termina ahí… Los honemon se movilizan en grupos de dos o hasta cuatro como este que hemos detectado, son extremadamente violentos, pero trabajan en grupo y son estratégicos, planean ataques en conjunto, pero… no por esto crean que pueden razonar con ellos, lo único que desean es matar y devorar, no intenten entablar dialogo alguno con ellos, es una orden, lo único que lograrán es que los maten…
Un intercambio de miradas y un corto silencio se extendió por la sala.
-Se dividirán en los grupos de siempre… Y matarán a las bestias… Deben entrar en batalla si y solo si se encuentran en una ventaja de tres contra uno, de ser dos o menos la orden es escapar y buscar refuerzos… Esto no es ninguna broma estas bestias no tardarán un segundo en rebanarlos y devorarlos, no quiero bajas en esta misión quiero una trabajo limpio… Como misión secundaria intentarán capturar un honemon con vida… Si logramos analizar en nuestros laboratorios una de esas bestias estaremos más cerca de destruirlos a todos… Pero esto no es la prioridad, si sus vidas corren el más mínimo peligro elimínenlos…
-Señor… ¿Usted nos acompañará, cierto? –preguntó Miles-.
-No… Debo de atender otra misión que me tomará un par de días y no puede esperar… Así que confío en ustedes… Podrán hacerlo, lo sé… -Uriel hizo una pausa-, el grupo de Tengus saldrá de primero para hacer una inspección…
Tengus era el líder del grupo “Rosa Blanca”, especialistas en rastreo y espionaje. Era el grupo en el que alguna vez había pertenecido Kamelia.
-Dos horas después saldrán Miles, Templarius y Thor con sus grupos… No hay nada más que decir caballeros… Suerte… Que el Creador los proteja…
Los caballeros se empezaron a levantar, el grupo de Tengus salió para partir de inmediato a la misión solo el muchacho nuevo que ocupaba el viejo campo de Kamelia se quedó atrás… Se acercó a Missa que aún estaba sentado…
-Señor Missael… No quiero molestarlo… Pero quiero que sepa que yo siempre quise este puesto pero me hace sentir muy mal que lo haya logrado por la muerte de otra camarada… De verdad lo lamento, mi intención nunca fue irrespetar su memoria… -Missa no respondió seguía mirando el suelo-, bueno… debo irme…
El joven ángel se alejó corriendo para alcanzar a su grupo, Miles se le acercó a Missa y puso su mano en el hombre del caballero de cabello rubio y rizado…
-Vamos Payo Missa… No seas duro con el chico él no tiene la culpa… Anda vamos que tenemos que prepararnos…
Templarius y su grupo pasaron detrás de ellos en ese momento…
-Cuan débil… Llorar por la muerte de un compañero… Somos Caballeros, existimos para matar, vivimos para morir y respiramos para que otros lo dejen de hacer… Deberías haberte dado cuanta desde hace décadas…
Missa se levantó sobresaltado en un rápido movimiento para quedar justo frente a Templarius, estaba furioso y a punto de descargarlo todo, Miles y Tiki lo detuvieron justo antes que llegara a Templarius.
-Jajajaja… -rió Templarius… Controla a tus canes Miles… No vaya a ser que pierdan sus alas por tonterías... –dicho esto comenzó a caminar junto a su grupo-, cuidado los devoran en la misión… Sería una lástima… jajajaja….
Missa respiraba agitadamente, se lanzó al suelo y lo golpeo con toda su fuerza…
-¡¿Por qué no morí yo ese día y no ella?! –vociferó-.
Su puño se había hundido en el finísimo mármol… Pasaron unos segundos y el caballero se levantó… Mostrando su mano ensangrentada por el golpe.
-¿Estás bien? –preguntó Tiki-.
-Si… Solo ocupaba liberar todo esto… Lo he estado conteniendo desde hace mucho… Perdónenme…
-No pidas perdón Payo… Véndate esa mano y camina que tenemos una misión que hacer…
-Si… -contestó con una vaga sonrisa-.
Los tres muchachos salieron por fin de la habitación dejándola completamente vacía…
Mientras tanto en Siebenbürgen, Josseline pintaba en un bonito lienzo bañada por la exquisita luz plateada de la luna, envuelta por un aire místico y un tiempo misterioso… Una deslumbrante chica de cabellos rojizos como el fuego y ojos llameantes como el sol entró al cuarto con una linda sonrisa…
-¿Qué haces fea?
