Alessa. Actualidad 2017.

Bien, aquí trango una nueva historia, cambiando un poco lo que estoy acostumbrada a esribir así que no seaís muy duros conmigo, no será demasiado largo.
Este es un capítulo de presentación, a ver que les parece la introducción. Comenten si pueden y muchas gracias por su atención.
Ahí les dejo n.n
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Capítulo 1

Mi nombre es Alessa. Desde niña me denotaron una capacidad que quienes me rodeaban se esforzaron en desarrollar por los beneficios económicos que traerían egoístamente. Dotada de un coeficiente intelectual superior a la media y una habilidad especial para crear y desarrollar nuevos mecanismos, me guiaron hasta entrar en la dinámica de crear armas.

-Disculpe señorita, nos han encargado un pedido de 700 del modelo S.R-590, ¿su permiso para aceptarlo?

-Acéptelo.


A estas alturas del año 2017, a mis 34 años, he llegado a ser dueña de una fábrica de armas, las que yo misma las diseño.
Este trabajo me ha dado grandes beneficios y la buena vida pero por desgracia no me da oportunidad de tiempo de ocio aunque eso no supone ninguna tristeza para mí.
Mis fabricaciones están destinadas a armar a soldados que defenderán a países y vidas que no merecen ser arrebatadas.


-En mis futuros planes tengo fijado comprobar la eficacia de mis armas y sus defectos por lo que tendré que viajar a los países que nos las compran. ¿Qué le parece la idea Brook?

-Hahahaha no está mal pequeña, pero ¿cuándo piensas irte con tanto trabajo?

-Lo más pronto que pueda, te dejaré a ti al cargo hasta que considere volver. Puedo evadirme un poco de este sitio sin que pase nada.

Brook, mi viejo amigo y secretario, siempre estaba ahí cuando necesitaba de él y sus años habían hecho de él un tipo sarcástico y listo.

-Te vendrá bien este viaje, supongo que sé todo lo que te encontrarás pero solo aceptaré tomarte el cargo si me cuentas todo en cuanto vuelvas ¿eh?

-... Jajajaja está bien.- A veces me pierdo con sus enigmáticos comentarios pero nunca me ha servido de nada preguntar.- saldré la semana que viene al ser posible.

Ya te ganaste toda mi atencion ene ste proyecto shana je je je.

Bueno solo peudo suponer un monton de cosas de lo que puede ocurrir pero quiza me equivoque, de todas formas me parecio muy intereasnte este proeycto tuyo espero lo continues pronto

Bueno aquí traigo el siguiente pequeño capítulo, espero que les agrade n.n

Capítulo 2

-Ya tengo todo a bordo Brook.

-Hasta la vista pequeña, te cuidado.

Me aventuro a subirme al helicóptero que me llevaría a una de las bases iraníes, de mis mayores clientes. Pienso que era una locura a la vez de que tenía una necesidad de hacerlo, no sé muy bien que pretendo pero ya no hay marcha atrás.

-Agárrese señorita.-La grave voz del piloto me asustó haciéndome despertar de mis incertidumbres.

Soy consciente de lo que estoy dejando allí y se va haciendo cada vez más pequeño pero no exactamente de donde iré.

Bajándome ya del helicóptero y viendo como se iba, no hay más que unas cuantas tiendas de campaña grandes. De una de ellas vi salir una voluminosa sombra según me aproximaba. Era el general. Unos saludos y me indicó donde llegar donde buscaba.

Por fin tras tanto viaje, a ver que me encuentro. Puedo atravesar muchas salas, pero todas igual de serias y monótonas, muchas de ellas dejan ver el armamento, del cual reconozco lo que yo misma había enviado en algún tiempo atrás.

Han pasado ya varios días, me he instalado bien, y me conozco la base. Me he pasado numerosas veces por las salas de tiro para comprobar el rendimiento de las armas después de haber sido ya bastante usadas. Se me ocurrieron estos días algunas ideas y mejoras por lo observado, pero ya había hecho el trabajo que había venido a hacer y los días se me empiezan a hacer aburridos y largos encerrada en aquella especie de cárcel sin poder dar un paso fuera.

Ohhhh me parece que alguiens e quizo desahacer de alguien y diha cautiva tendra que crear un pandemonium apra recyuperar su libertad, o al menos eso creo je je je je.

en fin espero la conti no te tardes mucho porfas

Capítulo 3

Tengo un cuarto asignado, pequeño y frío por las noches como todo lo demás del lugar, y aquí estoy intentando dormir, y planeando cosas en mi cabeza, me quedan aun varios días de los planeados para mi excursión y aquí no aguanto más. Me pregunto por qué me tienen tan terminante mente prohibido ir a la "ciudad" que hay cerca, por seguridad quizás pero no creo que eso les importe tanto... mañana me escabulliré de aquí, de tanto pasear en este sitio me sé cada salida así que no me será tan difícil, no creo que me echen mucho de menos...

-Luz... ¡arriba! Tengo que darme prisa.

En un santiamén preparada y con una mochila con todo lo que podría ser necesario para el escenario para mi pequeña aventura ya estoy controlando la salida que usaré, al momento de no ver a nadie ya estoy fuera. Aire y nubes grises me habían esperado para hoy, rápidamente me he alejado de la base y por fin, aquella pequeña ciudad la tengo delante.

Voy a poder ver más allá de tantos protocolos por fin.

Según me acerco, noto un ambiente frío a pesar del calor. Y la cosa va empeorando, veo mi entusiasmo convertido en pesadilla al verla calles habitadas solamente por algunos cuerpos inertes y animales... y silencio, todo silencio.
No sé si dar media vuelta, quizá aún esté a tiempo o puede que sea demasiado tarde. A pesar de dedicarme a las armas no soy una insensible a esto, se me hace realmente duro contemplar toda esta escena.

A mi paso veo ojos que me observan, adultos e infantiles, desde las ranuras de puertas o ventanas tapizadas, nadie parece atreverse a salir ni a hablar, seguramente creerán que soy una militar, ¿habrán sido los de la base los culpables de todo esto, o quizá los enemigos llegaron hasta aquí en alguna batalla?

De repente a mi oído llega el sonido de una voz, aunque no muy agradable y al buscarla me encuentro algo menos agradable aún, un hombre moribundo tirado ensangrentado en el suelo y me temo que la sangre que le rodea no es de otra persona.

Instintivamente corro hacía él pero para mi sorpresa se cubre con pocas fuerzas apartando la vista de mí. La duda de si intentar ayudarle o no es vana.

-¡Quiero ayudarle!- mi grito pareció hacer peor, también es lógico que no entienda nada de lo que digo, que tonta.

Tomé mi mochila y saqué un rollo de vendas para mostrárselo y que entendiera mis intenciones, aunque aun parecía desconfiar de lo que trataba de hacer.
Me acerco a él y a pesar de resistirse poco a poco cede y se deja ayudar, le ayudo a refugiarse en una de esas casas para sanarle con más calma.

Bueno creo que si tendra un ataque de conciencia nuestra protagonista, lo cual me hace suponer que muchos de sus clientes se isgustaran con la decision que tomara despeus de concoer a los refugiados je je je

Mil eprdones la tardanza espero conti.