Bueno, como el título dice, este fic esta basado en un juego de PSOne llamado Legend of Dragoon... espero que sea de su agrado ^^
Compendio I: La Guerra de Serdio
Capítulo I: Destrucción
Es una tranquila noche en la pequeña aldea de Seles, ubicada en el extremo sur del continente de Serdio, el viento soplaba tranquilamente mientras que las aves nocturnas del bosque cercano ululaban y algunas personas aprovechaban la tranquilidad para pasear en esa fresca noche, era una noche como cualquier otra, o al menos eso creían sus habitantes. De un momento a otro las aves dejaron de ulular y en reemplazo aparecieron vozarrones y gritos de gente despavorida, mientras que cientos de flechas incendiadas caían a los techos fabricados de frágil paja, la cual comenzó a arder con gran velocidad. En poco tiempo, el pueblo ardía en llamas mientras que los soldados comenzaban a invadir Seles. La gente trataba de huir de la destrucción causada por los soldados del imperio de Sandora, pero era en vano.Los soldados entraban a las casas y las registraban en busca de algo incierto. Cuando el Gran Comandante de Sandora llegó al lugar, la destrucción estaba consumada. Se bajó de su montura mientras que un soldado la llevaba a beber. Apenas tocó el suelo, un soldado con antorcha en mano lo estaba esperando.
Soldado: Gran Comandante, por aquí.
El Gran Comandante siguió al soldado hasta la plaza central de Seles, donde un pequeño grupo de soldados estaban vigilando a una joven inconsciente, la cual era muy jóven y linda.
Soldado: Esta es la chica señor?
El Gran Comandante no se inmutó mientras que se agachaba frente a la joven. El inclinó la cabeza de la joven de modo que fuera iluminada por la luna mientras que un soldado le pasó una esfera de un cristal muy claro, el cual fue acercado a la frente de la joven. El cristal comenzó a absorber luz lunar mientras que a su vez l dirigía a la frente de la chica, formando un extraño símbolo en su frente.
Gran Comandante: Sin duda... Ponganla en custodia...
El Gran comandante se levantó mientras que le devolvía la esfera al soldado. El grupo de soldados tomó a la joven y la pusieron con cuidado en una de las monturas para transportarla. El Gran Comandante miró a su alrededor y vio toda la destrucción causada por los soldados. Estaba seguro de que algo no estaba bien.
Gran Comandante: Es esta destrucción realmente necesaria?
De la nada apareció un hombre encapuchado, el cual comenzó a hablar con el Gran Comandante.
Encapuchado: Son las órdenes de su majestad, el Emperador Ryousan.
Gran Comandante: Quien es ella?
Encapuchado: Eso no es algo que sea de tu incumbencia.
El encapuchado se retiró, al igual que todas las tropas, dejando atras toda la destrucción causada.
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El sol comenzaba a aparecer mientras que una chica de aire misterioso observaba el bosque desde una montaña. Vestía una armadura morada con detalles dorados. Todo se veía tranquilo, hasta que su mirada se fijó en un punto del bosque, del cual se levantó una criatura en la lejanía.
Chica: El Dragón Tusked Verde, Feyrbrand.
La chica comenzó a dar grandes saltos, muy pausados y graciosos mientras que bajaba la montaña para acercarse al dragón. Mientras que el dragón avanzaba con paso pesado.
Cerca de ese lugar, un joven estaba sentado encima de una roca en un claro del bosque mientras que leía algo. Missa se había ido de Seles hace ya un tiempo y pensó que ya era momento de regresar, pero se detuvo un rato a descansar, ya que su gran armadura roja no era muy liviana que digamos, y su espada tampoco era de las más ligeras, ya que era una Claymore de dos manos.
Missa: Hmm... "Más oportunidades de que Guerra entre Basil y Sandora estalle"
Missa guardó el papel y cruzó los brazos mientras que miraba el cielo.
Missa: Espero que sólo sean rumores...
La tranquilidad del bosque fue interrumpida por el galope de caballos, lo cual hizo que Missa se sobresaltara y se acercara al camino principal, lugar donde vio a muchos soldados con la armadura de Sandora saliendo del bosque galopando. Missa se quedó mirando a la dirección por donde los soldados se fueron mientras se preguntaba de donde habían venido, ya que el imperio de Sandora se encontraba lejos del lugar. Sus pensamientos fueron interrumpidos por dos soldados montados que iban atras y que casi aplastan a Missa con los caballos.