-Pinto… A diferencia de otras personas que no hacen nada y son unas vagas ¡yo me ocupo!
Kashi intentaba ver lo que pintaba Josseline pero esta no dejaba que lo viera…
-Y… ¿Qué pintas?
-Hmmm… ¡Esto!
Josseline le mostró el cuadro terminado a su amiga… Era un retrato del ángel Missael, sus amplias e inmaculadas alas, su armadura brillante como y su rostro… Pero la pintura tenía algo muy especial… Los ojos denotaban una gran profundidad… Las facciones de su rostro una gran expresividad… Incluso parecían más reales que lo real…
-Vaya… Un ángel… Está muy bonita la pintura… -dijo Kashi algo confundida-.
-Si verdad… Él es tan… -dijo tocando el rostro en el lienzo- … puro… Cómo un niño… Tan inocente… Tan hermoso…
-Emmm… Fea creo que no te puedes enamorar de una pintura…
-Si verdad ^////////^U
Nami entró en ese momento su rostro traía la misma expresión fría de siempre…
-Lord Necro renacerá cuando llegue el equinoccio de invierno… Cuando las dos lunes de Romania III se eclipsen la una a la otra… Nuestro amo por fin pisará estas tierras de nuevo…
Kashi sonrió malévolamente mientras que Josseline no había puesto ni siquiera atención…
-Missael… Que nombre tan bello… -pensó en sus adentros-.
El cielo grisáceo de Liechtenstein reposaba fríamente, Heru y Otaru se había reunido con Mara y Cenilidan que habían estado esperándolos en un sitio apartado del pueblo, adentrándose unos cientos de metros en el bosque de robles.
Mara miraba furiosa el cartel que ofrecía una recompensa de 1.000.000 de crisantemos imperiales por la cabeza de Heru, el sello inquisitorial lucía en una esquina del anuncio autentificando la recompensa.
- Spoiler:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
-Es que nunca se cansarán de buscarnos… Porque no nos pueden olvidar y dejarnos seguir con nuestras vidas…
-Ellos nunca me olvidarán Mara… Como nosotros nunca olvidaremos la deuda que tenemos con ellos...
Heru le dio la última aspirada a su cigarro y lanzó la colilla al cielo, Mara lanzó el cartel arrugado y el cigarro se convirtió en una pequeña llamarada que consumió el papel completo…
-Bueno –dijo Mara suspirando-, ¿qué misión trajiste?
-¡Dammit! Ni siquiera me fijé que era –pensó Heru rebuscando en los bolsillos de su sobretodo color sangre-.
Heru le dio el papel arrugado a Mara quien lo extendió y comenzó a leerlo…
-Mmm… Nada mal… Una buena recompensa y una misión decente…
-¿A sí? Quiero decir… ¡A sí, pues claro! ¿Qué esperabas? –dijo Heru dando la vuelta con una risa de orgullo-.
-La misión trata de recuperar un objeto valioso para el cliente, al parecer se lo robó un demonio… Seguramente tendremos que exterminarlo.
-¿A dónde es? –preguntó Cenilidan mientras que sacaba su arma de su espalda, una afilada Chakram-.
- Spoiler:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
-Debemos ir a buscar al cliente en la punta de la montaña más alta de Liechtenstein, ahí la encontraremos y nos dará más instrucciones…
-Bien, en marcha…
Los cuatro se adentraron aún más en lo profundo de la foresta, subieron por algunas horas por el boscoso lugar sin decir ni una sola palabra, Mara miraba ocasionalmente hacia atrás para ver si Heru la miraba, pero de inmediato volvía la mirada para que nadie lo notara… Cenilidan iba al frente empuñando en sus manos su afilada arma, parecía el más ansioso por entrar en combate, Otaru solo miraba a todas partes y se detenía cuando veía algún insecto vistoso o alguna pequeña rana o lagartija de colores.
