El tormento empezó hace ya diez años cuando las grandes puertas de mi vida se abrían y tomaba mis grandes decisiones muchas correctas otras erróneas pero siempre trataba de supérame día a día, perseguir mis sueños y mis objetivos.
Yo solía ser alguien ejemplar según mis profesores,
Yo ya cursaba mi último año de clases, listo para la Universidad y mi destino al éxito.
A un par de meses de la graduación llego invitación ala puerta de mi hogar. Una invitación que jamás pensé que llegaría a atacarme y devorarme poco a poco. Jamás culparía a nadie pues nadie me obligo simple falta de malicia al escoger mis amistades tal vez esto hubiera cambiado muchas cosas.
En aquella fiesta ala que fui invitado arruine mi vida y con ellos mis sueños.
Todos lo hacían acaso era algo normal?
No estaba seguro de lo que era pero podía predecir que no era nada bueno. Aun así me deje llevar por la tentación y probé aquello.
Que llego a mi atacándome y devorándome poco a poco, empecé a enloquecer, cada ves necesitaba ,mas y mas hasta el punto que deje de necesitarlo para depender de ese oscuro vicio, te mata, te destruye, sientes como si te elevaras a lo mas profundo del cielo pero vas directo en picada al infierno.
Semanas después de eso llegaron los exámenes finales mis notas cayeron como avión en llamas, ese chico ejemplar del que tanto se hablaba se destruyo por una estupidez, mi vida, mis sueños todo estaba destruido por abrir aquella negra y oscura puerta que me llevo ala decadencia total.
Cada ves caía mas bajo por conseguir aquello de lo que dependía.
Me importaba nada mas que aquello de lo que tanto dependía. Esta completamente demente corriendo en un pasadizo directo al negro fin.
A mis diecinueve años
Mis padres me dejaron todo y ellos se fueron del país.
Vendí mi casa, mis cosas, todo. Solo por conseguir más y más de aquello que jamás debí probar.
Llegue a no tener nada a vivir de la calle y de los sucios negocios
Ya a mis veintitrés años lo único que me mantenía vivo era aquello, aquello que me hizo caer tan bajo, aquello que hizo que vendiera todo, aquello que jamás debí probar y que acabo con mi vida y toda esperanza.
A mis veinticinco años
Continuaba en las calles ahora robando para cumplir con mi oscuro deseo, mataba como si fuera tan fácil como respirar, no sentía odio, no sentía nada mas que el deseo de tener mas y mas, no importaba como.
Mas bajo ya no podía caer, no me importaba nada, ya no están mis padres ni mis amigos.
Maldita puerta! Porque te abrí?
Yo estaba destinado al éxito y no al fracaso.
A mis veintiséis años.
Ya era un cadáver andante viviendo solo por el estupido vicio al que decidí caer,
Mientras deambulaba por un parque observe una escena poco habitual un grupo de jóvenes de unos quince años ya en el oscuro vicio, pero a eso no le tome importancia lo que cautivo mi atención fue un Chico que estaba completamente alejado del resto,
Uno de los jóvenes se acerco a el con algo en su mano, el se levanto golpeando al joven y haciéndolo botar lo que estaba en su mano,
El se fue mientras que el joven recogía la bolsita café que el chico le boto. El paso justo a mi lado
De mis labios salieron las palabras: Porque?
El chico no me volteo a ver solo respondió: Porque solo destruirá mi vida y terminare justa igual que usted!
Las palabras de aquel chico, que tan solo con quince años evito algo que yo no pude con diecisiete, despertaron mi ser y abrieron mis ojos, ¿en que caí? Tengo que subir ese escalón y abrir una nueva puerta donde pueda arreglar todo esto!, Mi vida no estaba destruida solo desubicada, mi cerebro no estaba destruido solo que no quería creer. Busque ayuda y la encontré
A mis veintisiete años estoy limpio de aquello que no cabe decir que hablo de la “DROGA”.
Ahora encontré mi misión, mi camino, la puerta correcta y esa es contar esta historia, mi historia para aquellos que no han caído para que reflexionen y para otros que ya cayeron para que sepan que sus vidas no están perdidas solo desubicadas.
“La esperanza es lo ultimo que se debe perder”
Joseline Cerdas Acuña
Joss-cerdas
21.04.09