Hola, este es mi primer Fanfic, serán varias parejas en el Universo de Naruto y Universo Alterno, donde la protagonista es nada más que nuestra Hyuunga favorita, Hinata, es decir habrá muchas parejas con Hinata y al final habrá una sola con la que Hinata se quede, así que escojan su pareja favorita, por que pueda ganar la suya. Sin más decir los dejo leer.
Naruto no me pertenece, todos los derechos a el señor Kishimoto.
Confesiones a una Hyūga
El intento del Uchiha: Fallado.
¿Amor, me había enamorado? Mi madre me había dicho que algún día me sucedería, sin embargo jamás lo creí, ¿Acaso aquellos sentimientos románticos que había rechazado toda mi vida me habían tocado? No, los Uchiha no eran de aquellos sentimientos, nosotros somos fríos guerreros ninjas, demo no lo podía creer, por más que los rechazaban aparecían mas fuerza que antes, ¿Acaso el corazón me pedía amar y dejar odiar?
—U-uchiha-san—no, aquella voz me atormentaba, ¿Por qué tú, porque tenía que ser una Hyūga ?
— ¿Qué quieres? —le hable bruscamente.
La había citado afuera de los bosques de Konoha para que nadie supiera eso, nadie viera aquella estúpida confesión. Ella aquella mujer que me hacía sentir aquellas emociones que no sabía describir la había asustado, sus grandes ojos perlas miraron el suelo apenada y con aquel dulce sonrojo que siempre tenía pintado en sus mejillas.
—Hyūga—carraspeé, no sabía lo que iba a ser, pero lo haría. —,perdóname.
Aquella mujer se sorprendió tanto como yo, aunque no lo demostré, sin embargo sentí un extraño calor en mis mejillas.
—E-está bien Uchiha-san—respondió levantando lentamente el rostro con una sonrisa pintada en sus labios, la mire un rato, piel pálida como la mía, ojos grandes y perlas, opuestos a los míos, demo, aquellos ojos reflejaban algo que me sorprendió soledad, dulzura y amabilidad, ¿acaso esa especie de combinación se podría crear en una persona como una pequeña y frágil Hyūga? La Hyūga no era nada fea –y yo no era la única persona que le había puesto el ojo, su amigo perruno Inuzuka, entre otros la miraban con malos ojos–, es mas en mi opinión la única que me había logrado llamar mi atención de todas, parecía un hermoso ángel caído del cielo, y yo a su lado era un demonio, un renegado, ¿Acaso podía estar con aquel ángel? Su cabellera me recordaba a mi difunta madre, larga y obscura como la noche y se miraba tan sedosa. Esa mujer, esa Hyūga me había robado algo que estaba negando desde la muerte de mis padre, desde que Itachi les robo la vida, mi corazón, no supe cómo, no supe porque, demo, lo hizo sin ningún esfuerzo.
No supe cuánto tiempo la quede mirando, aunque me di cuenta que la había incomodado, muchos decían que mi obscura mirada los incomodaba, parecía que igual ellas.
—Hyūga, ¿Sabes por qué te cite aquí?—.
—N-no Uchiha-san— respondió mientras jugaba con sus dedos, nervios, la Hyūga estaba nerviosa.
Por alguna razón mi corazón empezó a latir con mucha fuerza.
—No sé qué haces conmigo Hyūga, no lo sé, ¿Dime que me haces, dime? — me acerqué, la acorrale entre un árbol, mi brazo hizo como si fuera una barrera, no la iba hacer que se escapara, no esa era mi oportunidad.
—N-no se dé que me habla Uchiha-san—tartamudeo.
Toque su barbilla casi como la misma seda, su piel era suave, delicada como una princesa.
—Respóndeme Hyūga , tu bien sabes lo que me hiciste, lo sabes—dije mientras le tocaba la mejilla.
—N-no lo sé, y-yo no hecho nada, se lo j-juro U-uchiha-san —su nerviosismo era mucho, ¿La ponía nerviosa mi presencia?
Empuñe mi mano derecha, la que no hacía nada, la golpe contra el árbol, lo destrocé, me molestaba, yo estaba seguro que lo que sabía, sabía que ella sabía lo que me provocaba. Una línea de sangre roja salió de mi puño.
—¡U-uchiha-san, su mano! —exclamo un poco asustada o estaba horrorizada por ver aquella sangre en mi puño.
Sentí su cálida mano en la mía, de quien sabe dónde saco un pequeño kit de emergencias, gasa y un poco de alcohol, ardía y mucho.
—Hyūga, ¿En verdad no sabes lo que provocas en mí? —dije, ella se sonrojo.
—¿Q-que?—.
—¡Aléjate de Hinata-sama, maldito pervertido! —la voz del furioso Hyūga Neji sonó en aquel bosque.
¡Mierda, era su guardián, Hyūga Neji.
—¡N-neji-niisan, U-uchiha-san no estaba haciendo nada m-malo!—.
El Hyūga frunció el ceño.
—Hinata-sama, su inocencia no capta del todo las alertas, el Uchiha quería aprovecharse de usted, si no para que la citaría en un lugar tan alejado y a fuera de Konoha, además es otros de los tantos pervertidos que intentan ‟tener una cita" con usted. Por cierto Hinata-sama el Kazakage de la arena tiene prohibido al acercarse a usted por lo menos diez metros de distancia—.
¿Pervertido, aprovechador? Encarne una ceja, el Hyūga me había llamado pervertido y aprovechador y que era eso que el Kazakage de la arena tenía prohibido acercarse, ¿Le habría intentado hacer algo a la Hyūga?
—Pe-pero Gaara-kun no me hizo nada malo —respondió ignorando mi presencia.
¿Gaara-kun, desde cuando el Kazagake y mi Hyūga eran tan amigos? Sí, mi Hyūga, ella es mía, aunque ella aun no lo sepa, ni nadie más, pero pronto lo sabrán.
—Hinata-sama, no creo que el Kazagake diga lo mismo, además, ¿Qué hacía encima de usted sin camisa? —Eso me hirvió la sangre, ¿Sería malo si me gustara asesinar al Kazagake de la arena? Yo creo que sí.
—Se tropezó Neji-niisan, Gaara-kun cayo y no tenía camisa porque… niisan, realmente no sabía porque no tenía, ¡Ya lo recuerdo! Gaara-kun me quería enseñar un tatuaje que Kankuro-san le había hecho—.
Por primera vez el Hyūga tenía razón, el Kazagake de la arena era un pervertido.
El Hyūga castaño frunció el ceño, al igual que yo no creía aquella confesión por parte de la Hyūga.
—Hinata-sama, me alegra a ver lo alejado de usted, vámonos ya Hinata-sama, se anochece—.
—Hai, nos vemos U-uchiha-san—se despidió y se fue con su perro guardián.
El plan de confesión a la Hyūga había fracasado por la culpa de su guardián, Hyūga Neji, sin embargo no me iba a dar por vencido. Los Uchiha jamás de dan por vencidos.
Aquí termino el primer capítulo, próxima pareja: ¡tú la escoges! No olvides dejar un comentario, me despido.
Dom Sep 10 2023, 16:19 por luz de luna
Tema: Confesiones a una Hyūga 