Heru solo miraba el vació, su mente no estaba concentrada en la realidad si no que se abstraía en sus recuerdos…
FLASHBACK
- Soundtrack:
El incesante sonido de los disparos era ensordecedor, un flash brilló repentinamente y hubo una gran explosión que estremeció el suelo, el agua estancada de las alcantarillas le llegaba hasta las rodillas, permanecía turbia y estaba teñida por un intenso color sangre… El olor a desechos orgánicos podridos era insoportable… Heru estaba paralizado… Todos corrían, gritaban y disparaban sin detenerse hacia la entrada del acueducto donde los primeros soldados inquisitoriales comenzaban a ingresar… Heru solo miraba… Miraba la nada… Como si estuviese hipnotizado o tal vez peor… Como si estuviera refugiado dentro de su propia mente para no tener que vivir lo que estaba pasando… Una distancia de unos veinte metros separaba la entrada de la cloaca de los sobrevivientes, en este espacio había decenas de cadáveres caídos, Heru mantenía sus dedos aferrados a sus armas, como inertes garfios tocando el gatillo... Pero inmóviles… Completamente inmóviles…
- Soldados Inquisitoriales:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
- Soldados Inquisitoriales:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Los soldados enemigos comenzaban a entrar con sus escudos de energía protegiéndose de los interminables disparos, algunos caían pero comenzaban entrar… En el lado opuesto de la alcantarilla se encontraba Mara, ajetreada gritándole desesperadamente a unos sujetos que estaban cortando la gruesa puerta metálica que sellaba el canal. Era la única salida… No quedaban muchos de ellos… Tal vez unos treinta… De seguir así todos morirían…
Entre las acorazadas y brillantes armaduras de los soldados imperiales una imagen de un guerrero de uniforme diferente se asomó… Su armadura era negra, llevaba el sello inquisitorial pintado en su pecho y sus ojos brillaban enrojecidos, como si estuviera sediento de sangre.
Otaru tomó de inmediato una pequeña bazuca y lanzó un proyectil que colisionó con los escudos de los soldados, creando otra gran destello y haciéndolos retroceder de la entrada.
Los gritos y los disparos no dejaban espacio para otro sonido… Heru seguía inmóvil, mirando a un punto fijo, veía pasar las balas, veía caer a sus hombres… Pero lo veía todo como si solo fuera una triste película en cámara lenta… Algo irreal… Algo imposible… ¿Qué era eso?
Como una flor apareció un pequeño brote entre los cadáveres que separaban los soldados imperiales de los hombres de Heru, el tallo comenzó a crecer rápidamente hasta alcanzar el tamaño de un árbol de mediana altura, el tronco tenía la retorcida forma de un cuerpo humano, sus pies se fundían en el suelo como raíces, su pecho desnudo como nudos en un tronco, y sus manos se difundían como ramas en el aire que se bifurcaban en delgados y huesudos dedos donde salían unos pequeños frutos blancos que tomaban rápidamente la forma de cráneos humanos…
-¡¡¡¡¡¡DISPAREEEEEEN!!!!!!! –gritó Cenilidan mientras retrocedía por las fuertes repeticiones de su arma-.
Las balas comenzaron a desgarrar la corteza de aquel extraño tronco que se iba regenerando rápidamente y cubría la entrada de los soldados, uno tras otro se comenzaban a lanzar en el suelo y comenzaban a moverse agazapadamente en las aguas pútridas para cubrirse de los disparos.
Como una flor madura los cráneos que colgaban de las ramas del árbol abrieron sus mandíbulas, las ramas comenzaron a extenderse y moverse como veloces tentáculos conducidos por una calavera hambrienta.
Heru continuaba inmóvil… Podía escuchar los gritos de sus hombres como una pesadilla distante y en cámara lenta… Quería moverse… Pero sus músculos no respondieron… Quería alzar su mano… Pero su brazo ni siquiera tembló… Quería apretar el gatillo de sus armas pero sus dedos se encontraban adormecidos…
- Soundtrack:
Otaru disparaba con una semiautomática a los veloces cráneos… Acertó a uno que explotó en pedazos y sonrió por un momento, pero en ese instante, una chica que se encontraba a su lado disparando hombro con hombro fue alcanzada por uno de los frutos malditos, que aferró sus dientes en la tierna carne de su brazo y lo arrancó como si fuera una pequeña muñeca de algodón… Otaru gritó, gritó desesperado mientras disparaba a aquella calavera que aún agitaba el brazo sanguinolento de su camarada en el aire… Logró derribarlo, pero vio a su alrededor, varios de sus compañeros estaban siendo masacrados… Otaru se levantó y corrió, corrió nerviosamente, sus piernas temblaban por el miedo, cayó, su rostro se sumergió en el caldo descompuesto probando el sabor de la sangre de sus amigos… El niño levantó su rostro mirando de manera borrosa hacia adelante, distinguió entre la oscuridad que tan solo era retirada por los destellos de las explosiones la silueta de Heru… Levantó su mano y limpió el agua de sus ojos para poder ver mejor… Ahí estaba… Sin moverse… Estático… Con su mente fuera de sí… Otaru se levantó y corrió lo más rápido que pudo hasta estar frente a él…
-¡Comandante! ¡Comandante! ¡Nos están masacrando comandante!