Soldado 1: Quién eres!?
Soldado 2: Eres un mercenario de Basil?
El primer soldado se acercó a Missa y comenzó a amenazarlo con su lanza.
Soldado 1: Contesta!!
Missa no se iba a dejar intimidar, por lo tanto sacó su Claymore y se puso en posición de batalla.
Soldado 2: Qué crees que haces!?
Soldado 1 (acercando su lanza a Missa): Estás amenazando a soldados Imperiales con tu espada, mocoso!?
Antes de que comenzaran a combatir, pasos gigantes comenzaron a estremecer el bosque, acompañados por el ruido de árboles cayendo, pero como si fueran arrancados de raíz del suelo. Tanto Missa como los soldados se sorprendieron.
Soldado 2: Q-Q-Qué fue eso!?
La pregunta del soldado quedó respondida cuando de entre los árboles apareció un gran monstruo verde, de tamaño monstruoso y con intenciones homicidas. Los soldados apresuraron a sus caballos y huyeron del lugar lo más rapido que pudieron. El dragón se fijó en Missa y comenzó a atacarlo, mientras que Missa bloqueaba con su espada, aunque la fuerza de la criatura era por mucho mayor que la del joven guerrero.
Missa: Debo hacer algo o terminaré muerto!
Missa comenzó a correr en zig zag entre los árboles mientras que la criatura los derribaba para no perder de vista a Missa. El guerrero tuvo que rodar muchas veces para esquivar árboles que iban a caer sobre su persona. El monstruo derribó un arbol justo delante de Missa para detenerlo, pero Missa se apoyó en un brazo y saltó con todas sus fuerzas para luego rodar por encima del árbol. Missa se encontró fuera del bosque y sin escapatoria posible, asi que se puso en guardia, pero era inútil. La criatura estaba a punto de dar un golpe letal, y Missa cerró los ojos viendo su fin, pero alguien lo arrastró detrás de una piedra. Missa abrió los ojos y se encontró frente a frente con una chica muy linda, pero misteriosa. Vestía una armadura morada con detalles dorados. Ambos estaban ocultos tras unas rocas mientras que el monstruo los buscaba.
Missa: Quien eres!?
El monstruo levantó la cabeza por la pregunta de Missa, asi que la chica puso su mano en la boca de Missa para callarlo.
Chica (susurrando): Shh... Si es que no quieres morir.
Missa asintió mientras que el monstruo se quedó perplejo por no encontrarlos y se fue por donde vino. Cuando ya no se sintieron los pasos, la chica sacó su mano de la boca de Missa, el cual suspiró aliviado.
Missa: Gracias por salvarme.
La chica asintió mientras que se daba media vuelta para ver si el monstruo se había alejado lo suficiente. Missa se acercó a la chica.
Missa: Que era esa cosa?
Chica: Es un dragón...
Missa quedó sorprendido por la información, ya que pensaba que los dragones se habían extinguido hace ya siglos.
Missa: Dragón!?
Chica: Pero es extraño...
Missa: ?
Chica: Esa aldea pudo haber sido destruida fácilmente sin un dragón.
Missa: La aldea... ?
De pronto Missa conectó toda la información en su cabeza y dio un gran salto de sorpresa mientras que su expresión cambiaba a una de terror.
Missa: Estás hablando de Seles!?!? Entonces esos soldados... Oh No!!!!
Missa comenzó a correr, pero fue detenido por la voz de la chica, la cual tenía un tono muy frío en su voz.
Chica: En este instante no debe quedar nada en ese lugar...
Missa: Seles es MI Aldea!!!!!!
Missa comenzó a correr mientras que la chica lo observaba hasta que lo perdió de vista. De pronto, una gema de color morado que estaba en su pecho comenzó a brillar intensamente hasta que se detuvo.
Chica: Oh... Dios... Mio... Ese hombre debe ser... No... No hay manera de que él sea...
Volviendo a Missa, el joven corrió tan rápido como pudo hasta llegar a una colina cercana a Seles, lugar donde fue testigo de la destrucción causada por los Sandoras. Todas las casas estaban destruidas mientras que el humo seguía saliendo de los edificios quemados la noche anterior. Missa quedó en un estado de shock al ver todo eso.
Missa: Oh No!!! Dios Mio!!!! Dónde se encuentran todos!?!?
Missa comenzó a bajar la colina lo más rápido que pudo, pero no sabía que esto era sólo el comienzo.