La muerte oscureció sus días se la llevó de contrabando, dejándote el alma partida y en el corazón.. ¡un llanto!
“¿Amiga por qué me dejas
con este vacío en las manos?
¡Qué tengo la vida llena
de haberte querido tanto!
Amiga-hermana del alma,
hermana por tantos años,
compañera de sonrisas,
de victorias y fracasos.
Quizá tu cuerpo se vaya,
con el misterio sagrado,
pero tú, querida amiga,
¡siempre estarás a mi lado!
En cada gota de lluvia
que la luz va remolcando,
en cada nube dormida
sobre este cielo estrellado.
Te quedas en mi cornisa,
caminando entre mis pasos,
en mis noches, en mis días,
¡en mis risas, en mis llantos!
¡Te quedas, amiga mía,
aunque hoy te esté llorando!"