Heru ni siquiera parpadeaba… Lo miraba… Lo podía escuchar como un insecto molesto en su oído… Pero no lograba entender sus palabras…
Otaru lo tomó de los brazos ya que Heru era mucho más alto que él, lo comenzó a agitar, como si lo quisiera despertar de un sueño profundo…
-¡COMANDANTE ESTAMOS MURIENDO! ¡NOS ESTAN MASACRANDO!
En ese momento la cabeza del hombre que estaba disparando indiscriminadamente a su lado explotó en pedazos al ser mordida por una de las calaveras, la sangre cayó en el rostro de Heru empapándolo.
-¡COMANDANTEEEEE!!!! DESPIERTE!!!!
De pronto Heru vio que Otaru comenzaba a hablar más rápido, ya no como si se moviera en cámara lenta, comenzó a escuchar los disparos y los gritos de dolor… Como si un chorro de agua helada hubiera caído en su rostro y lo hubiera despertado de un profundo letargo.
Sus brazos se movieron con extrema velocidad y disparó hasta que se acabaron las balas de los cartuchos de sus armas. Todos los cráneos habían sido destruidos…
-Comandante… Gracias al cielo… -dijo el niño lanzándose de rodillas al suelo-.
De pronto una inmensa corriente de fuego pasó a la derecha de ambos dirigiéndose a gran velocidad contra el extraño troncó, una columna de fuego en forma de torbellino se alzó consumiendo el árbol por completo y a todos los soldados que estaban ocultos en sus raíces…
Heru miró hacia atrás y vio Mara…
-Vamos comandante, logramos abrir la salida… Vámonos de aquí…
Heru comenzó a correr a lado de ellos, miro hacia atrás, hacia los lados y por último hacia adelante… Solo habían sobrevivido tres personas además de él… Cenilidan… Otaru… Mara… Todos los demás habían muerto…
Frente a ellos se extendía un vasto desierto frío, cubierto por una intensa lluvia. Heru se volteo un momento y miró atrás, miró la barrera de fuego que no permitía a los soldados pasar… Miró a los cadáveres de sus subordinados… Todos los que alguna vez habían creído en él ahora estaban muertos… Muertos por su deseo de escapar… Por su estúpida idea de traición… Aún escuchaba las risas de algunos de sus camaradas después de una misión en el bar… Se detuvo un momento.
La lluvia caía con una fuerza estremecedora… Heru miraba fijamente el cielo grisáceo, la lluvia se entremezclaba con sus lágrimas, la sangre en su cuerpo comenzaba a ser limpiada por el incesante aguacero, manchando con un tono carmesí el suelo… Toda la amargura que se había acumulado en su alma había explotado en ese momento, de sus ojos brotaba un cristalino caudal que comenzaba a empapar sus mejillas… Todo se había acabado, ahora solo quedaba correr, correr sin descanso para algún día… Poder lograr la venganza…
FIN DEL FLASHBACK-¿Heru?¿Heru?¿Estás bien? –preguntó Mara-.
-Si no pasa nada… Me distraje un momento…
Frente a ellos se podía observar la luz del día que indicaba el final de eterno bosque, los cuatro continuaron caminando para encontrarse con un panorama completamente diferente, un árido y rocoso sitio, era la punta de la montaña más alta… Pero no parecía haber nadie cerca…
-¿Será que nos han engañado? –dijo Cenilidan-.
-No lo creo… El punto más alto es ese pico de allá –Heru señaló una roca que sobresalía y se encontraba un poco más arriba de ellos-.
Los cuatro subieron hasta llegar a lo más alto del imponente monte… Alguien se encontraba sentada en un borde de aquel pico que sobresalía de la montaña y conducía directo a un acantilado…